De audacias y errores
4 de junio de 2008El precio de la ayuda
DER SPIEGEL online, Hamburgo: Barack Obama será el candidato presidencial de los Demócratas. Que logre ganar la carrera presidencial contra McCain lo puede decidir justamente su adversaria. Pues los votantes en los impredecibles "swing states" aman a Hillary Clinton. Pero la ayuda de la rival tendrá su precio.
A pedir de boca
Basler Zeitung, Basilea: "La derrota de Clinton puede explicarse como consecuencia de errores propios y de una brillante campaña electoral de Obama. Clinton reconoció demasiado tarde los vientos de cambio en el país. Obama se presentó ya tempranamente como el mesías del cambio. Clinton hizo campaña con su experiencia, que incluye su indecisión en el caso de la guerra de Irak, Obama prometió un nuevo comienzo. Clinton confió en malos asesores. Obama impulsó a través de Internet un singular movimiento de base. Para Obama todo salió a pedir de boca. A Clinton, demasiado le salió mal."
La epopeya heroica
THE TIMES, Londres: "En las últimas décadas, la política en los Estados Unidos fue dominada por los analistas y las empresas de sondeo de opinión. Barack Obama tiró por la borda muchas de esas verdades convencionales de los analistas con la formulación: "la audacia de la esperanza". ¿Esperanza de qué? Sus promesas de unidad y cambio son más que vagas. Sus críticos dicen que los ácidos comentarios de su antiguo párroco también son palabras vacías. Pero Obama sobrevivió esas críticas y quizás lo hayan fortalecido. Su oponente republicano personifica, como "viejo luchador", muchos lados fuertes que Obama debe reconocer. Pero también Obama tiene sus lados fuertes. La epopeya heroica continúa. Ahora comienza el segundo acto."
Monumental error
Libération, París: "Contando con una rápida victoria, Hillary Clinton cometió el error estratégico de concentrarse a comienzos de enero en las primarias en los primeros Estados, es decir, en Iowa y New Hampshire. Obama, por el contrario, partió desde un principio de que la lucha sería larga. Pero finalmente lo más difícil fue contraponer algo al entusiasmo por el senador de color, que a veces es llamado el "mesías". Las ansias de cambio, perceptibles por doquier, son difíciles de compatibilizar con una dinastía Clinton, que, a pesar de todo, personifica la "vieja política". Además, en 2002 Hillary Clinton votó a favor de ese monumental error que fue la guerra de Irak."