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Latinoamérica en la mira de los empresarios alemanes

7 de febrero de 2011

Deutsche Welle conversó con el gerente general de la Asociación Empresarial para América Latina sobre el programa del ministerio para la Cooperación Económica y el Desarrollo que estimula las alianzas públicas-privadas.

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Según Christoph Schmitt, de LAV, se intenta cambiar la percepción negativa que se tiene de la cooperación para el desarrollo.Imagen: Pressestelle Lateinamerika Tag

En lo que va de año, por lo menos dos iniciativas han evidenciado que el Gobierno de la canciller Angela Merkel se ha tomado en serio el Plan Alemania-Latinoamérica presentado por el ministro federal de Exteriores, Guido Westerwelle, en agosto de 2010. El 25 de enero se confirmó que la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe (UE-ALC) tendrá su sede en la ciudad portuaria de Hamburgo, cuya candidatura fue defendida a capa y espada por el propio Westerwelle frente a las de París y Milán.

Y cuatro semanas antes entró en vigor un plan para alinear los intereses comerciales del empresariado germano con las políticas de cooperación para la sostenibilidad económica impulsadas por la coalición de Gobierno, integrada por la Unión Demócrata Cristiana, la Unión Social Cristiana de Baviera y el Partido Liberal: la Asociación Empresarial para América Latina (LAV) fue escogida por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), la Sociedad Alemana para la Inversión y el Desarrollo (DEG), y la compañía sequa, para dar a conocer a partir del 1 de enero el programa develoPPP, implementado por las tres últimas.

El programa develoPPP

Hamburg: Alsterblick
Hamburgo es sede de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe (UE-ALC).Imagen: Presse

Este proyecto –cuyo nombre alude a las public-private partnerships, las alianzas de empresas privadas y entidades estatales– es financiado por el ministerio alemán para la Cooperación Económica y el Desarrollo con miras a movilizar capitales, tecnología y conocimientos que contribuyan a mejorar las condiciones de vida en los países emergentes y en vías de industrialización. Sus premisas de trabajo se distancian de los enfoques “puramente caritativos sin un claro componente empresarial” y de aquellos que sólo propician “la subvención directa de las actividades de negocios de una empresa”.

Deutsche Welle conversó al respecto con Christoph Schmitt, gerente general de la LAV, la institución con sede en Hamburgo que desde 1916 reúne a las compañías alemanas con intereses comerciales en los países latinoamericanos. En la entrevista, Schmitt describe los alcances de la colaboración de la LAV con este proyecto del Gobierno germano y procura disipar de antemano el recelo de quienes reprueban la manera en que la cooperación para el desarrollo se ha venido practicando en África y en América Latina.

La cooperación para el desarrollo bajo crítica

Guido Westerwelle und Dirk Niebel
Los ministros de Exteriores y de Cooperación Económica, Guido Westwerwelle y Dirk Niebel.Imagen: AP

En la edición más reciente de la revista cultural Du, el sociólogo suizo Georg Brunold comenta que, en el marco de los negocios con los países africanos –tanto en materia de inversiones como de comercio–, todavía son los europeos quienes mayor provecho económico sacan a las transacciones, subrayando que la “ayuda para el desarrollo” forma parte de esos negocios. Según Johan Galtung, politólogo noruego y pionero en la investigación de la paz, esta tendencia está lejos de estimular relaciones interregionales armoniosas.

No porque las partes no reciban beneficios matemáticamente idénticos, sino porque las desigualdades son demasiado flagrantes. Por su parte, la socióloga peruana Isabel Álvarez Novoa asiste a foros internacionales desde hace lustros para advertir sobre los riesgos que una “globalización mal entendida” –encarnada en la expansión de insumos genéticamente manipulados y la homogeneización de cultivos que desplaza las variedades autóctonas de ciertos productos– representa para la agroindustria y la cultura gastronómica en América Latina.

Las críticas abundan. De ahí que quepa preguntarse si los empresarios alemanes están conscientes de ello y preparados para ganarse la confianza de sus homólogos al otro lado del Atlántico.

Deutsche Welle : ¿Qué esperan la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), la Sociedad Alemana para la Inversión y el Desarrollo (DEG), y la compañía sequa de la asociación que usted representa?

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El proyecto develoPPP es financiado por el ministerio para la Cooperación Económica y el Desarrollo.

