Animales camuflados
Poder camuflarse y pasar desapercibido para potenciales enemigos es uno de los talentos de algunos animales. Un ejemplo perfecto es el camaleón, un reptil que adopta colores increíbles, pero no solo para esconderse.
El camaleón, experto en camuflaje
El camaleón es un especialista en cambiar de color. Durante mucho tiempo se pensó que el reptil se adaptaba solo al terreno, pero eso no es del todo así. El camaleón también usa la habilidad de camuflarse para expresar su estado de ánimo y comunicarse así con otros animales.
Colores y formas
No todas las subespecies de camaleón pueden camuflarse con los mismos colores. De vez en cuando solo cambian su brillo, dependiendo de la luz del día. Y a menudo también cambian su forma. Si quieren amedrentar a su enemigo, se hinchan con aire para parecer más grandes.
¡No te muevas!
Los camaleones no tienen muchos enemigos naturales. Pasan su tiempo sobre los árboles esperando a su presa, inmóviles. Si un insecto se acerca, es atrapado en cuestión de segundos por la veloz lengua de este reptil. Solo los pájaros pueden, a veces, atraparlos a ellos.
Disfraz colectivo
Para pasar desapercibidas en la estepa y protegerse en grupo de los temibles leones, las cebras usan el mimetismo como camuflaje. Al unirse en una manada, para el rey de la sabana es casi imposible reconocerlas.
¿Es una rama o una oruga?
La oruga es también un buen ejemplo de camuflaje. Pertenece a la familia de las mariposas, y cuando descansa sobre un árbol o arbusto es casi imposible verla, ya que casi se confunde con una delgada rama. Incluso tiene pequeños apéndices que se asemejan a brotes.
Pulpo de carnaval
Este pulpo se ha ganado su título con talento. El pulpo de carnaval no se diferencia del fondo del mar y puede imitar con perfección a otros seres que habitan el océano, como a las serpientes marinas, a la raya, la platija y al caracol.
Ojos de mariposa
El mimetismo es otra faceta del camuflaje con el que los animales se protegen a través de colores para advertir a sus enemigos que no son comestibles, que son venenosos o peligrosos. La mariposa pavo real, por ejemplo, imita grandes ojos sobre sus alas, que asustan a los que la amenazan.
¿Quién soy?
El mejor ejemplo de mimetismo es la mosquita del narciso, que simula ser una avispa. Las típicas rayas negro-amarillas hacen que sus enemigos piensen que puede picar y es peligrosa. Por suerte, porque la trampa funciona.
Muy peligroso
El rape se fusiona tanto con el fondo del mar que casi no se lo puede ver, y además posee un accesorio peligroso: una trozo de piel colgante que parece una lombriz y oscila para atraer a los peces. Cuando estos quieren comérselo, el rape los ataca. Un increíble refinamiento de la evolución.