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Unos 63.000 niños cruzaron la frontera de EE.UU. en 2014

8 de agosto de 2014

Según la Casa Blanca, en los últimos meses el número de niños que cruza la frontera ha disminuído, pero las cifras siguen siendo estremecedoras. Esta llegada masiva ha desbordado al Gobierno estadounidense.

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Imagen: picture-alliance/dpa

"Las cifras siguen siendo altas en comparación con los estándares históricos", dijo el viernes (08.08.2014) el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. "La tendencia histórica también indica que cuando el clima es un poco más frío y entramos en el otoño y el invierno, tradicionalmente las cifras de arrestos vuelven a subir", aseguró Earnest a los periodistas.

Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), cerca de 63.000 niños indocumentados no acompañados, la mayoría procedentes de Centroamérica, han cruzado la frontera de Estados Unidos en lo que va de año fiscal (octubre de 2013 hasta julio de 2014). La patrulla fronteriza estadounidense detuvo a 62.998 niños y adolescentes no acompañados menores de 17 años, el doble que en el mismo periodo del año fiscal anterior, cuando se detuvo a 31.491 menores no acompañados.

La patrulla fronteriza hizo público en un comunicado que Honduras es el país del que procede la mayoría de los niños no acompañados detenidos (17.582), seguido de Guatemala (15.733), El Salvador (14.591) y México (13.675). La patrulla fronteriza también informó de un aumento significativo de las familias detenidas en la frontera, es decir, de adultos que viajan con niños: 62.856 unidades familiares en lo que va de año fiscal, frente a las 11.001 en el mismo periodo del año fiscal 2013.

No hay deportación inmediata

A diferencia de los niños mexicanos, los centroamericanos no acompañados no pueden ser deportados a su país de origen inmediatamente tras su detención. La ley William Wilberforce de Reautorización para la Protección de Víctimas del Tráfico de Personas (TVPRA, por sus siglas en inglés) de 2008 aumentó significativamente la protección de niños indocumentados no acompañados en Estados Unidos. Esta ley, aprobada durante la administración de George W. Bush, impide la deportación acelerada de niños migrantes indocumentados originarios de países no fronterizos con Estados Unidos.

En virtud de esta ley, el Gobierno estadounidense puede deportar inmediatamente a niños indocumentados no acompañados mexicanos o canadienses, ya que ambos países comparten frontera con Estados Unidos. Pero en el caso de los niños centroamericanos o de otros países que cruzan solos la frontera es un tribunal de inmigración el que debe decidir si deben ser o no deportados a sus países de origen. Todo este proceso, desde que el inmigrante indocumentado recibe su citación hasta que el juez decide su suerte, puede durar meses o incluso años. El tiempo medio de espera en los tribunales de inmigración de Estados Unidos es actualmente de 587 días hasta que se resuelve el caso.

Cantos de sirena

La llegada masiva de niños migrantes no indocumentados ha desbordado la capacidad del Gobierno estadounidense, que está movilizando recursos y personal a la frontera para tratar de atajar esta crisis humanitaria. Sin embargo, el Ejecutivo de Obama encuentra presiones sobre su forma de actuar al respecto. Hoy mismo, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, pidió a Barack Obama que no ceda ante los que piden que utilice su poder ejecutivo para detener las deportaciones de inmigrantes indocumentados que viven en el país y les otorgue algún tipo de alivio migratorio.

"Obama debería resistirse a los cantos de sirena del interés político y enfrentarse a su base política para hacer lo que es correcto, incluso aunque esto vaya a ser más duro", dijo el republicano Boehner en un artículo de opinión publicado hoy en el diario online Politico. Boehner reiteró que la crisis humanitaria que hay actualmente en la frontera sur de Estados Unidos ha sido provocada "en parte" por las políticas del presidente Obama en materia de inmigración.

El presidente de la Cámara de Representantes considera que el programa de acción diferida (DACA, por sus siglas en inglés) -aprobado por la administración Obama en junio de 2012- ha tenido un "efecto llamada" en Centroamérica, pues los coyotes han difundido el rumor infundado de que si los niños cruzan la frontera obtendrán un permiso y podrán quedarse a vivir en Estados Unidos. Gracias al programa DACA, unos 600.000 jóvenes indocumentados se han beneficiado de este alivio migratorio, que les ha permitido estudiar en la universidad o trabajar en Estados Unidos sin temor a ser deportados a sus países de origen por no tener los papeles en regla. Boehner instó a Obama a trabajar con el Congreso para "reparar nuestro sistema de inmigración roto" y a no gobernar por decreto en materia de inmigración.

Las organizaciones pro inmigrantes confían en que Obama anuncie en septiembre el fin de las deportaciones y la regulación del estatus de gran parte de los once millones de indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos.

MS (dpa/Reuters)