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Alemania en el corazón de Brasil

Astrd Prange /ERS17 de junio de 2014

Destreza futbolística germana, algarabía brasileña. Los brasileños son los mayores hinchas de la selección alemana, como quedó en evidencia en un bar de Copacabana, durante el debut del equipo de Löw en el Mundial.

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Imagen: DW/Astrid Prange

En lugar de bikini, vista pantalón de cuero. Su largo cabello negro cubre sus hombros bronceados. Una guirnalda de flores de papel negras, rojas y amarillas adorna su camiseta deportiva. Simone Steinert, brasileña, es una típica hincha de la selección alemana. El look bávaro-brasileño podría convertirse en el sello distintivo de los fans de Alemania en Brasil. Cerveza y caipiriña; tecnología de la línea de gol y culto a la belleza; pantalón de cuero y alegría de vivir: el verde-amarillo brasileño y el negro-rojo-amarillo germano combinan a la perfección.

Simone Steinert y su marido.
Simone Steinert y su marido.Imagen: DW/Astrid Prange

Cerca de 300 hinchas alemanes y brasileños acudieron a ver el partido de Alemania contra Portugal en el bar “Tor!” (¡Gol!), en Copacabana. Familias germano-brasileñas, estudiantes brasileños que han estado en Alemania, inmigrantes alemanes, aventureros, gente de traje y corbata y lugareños, por no mencionar a los numerosos periodistas presentes.

Cerveza gratis

El cónsul general de Alemania en Río de Janeiro arrendó el pequeño quiosco playero por las semanas del Mundial y da muestra de la generosidad germana a los pies del Pan de Azúcar: por cada gol alemán se ofrece una ronda de cerveza gratis. Y esta fluyó a raudales en el debut de la selección dirigida por Joachim Löw.

A los nueve minutos de iniciado el partido, se produjo un shock: el televisor instalado en el local se apagó. Los atónitos hinchas no quitaban sus ojos de la pantalla en negro. El vicecónsul alemán, Tarmo Dix, lo tomó con estoicismo: “Parece que se cortó la corriente”. No obstante, los 300 hinchas alborotados y el calor de Río hicieron brotar el sudor en su frente, mientras buscaba afanosamente un técnico que solucionara el problema.

Tres minutos más tarde. Thomas Müller anotaba su primer tanto. Parece que el gol también surtió efecto en la transmisión, porque la pantalla volvió a encenderse.

“Freibier, Freibier, Freibier” (cerveza gratis). Enfervorizados, incluso los hinchas que no dominaban el idioma alemán se sumaron al coro, admirados por la generosidad desplegada en el bar germano. El cónsul consiguió que una empresa alemana patrocinara el expendio gratuito de cerveza.

El partido le roba la película a la playa de Copacabana.
El partido le roba la película a la playa de Copacabana.Imagen: Barbara Mohr

Alemania gana más adeptos

La comunidad de los hinchas de la selección alemana crece en Brasil. Ello no obedece solo al entusiasmo futbolístico o a las relaciones económicas entre ambos países. También contribuye el creciente intercambio académico. Carolina Bento, por ejemplo, es una estudiante de medicina de Río de Janeiro, que agita la bandera alemana mientras bebe su cerveza. El 27 de junio viajará a Düsseldorf para estudiar en la Universidad Heinrich-Heine. Para ella, la estadía en Alemania supone el broche de oro de su estudio de medicina: “Amo Alemania, porque allá las cosas funcionan y a la gente le gusta celebrar”, dice Carolina. Ella no viste pantalón de cuero. Pero en su corazón lleva no solo los colores de Brasil, sino también los de Alemania.