Ver el Mundial en casa del Señor

Ir a misa sin tener por ello que perderse el partido: el sueño de muchos hombres. La Iglesia Evangélica alemana, la principal organización protestante de Alemania, quiere concederle el deseo a sus feligreses, aunque sólo sea por el corto tiempo que dure el Mundial 2006, y con la excusa de que el evento se celebra sobre suelo propio.

Fútbol: parte de la vida

"El fútbol es una parte muy importante de la vida. Nada más, pero nada menos", opina la Iglesia Evangélica de Alemania. Teniendo en cuenta dicha premisa, y sin poder obviar que se acerca un Mundial que pondrá todo el país patas arriba, los evangélicos han decidido no perderse la diversión y aprovechar el evento para salir un poco de la rutina teológica.

Ya son más de un centenar las congregaciones evangélicas que se han solicitado permiso para mostrar el Mundial en sus iglesias, y se espera que sean más, puesto que el plazo para registrarse estará abierto hasta quince días antes de que empiece el torneo. La FIFA otorga a ciertos colectivos, siempre y cuando se haga un uso no lucrativo de las imágenes deportivas, derechos gratuitos de emisión, y en las iglesias evangélicas alemanas comienzan a instalarse las pantallas gigantes.

Pero en la casa del Señor no sólo se verá, sino que también se hablará de fútbol. Los sermones durante el Mundial tratarán sobre el balompié. Y para los párrocos que aún no comprendan por qué el Bayern no se ha clasificado para el Mundial, o para que nadie confunda la misa con el programa deportivo de la semana, la Iglesia Evangélica ha publicado un escrito de 84 páginas en el que se dan consejos prácticos sobre cómo abordar el tema fútbol.

Chips, cerveza y "oe, oe…"

Quizás la Iglesia Evangélica debiera también escribir un documento sobre cómo comportarse dentro de la parroquia cuando uno se ve arrastrado por la pasión futbolística. Seguramente, las blasfemias no estarán permitidas, pero muchos se preguntarán: "¿también si no era penalti?". Un tema espinoso sin duda serán los gritos y los cánticos, muchos de ellos poco amorosos con el prójimo, y los improperios al árbitro o a los jugadores rivales.

Además, ¿se puede comer en una iglesia? Tal vez baste con sustituir las patatas fritas, o la típica "Currywürst" alemana (salchicha en salsa picante), por unas cuantas hostias, más acordes con el ambiente. La cervecita del descanso y el cigarrito para pasar los nervios se pueden dar prácticamente por vetados, aunque nunca se sabe.

Tendremos que esperar aún unos meses para saber cómo se vive un Mundial en una iglesia. Pero lo que al final quedará claro es con qué equipo jugó la Gracia divina.