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Una revolución en el diseño arquitectónico

Andrea Horakh/ CP17 de julio de 2012

Con el deconstructivismo comenzó una revolución en la arquitectura, caracterizada por líneas oblicuas y edificios que parecen resistir a la ley de la gravedad. Pero ese espíritu rebelde ha sido absorbido por el sistema.

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Imagen: isochrom.com


Los arquitectos deconstructivistas son rebeldes que se especializan en desarticulan las formas simétricas. La proporción, el cubo, la línea predecible son para ellos el horror en estado puro. Los arquitectos austríacos Wolfgang Prix y Helmut Swiczinsky, por ejemplo, a quienes se conoce como “Coop Himmelb(l)au”, algo así como “Cooperativa Cielo Azul”, tienen por objetivo, justamente, “reconstruir el cielo”. La arquitectura es para ellos materia cambiante y en transición, como las nubes.


La mayor obra en construcción de Alemania

En Fráncfort del Meno, Wolfgang Prix dirige una obra en construcción gigantesca que albergará a 2.500 empleados de unos 30 países. Allí se erigirá un edificio de gran simbolismo: la nueva sede del Banco Central Europeo (BCE), uno de los mayores proyectos arquitectónicos de Alemania y, seguramente, uno de los más importantes.

Modelo digital del diseño para el Banco Cental Europeo, de Coop Himmelb(l)au.
Modelo digital del diseño para el Banco Cental Europeo, de Coop Himmelb(l)au.Imagen: dpa

En 2004, “Coop Himmelb(l)au”, ganó la licitación para el proyecto del BCE. Desde hace dos años se está levantando el rascacielos, que contará con 43 pisos en la torre sur y 45 en la norte, y que mide 220 metros de altura. Mientras el euro se hunde en una crisis cada vez más profunda, las torres del BCE ascienden hacia los cielos. Y plantean la cuestión acerca del rumbo que ha tomado el deconstructivismo. ¿Cuál fue el destino de estos héroes del diseño arquitectónico?


Los comienzos

En 1998, el arquitecto estadounidense Philip Johnson crea el concepto de “deconstructivismo”. Comienzan a llevarse a cabo obras de alta complejidad estática que, a primera vista, parecería que podrían derrumbarse en cuestión de segundos. Puertas, escaleras y ventanas ya no están al servicio del hombre, sino que se vuelven objetos con un valor estético propio.

El deconstructivismo hace estallar las formas con su estilo de líneas irregulares y expresivas. El mundo parece ponerse de cabeza, y los límites entre el afuera y el adentro se difuminan. Es un grito de libertad y una verdadera revolución de los cánones arquitectónicos.

La arquitecta Zaha Hadid, británica de origen iraquí, recibió en 2004 el galardón más importante de ese rubro, el premio Pritzker. Sus obras parecen no responder a la ley de gravedad. Actualmente, sus creaciones, en las que priman los espacios que fluyen los unos dentro de los otros son elogiadas por críticos y arquitectos de todo el mundo. Es una de las profesionales más buscadas por clientes pudientes como, por ejemplo, los de Emiratos Árabes. Su diseño va más allá de toda vanguardia, pero también está alejado de decisiones democráticas.

Central de bomberos de Weil, diseñada por Zaha Hadid.
Central de bomberos de Weil, diseñada por Zaha Hadid.Imagen: picture-alliance/dpa


El “efecto Bilbao”

En 1997 se inauguró el Museo Guggenheim Bilbao, de Frank Gehry, que luego se convirtió en uno de los más visitados del mundo. Cientos de miles de personas llegan anualmente a esa ciudad vasca para verlo, y el museo se convirtió en un factor de cambio para toda la región, naciendo así un hito de la arquitectura y, al mismo tiempo, el concepto de “efecto Bilbao”. Así fue como los rebeldes deconstructivistas pasaron a formar parte del mainstream. A sus obras se las llama hoy architaintment, un juego de palabras entre “arquitectura” y “entretenimiento”.

Museo Guggenheim de Bilbao.
Museo Guggenheim de Bilbao.Imagen: picture-alliance/dpa

Algo que queda absolutamente claro es que los audaces diseños de los deconstructivistas lograron acabar con el aburrimiento de las formas. Son símbolo de un espíritu aventurero cuya mejor herencia es un par de magníficos edificios. Pero de su fuerza revolucionaria ya no queda mucho, ya que ha sido engullida por el sistema.

Autora: Andrea Horakh/ CP

Editor: Enrique López