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Albania vota este domingo, observada de cerca por la Unión Europea

27 de junio de 2009

Dos muertos, oficinas políticas quemadas, peleas por los carteles electorales, listas de electores incompletas y problemas con los documentos necesarios para votar, reza el balance inicial de la campaña electoral albana.

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El domingo 28 de junio, Albania elige nuevo Parlamento.Imagen: DW/ Ballvora

El domingo 28 de junio, Albania elige nuevo Parlamento. De nuevo, como ya sucediera en los comicios anteriores, la Unión Europea se ha visto obligada a advertirle al pequeño país balcánico que sólo un transcurso libre y democrático de la jornada electoral le garantizará un acercamiento a Bruselas.

Y también Estados Unidos, que está visto en Albania como un Estado protector y amigo, exigió elecciones transparentes. Cualquier otra cosa supondría dar "un paso atrás", advirtió el embajador estadounidense en el país, John Withers.

Dos coaliciones, dos promesas de cambio

Desde la caída del régimen comunista en 1991, cada uno de los principales rivales, el gobernante Partido Democrático (PD), dirigido por el derechista Sali Berisha, y el opositor Partido Socialista (PS), al frente del que se encuentra el popular alcalde de la capital Tirana, Edi Rama, han ganado en tres ocasiones unos comicios. Si esta fórmula de alternancia en el poder continúa, los socialistas deberían regresar el domingo al Gobierno. Sin embargo, las últimas encuestas apuntan una ligera ventaja para los demócratas, que contarían con el 40 por ciento de los apoyos, frente al 38 por ciento de los votos que obtendrían los de Rama.

Pero ni conservadores ni socialistas han querido enfrentarse en solitario a estos comicios. Las dos partes principales en el panorama político albano han decidido ampliar apoyos y unirse en coaliciones electorales que prometen todas ellas el soplar de nuevos vientos. Así, Berisha reunió a algunos partidos pequeños entorno a grupo bautizado como Alianza para el Cambio, mientras que Ramas hizo lo propio en una Unión para el Cambio. Por el voto de los 3,1 millones de electores y la mayoría de los 140 escaños del Parlamento, las dos alianzas compiten entre sí y contra otras dos uniones de menor envergadura.

Acusaciones de fraude electoral

Estructurados los frentes, cada cual ha llevado la campaña electoral a su modo y entre todos se han encargado de que en la fase previa a los comicios reine el caos que tan poco gusta en Bruselas: incendios, dos muertos y todo tipo de incidentes entre enemigos políticos.

Berisha puede presumir, con razón, de haber cumplido con el compromiso de hacer ingresar a su país en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Y puesto que lo de las promesas parece dársele bien, durante la presente campaña electoral continuó aplicando la táctica: si los albaneses confían en él, habrá nuevos puentes, centrales eléctricas, escuelas y calles, se crearán puestos de trabajo para la población empobrecida y subirán los salarios y las pensiones.

Los socialistas, por su parte, prefieren la estrategia del ataque y acusan al derechista de alejar a Albania de la UE y de orquestar un fraude electoral: el Ministerio del Interior retrasó la emisión de los nuevos documentos personales electrónicos, que son indispensables para ejercer el voto, a consecuencia de lo cual no podrán acudir a depositar su papeleta más del 15 por ciento de los habilitados para ello.

"Los que quieren falsificar los resultados electorales deben ser castigados por la ley, no permitiremos manipulaciones", advirtió Rama. Un grupo de 2.500 observadores nacionales y 400 extranjeros vigilarán el transcurso de los comicios en los 4.800 locales electorales del país.

Autor: Luna Bolívar/ dpa

Editor: José Ospina Valencia

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