Claudio Abbado, entre el sonido y el silencio
Ha muerto uno de los grandes directores de orquesta de todos los tiempos, Claudio Abbado (1933-2014). Tenía 80 años. En el recuerdo, su amor por la música y la naturaleza, así como su compromiso social.
Claudio Abbado, entre el sonido y el silencio
La música de Mahler fue una de sus pasiones. Aún se recuerda su memorable versión, profunda y plena de infinitos matices, de la Novena Sinfonía del compositor bohemio. Fue en el Festival de Lucerna de 2010. La obra de Mahler se extingue con un estremecedor pianissimo que, en la versión de Abbado, provocó en el público un emocionado silencio de varios minutos.
Una muerte serena
Según el comunicado emitido por sus familiares, Abbado falleció "serenamente" rodeado de sus seres queridos. Había aprendido a amar el silencio desde pequeño: "Mi padre solía llevarme de paseo a las montañas y no hablaba mucho. Aprendí de él a escuchar el silencio", dijo en declaraciones a The Guardian (en la foto, Abbado en 1966).
Compromiso político y social
Desde los inicios de su carrera, mantuvo un compromiso político y social inequívoco. En los años sesenta dio conciertos en barrios obreros y en fábricas junto a su amigo, el gran pianista Maurizio Pollini. En esta imagen de 1968 aparece junto a la pianista Martha Argerich, con quien compartió su pasión por hacer música con los jóvenes.
Como una ola de fuerza y luz
"Conocí a Abbado cuando era niño", dice Daniel Barenboim en el comunicado de condolencias que ha hecho público tras la muerte de Abbado. "Debemos destacar su compromiso con la música contemporánea, en particular la de Nono, Ligeti y Kurtag", continúa Barenboim. En la discografía de Abbado destaca la grabación de "Como una ola de fuerza y luz", de Luigi Nono. En la imagen, junto a Maurizio Pollini.
Al frente de la Filarmónica de Berlín
Entre 1989 y 2002, Abbado estuvo al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín, que trató de abrir a los jóvenes. Abbado fue responsable de iniciar un proceso de desdibujado de la pátina elitista que cubría a esta institución. En esta imagen del año 2000, Abbado dirige un ensayo de la formación alemana.
Impulsor del talento joven
Abbado fundó y dirigió la que se convertiría en la Orquesta de Jóvenes de la Unión Europea en 1981. Fundó la Joven Orquesta Gustav Mahler en 1986 y la célebre Orquesta del Festival de Lucerna en 2003. En 2004, fue nombrado director musical y artístico de la Orquesta Mozart de Bolonia. En los últimos tiempos, había suspendido todos sus proyectos y conciertos debido al cáncer que lo aquejaba.
Con los más pequeños
Nombrado senador vitalicio de Italia en 2013, Abbado no pudo asistir a las sesiones por su enfermedad. Destinó parte de su dinero a apoyar económicamente a una humilde escuela de música italiana. En la imagen, junto al actor Roberto Benigni y la Orquesta Mozart, interpretando el cuento musical "Pedro y el lobo", de Prokofiev, en Bolonia.
La lucha contra la enfermedad
El público, que sabía de su terrible lucha contra el cáncer de estómago que lo dejó exhausto, aplaudía largamente cada una de sus actuaciones. En esta imagen de 2010, ocupa el podio de la Sala Pleyel de París, al frente a la Orquesta del Festival de Lucerna.
Hasta siempre
Los músicos alaban la sencillez y humildad de Claudio Abbado, que entabló una relación más natural con los miembros de las orquestas que dirigía, diluyendo así la imagen autoritaria que tradicionalmente tenían los grandes directores de las formaciones durante el siglo XX. Hasta siempre, Claudio Abbado.