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¿Bacterias causantes de sobrepeso?

Cristina Papaleo19 de mayo de 2007

Los microorganismos son parte de nuestro cuerpo y pueblan nuestro intestino, disgregando alimentos. Pero allí su función no siempre es beneficiosa, sino que también podrían ser la causa de muchas dietas fallidas.

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¿Culpa de la comida o de las bacterias?Imagen: AP

Quien alguna vez estuvo a dieta lo sabe muy bien: no siempre se baja de peso, a pesar de comer poco o alimentarse sanamente. Hay quien nunca necesita someterse a una dieta, mientras que otras personas viven pensando cómo hacer desaparecer esos kilos demás. Por no hablar de quienes comen de todo y no engordan, míticos seres delgados envidiados por quienes aumentan de peso con sólo mirar un vaso de agua.

Estudios publicados en la revista científica Nature podrían revolucionar el concepto sobre el origen del sobrepeso. Un equipo de científicos de la Washington University of Medicine de St. Louis, EE.UU. liderado por Jeffrey Gordon llegó a la conclusión, luego de haber experimentado con ratones, de que no sólo nuestros genes son responsables de si los alimentos que ingerimos nos engordan, sino también los genes de los microorganismos de nuestra flora intestinal. Un experto del Instituto Alemán de Investigaciones Alimentarias (Deutsches Instituto für Ernährungsforschung: DIFE) dio su opinión a DW-WORLD.

Las bacterias aportan lo suyo

En el intestino humano viven trillones de bacterias y hongos que se hacen cargo de tareas para las cuales las células del organismo humano no están programadas, entre otras, descomponer diversos componentes alimenticios que no podemos digerir, como la fibra. De ella, muchos microbios pueden extraer azúcares y grasa, cuyas moléculas se sumarían a las ya procesadas, aportando más calorías. A raíz de esto, el equipo de Gordon supuso que las bacterias podrían influir en el peso del ser humano.

Krebsforschung Gen-Bakterien gegen Krebszellen
Imagen: picture-alliance/ dpa

Para responder al interrogante, analizaron microbios del intestino de personas delgadas y de otras con sobrepeso, encontrando claras diferencias en la composición de los cultivos. Los dos tipos de bacterias más comunes son las firmicutes, buenos procesadores de alimentos, es decir, capaces de transformar carbohidratos complejos en azúcares y grasa, y las bacteroidetes, no tan eficientes como los primeros.

Los análisis demostraron que las firmicutes están presentes en gran cantidad en el intestino de obesos, mientras que el número de bacteroidetes es mucho menor. Dicho estudio fue realizado también, con el mismo resultado, en ratas. Se probó que los excrementos de personas con más firmicutes contienen menos calorías que los de aquellos en cuya flora intestinal hay mayor cantidad de bacteroidetes, es decir que los azúcares y grasas no son expulsados sino utilizados por las mismas bacterias, produciendo a su vez más calorías y grasas.

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Demasiada comida.Imagen: picture-alliance/ dpa

Esto abrió otro interrogante: ¿las personas en cuya flora intestinal predominan las firmicutes, que procesan mejor los alimentos, comen menos? Para averiguarlo, se transplantó flora intestinal de ratones delgados y obesos a ratones cuyo apetito era normal, a los que se extrajo todas las bacterias logrando que sus intestinos fueran prácticamente estériles. Los ratones a los que se les transplantó flora de ratones obesos sufrieron un aumento del porcentaje de grasa en su cuerpo de un 47 por ciento en dos semanas.

(Lea en la pág. 2 cuáles serían los resultados revolucionarios de las investigaciones.)

Resultados revolucionarios

Los microbiólogos especializados en cultivos intestinales esperan respuestas más certeras en los próximos cinco años, y, al análisis del genoma humano se suma el del “microbioma”, el estudio del genoma de los microbios que pueblan nuestro organismo. El nuevo concepto de “metagenoma” conjunto e integral pueden llevar, a resultados, según los comentarios de Nature, que revolucionarían nuestra visión de la obesidad y el rol de las bacterias en ella.

He aquí dos nuevas tesis que los científicos deben demostrar a largo plazo: dado que las bacterias “viven” de la fibra, ¿supone esto que habría que consumir menos fibra para disminuir su número en el intestino humano, disminuyendo así las grasas y azúcares en exceso? Prácticamente todas las teorías nutricionales aconsejan consumir alimentos ricos en fibra, por lo cual este nuevo concepto, según el cual el consumo de fibra aumenta la cantidad de bacterias que producen azúcares y grasas daría por tierra con gran cantidad de dietas y explicaría por qué tantos gordos sometidos a dietas ricas en fibra no logran adelgazar.

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Frutas, verduras y deporte siguen siendo lo mejor.Imagen: AP

La otra tesis posible es la que propone un consumo reducido de alimentos: cuanto menos insumo, menos bacterias que procesen más eficientemente los alimentos, es decir, menos exceso de grasa y azúcares causantes de sobrepeso en el organismo humano.

En conversación con DW-WORLD, el Prof. Michael Blaut, del DIFE, explica que “sigue siendo clave el tipo de alimentos que una persona consume para comprender por qué es obesa o no. Aún es demasiado temprano como para decir que no se deberían consumir alimentos ricos en fibra. Este año estamos trabajando en un nuevo proyecto para investigar los mecanismos celulares, o sea, cómo se comporta una célula al recibir alimento. Gordon y su equipo pudieron demostrar que en un organismo similar al humano, cuanto menos bacterias están presentes en el intestino, menos energía necesita dicho organismo para existir. Pero sería engañoso asegurar que una alimentación pobre en fibras permitiría bajar de peso.” Según el científico, aún hay mucho por investigar en este terreno, por lo cual, para combatir la obesidad, siguen siendo importantes una alimentación rica en verduras y frutas, porciones de comida no excesivamente grandes, y mucho movimiento.

Prof. Michael Blaut vom Deutschen Institut für Ernährungsforschung.
Profesor Michael Blaut.Imagen: presse