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China: su punto débil son las finanzas

DW-WORLD2 de marzo de 2007

En vista de que los mercados financieros no logran recuperarse del todo de las pérdidas sufridas esta semana, los columnistas europeos siguen analizando las razones de la crisis.

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Bolsa de valores de Fráncfort.Imagen: AP

El diario parisino Le Monde comenta: “La economía china fuertes en su industria, pero en sus finanzas tiene debilidades. La ‘mini-caída’ de la bolsa de Shangai que perdió el martes pasado un 9% se extendió rápidamente a otras plazas financieras porque la China es ya un motor grande del crecimiento económico mundial.

Sus debilidades financieras son empero conocidas… y temidas. La bolsa de valores es en la misma China un verdadero fenómeno popular. Pensionados, desempleados y amas de especulan con acciones días completos. En China una caída de la bolsa es inevitablemente una crisis social”.

A la voluntad de Shangai y Washington

El periódico francés Dernières Nouvelles d'Alsace, de Estrasburgo dice: “Si el gobierno de Pekín decide otra política, se derrumba el sistema accionario y financiero. Lo que crea el efecto de bola de nieve en el mundo entero.

En otras palabras: China tiene en sus manos un arma psicológica de presión capaz de modificar el curso de la economía. Y de esa influencia tampoco se libra el arsenal de la economía estadounidense. El dólar sigue en primera fila. Su valor depende de la voluntad de Washington.

Un dólar que continúe desvalorizándose sería una pesadilla para Europa. Por eso no es lo más recomendable creer que el actual auge de la economía es muy sólido”.

El calvario de Deutsche Telekom, una ex empresa estatal

El periódico alemán Süddeutsche Zeitung analiza: “La Telekom alemana ya no es la antigua ‘Bundespost’, como algunos quieren que aún existiera. La empresa estatal alemana de comunicaciones era antigua… y mala. Fue una decisión correcta dividir el viejo coloso y convertirlo en una sociedad accionaria y lanzarla a la bolsa de valores.

Telekom ha cambiado fuertemente, sus trabajadores son hoy más efectivos, aunque a lo mejor, no tanto como sus competidores. El gerente Obermann quiere pasar a 50.000 de sus empleados a una empresa de ‘oferta barata’. Trabajadores que tendrán que laborar más y ganar menos. Ahora Obermann tiene que soportar insultos. Pero lo que él realmente hace es dar el próximo paso para alejarse de la antigua empresa estatal e ineficiente”.