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En Albania, las duras tareas del campo son cosa de mujeres, algo que ya era así durante el comunismo. En el norte del país, de férreas creencias católicas, las normas del Kanun sobrevivieron a los tiempos de la dictadura de Enver Hoxha. Establecen, por ejemplo, que la mujer es propiedad del hombre, a quien se permite golpearla o incluso matarla en caso de que desobedeciera o cometiera una infidelidad. Fabiola Egro decidió ponerle fin. Es cofundadora del movimiento feminista albano. La antigua región pantanosa de Durrës es uno de sus principales epicentros.