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Cambio de mando en Kabul – Alemania conduce la ISAF

11 de febrero de 2003

Alemania asumió este 10 de febrero del 2003, junto con los Países Bajos, la conducción de las Fuerzas Internacionales de Paz en Afganistán, ISAF.

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El general Norbert van Heyst al asumir el mando de Ia ISAF en KabulImagen: AP

Precisamente en el día del cambio de mando, estallaron 2 misiles en las cercanías del campo militar alemán en Kabul. El ministro de defensa alemán Peter Struck, quien había viajado a la capital afgana para participar en la ceremonia y se encontraba en ese momento en la base alemana tuvo que refugiarse en un bunker. Los misiles, que afortunadamente no ocasionaron daños personales ni materiales, dan prueba de lo lejana que está aún la paz en Afganistán y de lo necesaria que es la presencia de las Fuerzas Internacionales de Paz.

Los alemanes y holandeses relevan a los turcos en la conducción de esta misión internacional, función que habían asumido con gran orgullo en junio del 2002. Durante mucho tiempo Alemania se negó a asumir esta tarea, a pesar de los insistentes pedidos afganos. Fue así que los primeros en conducir la ISAF fueron los ingleses, seguidos por los turcos. Durante los próximos seis meses serán finalmente los alemanes y holandeses, quienes se verán enfrentados a esta tarea de gran responsabilidad política y militar.

El General Friedrich Riechmann, quien coordina la misión desde el Ministerio de Defensa en Berlín, explica:
"Estamos agradecidos que los holandeses estuvieran dispuestos a compartir esta tarea con nosotros, para nosotros un requisito indispensable, ya que no contamos con los medios militares como para asumir esta carga solos."

El General Norbert van Heyst, quien anteriormente estaba a cargo del cuerpo del ejército alemán-holandés en Münster (Alemania), asume en Kabul una serie de complejas tareas: El comandante alemán de la ISAF no solo conduce la unidad de tropas de 30 naciones, sino que es el interlocutor para el gobierno afgano, para la ONU y para todas las organizaciones de ayuda. Además mantiene contacto con el ejército estadounidense, el cual no participa en las fuerzas de paz, y sigue luchando en Afganistán. Asímismo el ejército alemán debe a partir de ahora garantizar la seguridad en el aeropuerto internacional de Kabul.

Desafío logístico

La conducción de las Fuerzas Internacionales de Paz en Afganistán significa no solo un cierto riesgo para los 2.500 soldados alemanes, sino un gran esfuerzo logístico. El trabajo en Kabul requiere un equipo de alta tecnología que debe ser trasladado a la capital afgana. Alrededor de 80 vuelos serán necesarios para transportar el material técnico, como por ejemplo una completa estación de telecomunicación.

La situación es incierta y peligrosa, los soldados temen sufrir impactos de misiles o atentados en la cercanía del campamento militar alemán, especialmente en caso de una guerra contra el Iraq. A pesar de todas las medidas de seguridad tomadas, el ejército alemán ya perdió nueve hombres en accidentes ocurridos durante el primer año de la misión.

Kabul, un "puerto seguro"

Diversos expertos en Afganistán, como Almut Wieland-Karimi, la representante de la Fundación Friedrich Ebert en Kabul, exigen que se extienda el mandato de la ISAF a todo el país. La limitación a la capital tiene por consecuencia que las organizaciones de ayuda se concentren solamente en Kabul, y es precisamente en las provincias, dominadas en gran parte por los "señores de la guerra", donde reina la mayor carencia.

Pero el ejército alemán no cuenta con los medios económicos necesarios para extender la misión y opta por convertir a Kabul en una especie de "puerto seguro a partir del cual germinará un nuevo orden, que se contagiará a todo el país", comenta el General Riechmann.

Afghanistan ISAF Medizinische Versorgung
Una joven madre espera con su hija para ser atendidas en un clínica móvil de la ISAFImagen: AP

Lo cierto es que la población afgana teme caer nuevamente en el olvido, si se desata una guerra contra el Iraq. Una nueva guerra ocuparía a la comunidad internacional, antes de haber alcanzado las metas impuestas respecto a la reconstrucción de Afganistán.