Alud sepulta poblado filipino

El pueblo de San Bernardo, en el archipiélago de Las Filipinas, cuenta con una población de apenas 3000 personas, según los registros oficiales. La mitad de esa cifra se encuentra ahora desaparecida, tras el alud que sepultó la localidad. Además, los medios de prensa filipinos dan cuenta de dos centenares de muertos, de modo que se teme que puedan haber fallecido en la tragedia hasta 1.700 personas.

Labores de ayuda

Las primeras imágenes difundidas por la televisión filipina tomadas desde el cielo de San Bernardo no permiten vislumbrar o distinguir señal alguna de vida y ni siquiera edificios o tejados. "Toda la zona se encuentra sepultada por una montaña de barro", señaló la gobernadora de Leyte, Rosette Lerias, tras sobrevolar el área. Informó además que el lodo hacía imposible la circulación de maquinaria pesada, agregando que al caer la noche se suspendieron momentáneamente las operaciones de rescate, por falta de electricidad. Los trabajos continuarán este sábado.

Estados Unidos se sumó a las operaciones de rescate con el envío de dos buques, de los que tenía en el sur de Filipinas para participar en maniobras conjuntas. Por su parte, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado para que la ayuda a los supervivientes del alud sea rápida y generosa, al tiempo que animó a los equipos de rescate a actuar con 'valor y fuerza'. Así lo indica un telegrama enviado en su nombre por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, al obispo de Maasin, Precioso D. Cantillas.

Pocas esperanzas

Entretanto, la Sociedad alemana de Cooperación Técnica (GTZ) está preparando lo necesario para acudir en ayuda de las víctimas. Uno de sus colaboradores, Tim Packeiser, quien trabaja en un proyecto ecológico en Leyte pero casualmente se encontraba tomando parte en un seminario en una isla cercana, indicó que hay cerca de 6 mil personas evacuadas que necesitan alimentos, agua potable, vestimenta y probablemente también alojamiento.

Packeiser indicó que cerca de 400 personas intentaron cavar en el lodo para buscar víctimas, pero consideró que prácticamente no hay esperanzas para las personas que hayan quedado sepultadas por el alud, que se produjo tras semanas de lluvias torrenciales.