Christoph Schmitt, gerente general de la Asociación Empresarial para América Latina (LAV): La GIZ es socio de la LAV desde hace muchísimos años y el señor Christoph Beier, presidente de la GIZ, es miembro de nuestra junta asesora. Para acercar la política de desarrollo del Gobierno alemán al sector económico del país, el ministro para la Cooperación Económica y el Desarrollo, Dirk Niebel, encargó a la GIZ buscar a un socio que tenga acceso a la pequeña y mediana industria nacional. Es ahí donde entra en juego la LAV: en nuestro seno están representados todos los rubros de la industria y del comercio en toda Alemania, y entre nuestros 400 afiliados se encuentran muchas empresas pequeñas y medianas, desde compañías asesoras hasta bancos.

La tarea de la LAV es promover la existencia del programa develoPPP y divulgar las oportunidades que el proyecto le ofrece a las empresas alemanas de entrar al mercado latinoamericano llevando nuevas técnicas para la optimización de los procesos de producción agrícola y el ahorro energético; la agroindustria y el uso eficiente de la energía en todos los ámbitos son las áreas en las que nos vamos a concentrar. La meta es ayudar a la economía y a las instituciones en América Latina y fomentar a mediano plazo la cooperación técnica entre Alemania y los países de esa región.

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La LAV promoverá el programa develoPPP y las oportunidades que éste ofrece a las empresas alemanas en Latinoamérica.

Por ejemplo, una empresa alemana que importa productos agrícolas puede ayudar al campesino o al pequeño empresario latinoamericano a desarrollar productos de mejor calidad y mejores sistemas de cosecha, pero siempre concentrándose en el tema del desarrollo y la preparación, no en el de la compra o venta de un producto. Otro ejemplo, una empresa alemana puede crear conciencia sobre el uso eficiente de energía que se deriva del correcto aislamiento de los edificios: si una construcción está bien aislada, los sistemas de aire acondicionado –que abundan en el trópico y hacen uso de mucha energía– no desperdiciarán el valor energético implícito en la generación de aire frío.

De nuevo, no se trata de vender puertas y ventanas alemanas bajo el argumento de que son mejores, sino de sensibilizar a los arquitectos y maestros albañiles latinoamericanos de cara al ahorro energético como factor económico.

En términos generales, ¿qué sectores de la economía en América Latina ofrecen oportunidades valiosas para el empresariado alemán?

Lo que Latinoamérica puede ofrecer al empresariado alemán es un mercado donde hay una clase media cada día más fuerte, con poder adquisitivo. Esa es la base del crecimiento interno de esos países. En muchos de ellos, la mejora en la calidad de vida ha llevado a que la clase media muestre interés en consumir; Brasil es un buen ejemplo. Y cuando el consumo aumenta, aumenta también la necesidad de fabricar productos para poder venderlos; es con miras a satisfacer a esos mercados que el empresariado alemán debe buscar asociaciones con empresarios latinoamericanos.

Otro aspecto interesante de Brasil tiene que ver con los cambios estructurales que se están introduciendo para que el país pueda explotar el petróleo y el gas en sus costas. Esos cambios le abren la puerta a los alemanes para que suministren equipos para las plataformas offshore; los alemanes tendrán que ir a Brasil y buscar a un socio brasileño para satisfacer a ese mercado juntos.

¿Están los empresarios alemanes conscientes de la percepción negativa que se tiene de la “ayuda para el desarrollo” en determinados círculos desde hace algunos años?

Prof Johan Galtung
El politólogo noruego y pionero en la investigación de la paz, Johan Galtung.Imagen: Evan Romero-Castillo

Este proyecto está tratando de cambiar esa percepción. En la gacetilla de prensa que describe el proyecto develoPPP se habla de cooperación con los países latinoamericanos. El objetivo es que, gracias a esa cooperación, esos países sean más independientes en su desarrollo. La meta no es practicar la ayuda para el desarrollo, sino buscar cooperaciones. Se va a crear conciencia sobre temas que son importantes para ambas partes, para los empresarios alemanes y para los países de América Latina.

La ayuda para el desarrollo entendida como ‘dar’ ya no se está practicando; se está tratando de que las personas que se benefician de la cooperación sean autosuficientes. Hoy no se busca venderles maíz para que no se mueran de hambre, sino enseñar al campesino a sembrar un maíz de buena calidad, con una buena semilla, para que el maíz pueda subsistir en períodos de sequía y no sea tan susceptible a cambios climáticos. Eso, por ejemplo, es lo que significa cooperación para el desarrollo.

Este proyecto busca también el desarrollo de los países desde el punto de vista social. Si yo produzco un mejor cacao porque me han enseñado cómo tengo que clasificarlo, plantarlo y tratarlo, significa que lo voy a poder vender a un precio más alto, que tendré mayor acceso a los mercados internacionales y que ganaré más dinero como campesino y como agricultor.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas