1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Cuando el bebé no la alegra

Mirra Banchón/idw4 de noviembre de 2008

Ni el bebé recién nacido, ni el buen marido, ni la casa bonita las alegra. Once por ciento de las madres en Alemania sufren de graves estados de ansiedad y depresión que pueden conducir a afecciones cardíacas.

https://p.dw.com/p/FnRx
"El gran sentimiento de felicidad no me llegó. Empecé a sentirme culpable"Imagen: Samir Kumar Dey

“Tienes un buen marido, una casa bonita y un bebé sano. ¿Qué más quieres?” fue la respuesta que recibió Katja Merly, de 29 años, cuando se atrevió a contar que el gran sentimiento de felicidad que esperaba tener por su pequeña Olivia se hacía esperar. “Después de diez semanas, seguía arrastrándome por la vida. Y cuando mi marido volvió a la jornada normal de trabajo, el pánico hizo presa de mí”, informa Katja, ex paciente de la Clínica Psiquiátrica de Heidelberg.

Los sentimientos de amor maternal y felicidad que, supuestamente, invaden a una mujer después del parto están ausentes en un once por ciento de las mujeres en Alemania. Así lo detecta un estudio realizado por la Universidad de Heidelberg. La alegría por el recién llegado retoño o bien está ausente o se ve opacada por fuertes ataques de ansiedad y miedo; un seis por ciento de las mujeres cae en depresión.

Familie, junges Paar mit Baby
"Mientras yo tenía sesiones de terapia, el personal de encargaba de Olivia"Imagen: picture-alliance/dpa

Peor que el baby blues

No se trata del común baby blues, el bajón en el estado de ánimo de las madres en los 40 días subsiguientes al parto. Se trata de ataques de angustia y depresiones que sin tratamiento pueden prolongarse por años. Así lo asevera el equipo en torno a la psicóloga Corinna Reck, responsable de la investigación, en cuyo marco, a lo largo de las 12 semanas posparto, se hizo un seguimiento a mujeres que trajeron niños al mundo entre 2005 y 2008 en Heidelberg y Darmstadt. La consiguiente propuesta interdisciplinaria de tratamiento acaba de ser implementada en la Clínica Psiquiátrica de Heidelberg.

Las mujeres que han tenido problemas psíquicos antes del parto son el grupo que mayor peligro corre de caer en una depresión peripartal. Este estado psíquico se comienza a manifestar durante el embarazo: el sentimiento de desesperanza y tristeza es una señal de alarma. Después del parto aparecen los dolores de cabeza, la congoja permanente, la irritabilidad… y una serie de síntomas que puedan desembocar en problemas cardíacos. Las más nimias tareas cotidianas representan, entonces, un desafío inabarcable.

Atención las 24 horas

El equipo en torno a Reck trabaja junto con el departamento de Ginecología, pues su objetivo es detectar los síntomas lo antes posible para evitar o paliar la depresión. La Unidad Madre-Niño entra, entonces, en acción. En los casos más graves, la paciente es internada en una unidad especial de la Clínica Psiquiátrica y es atendida 24 horas por un equipo de ginecólogos, sicólogos y enfermeras.

A lo largo de tres meses, el apoyo emocional y sicológico a la madre va acompañado de cuidados intensivos al recién nacido. El tratamiento incluye diversas terapias de movimiento y musicales, también masajes y grupos de contacto. El objetivo: desarrollar e intensificar la relación madre-hijo. Después del tiempo de cuidado intensivo, madre e hijo vuelven a su casa; allí acude una vez a la semana alguien de la unidad móvil de asistencia. La oferta de las clínicas de Heidelberg incluye ciertos fines de semana de talleres denominados Mama Care Weekends. El seguimiento está ligado al estudio subsiguiente del equipo de Reck: se trata de detectar los efectos del estrés y la depresión maternal en el desarrollo del recién nacido. ´

Mutter und Kind
"Creo que la estancia en la clínica me ha cambiado la vida"Imagen: AP

“Uno aprende a entender al bebé, a reconocer sus señales… también el contacto con otras mujeres me pareció muy importante, pues en grupo una ya no tiene miedo de mostrar lo que siente. La terapia me hizo mucho bien. Mientras yo tenía sesiones de terapia, el personal se encargaba de Olivia", cuenta la paciente Katja Merly y concluye: "Ahora estamos en casa, Olivia está contenta, creo que esa estancia en la clínica me ha cambiado la vida”.