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Beijing asesta un duro golpe a Taiwán

Klaus Bardenhagen
13 de junio de 2017

Con Panamá, China se lleva a uno de los aliados más importantes de Taiwán. Sin embargo, la movida podría tener efectos no deseados para Beijing. Desde Taipei informa Klaus Bardenhagen.

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Peking China und Panama nehmen diplomatische Beziehungen auf
Imagen: Reuters/G. Baker

La decisión de Panamá de romper relaciones diplomáticas con Taiwán para privilegiar un acercamiento con China sorprendió a las autoridades de Taipei, pero no tanto. Hace tiempo se especulaba que el país centroamericano sería el siguiente en oficializar relaciones diplomáticas con Beijing. Y es precisamente lo que ocurrió. La dirigencia comunista del gigante asiático no permite, con su política de una sola China, que ningún país mantenga relaciones con Beijing y, al mismo tiempo, con Taipei.

 

Más información:

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-Panamá establece relaciones con China y rompe lazos diplomáticos con Taiwán

 

"Taiwán no puede aceptar esto", dijo la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, este martes 13 de junio. Ya en diciembre se había mostrado muy molesta cuando Sao Tomé y Príncipe, en África, se cambió de bando. "No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros intereses se ven amenazados", dijo en Taipei, la capital taiwanesa. Beijing amenaza la paz y la estabilidad a ambos lados del estrecho de Taiwán, agregó. No está claro aún cómo va a reorientar su política exterior. Su Partido Democrático Progresista es crítico de China. Sus seguidores son personas que quieren más independencia y son ellos los que eligieron a Tsai como la primera presidenta del país en las elecciones de 2016.

Hace un año todo iba bien

No fue casualidad que el primer viaje de Tsai al extranjero tuviera como destino precisamente Panamá, que figuraba como uno de los aliados latinoamericanos, quizás el más importante, de Taiwán. En la ceremonia de apertura de la ampliación del canal de Panamá, Tsai se reunió con la esposa del entonces vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden. Recordemos que un contacto más directo con los altos cargos de Washington es algo que difícilmente podrán alcanzar las autoridades taiwanesas. La fotografía publicada en esos días de Tsai junto al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, ilustra también hoy los reportes sobre la nueva situación diplomática entre ambos países.

La presidenta de Taiwán y el presidente de Panamá firmando acuerdos. Eran otros tiempos.
La presidenta de Taiwán y el presidente de Panamá firmando acuerdos. Eran otros tiempos. Imagen: picture alliance/AP Photo/A. Franco

En enero, el viceministro de Asuntos Exteriores de Panamá, Luis Miguel Hincapié, había destacado que las relaciones con Taiwán eran "excelentes, como siempre”. Y eso seguiría así a pesar de que China es un importante inversionista en Panamá, aseguró.

Malestar taiwanés

El calado de la decepción taiwanesa quedó en evidencia con la declaración de David Lee, ministro de Exteriores de ese país, quien tomó este "acto profundamente inamistoso” con "profundo malestar”. Aseguró que fueron engañados hasta último momento, aunque Panamá no envió un nuevo embajador a Taiwán y nunca dio el visto bueno al representante taiwanés, cuyas credenciales no fueron recibidas.

Lo que sí está claro en Taiwán es el hecho de que todo esto responde a los esfuerzos de Beijing por aislar aún más a su gobierno, como castigo por la decisión de la presidenta Tsai de no reconocer el principio de una sola China. Cuando ella fue elegida, su país tenía 23 aliados diplomáticos. Hoy solo tiene 20.

Los mismos medios chinos, que operan como voceros oficiales del gobierno, no se esfuerzan por ocultar este hecho. "Es el precio que el gobierno de Tsai debe pagar”, escribió el diario nacionalista Global Times. "Taiwán no está en condiciones de oponerse a la fuerza de China. La independencia no tiene futuro”, añadió. El pueblo taiwanés seguramente se apartará del partido de Tsai, y de la presidenta misma, si ve su economía o su paz en peligro, estiman en Beijing.

¿Y si despierta la rebeldía?

Este cálculo puede cuestionarse. Muchos taiwaneses podrían reaccionar desafiantes ante el nuevo escenario. Muchos recuerdan la "era del hielo” diplomática que hubo durante la presidencia de Chenh Shui-bian (2000-2008), compañero de partido de Tsai. A diferencia de su camarada, Tsai ha sido menos agresiva, por lo que la dura política adoptada por China parece injusta. Y hay que tener en cuenta que muy especialmente las nuevas generaciones ven cada vez más alejado a su país, tanto política como culturalmente, de China.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Imagen: Getty Images/AFP/Sam Yeh

Lo ocurrido con Panamá no es culpa de Tsai ni de su partido, dice el experto Jon Sullivan, de la Universidad de Nottingham. Al contrario, a su juicio, lo que acá se busca es "atacar la dignidad taiwanesa”. Por ende, es probable que el apoyo a una independencia real se refuerce. "Panamá fue un disparo de advertencia”, dice Sullivan a DW. Taipei ahora debería preocuparse de que sus restantes cinco aliados en Centroamérica -Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y Belice- piensen seguir los pasos panameños. E incluso debe sopesar el riesgo de que ocurra todo de una vez.

Visto de forma realista, para China no debiera ser un problema atraer a esos aliados taiwaneses, casi todos países pequeños y pobres, especialmente después de que Tsai anunciara que no reanudará la práctica asumida por su camarada Chen, quien aplicaba la política del talonario de cheques.

Con respecto al Vaticano...

La última joya de la corona taiwanesa es el Vaticano, que además es su único aliado europeo, recalca Sullivan. Beijing se ha acercado agresivamente al Vaticano y está dispuesto a hacer concesiones al pontífice católico. Un tema en discusión hace años es si Roma finalmente podrá nombrar obispos de forma independiente en China.

Qué consecuencias concretas tendría un teórico fin de todas las relaciones diplomáticas con Taiwán es incierto. En la práctica, el ministerio de Exteriores taiwanés mantiene oficinas de representación no oficiales en docenas de países, incluyendo Alemania. Pero también es cierto que todos los años, los aliados taiwaneses ponen sobre la mesa el tema de Taiwán en la Asamblea General de Naciones Unidas, sin éxito.

Klaus Bardenhagen (DZC/ERS)