Una campaña inédita quiere convencer a los habitantes de Berlín de apoyar medidas radicales, como expropiar a las inmobiliarias, para combatir la crisis de la vivienda, agravada por la pandemia de COVID-19, forzando un referéndum en la ciudad. Los activistas de "Deutsche Wohnen & Co. Enteignen", literalmente "expropiar Apartamentos Alemanes", un gigante inmobiliario omnipresente en la ciudad, deben reunir más de 170.000 firmas para poder organizar un referéndum, según las reglas locales de democracia directa.
Su objetivo es forzar al ayuntamiento a adquirir los bienes de las empresas que posean más de 3.000 viviendas en Berlín, donde más del 80% de los habitantes son inquilinos. Inimaginable hace unos años, el proyecto entusiasma a muchos berlineses, abrumados por el alza de los alquileres en esta ciudad de 3,7 millones de habitantes. Para que se celebre el referéndum local, la petición necesita el apoyo del 7% del electorado. Una primera fase de la campaña reunió cerca de 77.000 firmas el año pasado.
La fuerte atracción que ejerce la capital alemana para los inversionistas y la falta estructural de vivienda incrementaron los precios en casi el 85% entre 2007 y 2019. "Todo el mundo tiene derecho a tener un lugar donde vivir", afirma a la AFP Jannick, de 29 años, que espera frente a un puesto para firmar una petición.
Encontrar piso en Berlín se ha convertido en una tarea muy complicada.
La municipalidad ya adoptó una emblemática ley de limitación de alquileres que entró en vigor el año pasado y permitió frenar el alza de precios. Pero el dispositivo hizo bajar un 57,5% las ofertas de alquiler, pues muchos propietarios renunciaron a alquilar sus bienes, según el instituto de economía DIW. Los propietarios esperan saber si la Corte Constitucional, que debe pronunciarse en las próximas semanas, invalida esas limitaciones para las viviendas antiguas.
"Necesitamos un dispositivo permanente y la puesta en común de los bienes inmobiliarios es una solución", señala a la AFP Ingrid Hoffman, de "Deutsche Wohnen Enteignen". Otro portavoz de la iniciativa, ÇRouzbeh Taheri, declaró a la agencia dpa que "es una situación histórica: podemos decidir este año en Berlín retirar un número considerable de apartamentos del mercado inmobiliario con fines de lucro y ponerlos bajo control democrático".. "Es hora de que acabemos con la especulación con nuestros apartamentos y, por lo tanto, creemos alquileres asequibles para todos los berlineses", añadió.
El colectivo basa sus reivindicaciones en el artículo 15 de la Constitución alemana, que establece que "las tierras, los recursos naturales y los medios de producción pueden convertirse en propiedad común" si está en juego el interés general. El artículo, adoptado en 1949 en Alemania del Oeste tras la Segunda Guerra Mundial, ha caído desde entonces en el olvido.
"Las expropiaciones no son constitucionales ni económicamente viables para los berlineses", declaró a la AFP Marko Rosteck, portavoz de Deutsche Wohnen, que posee unas 111.000 viviendas en la capital. El alcalde de Berlín, el socialdemócrata Michael Müller, también es escéptico y prefiere "acuerdos con el sector privado" en una ciudad tan endeudada que difícilmente podría hacer frente a las compensaciones económicas de las expropiaciones, de llegar a producirse. (afp/dpa)
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
A la venta
El 80% de las casas están a la venta en La Habana. A diferencia de otras ciudades, la capital cubana tiene un punto de encuentro entre compradores y vendedores: el Prado. ¿Qué hacen entonces? Recurren a carteles para anunciar la vivienda, como este de Cienfuegos.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Llegar a un acuerdo
Sábado por la mañana. Potenciales compradores, propietarios e intermediarios se reúnen en la esquina del Paseo del Prado con Colón, en La Habana, en busca de ofertas.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Un cartón bien caro
La gente publicita sus ofertas con carteles hechos a mano. Comprar una casa con un salario público es una tarea casi imposible, ya que se necesita muchísimo dinero para adquirir una propiedad. Oficialmente, los extranjeros no pueden comprar casas, pero pueden hacerlo poniendo el nombre de un cubano en las escrituras.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Conseguir financiación
Milagro Socaraz Arazora, que vive con sus dos hijos y su madre en La Habana Vieja, quiere vender su casa por 40.000 pesos cubanos convertibles (34.000 euros) y comprar una más barata por 15.000 en las afueras de la capital. Con la diferencia quiere viajar al extranjero y empezar un negocio de importaciones y exportaciones.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Vivienda asequible
Alamar, a unos 15 killómetros del centro de La Habana, es un distrito con viviendas más baratas. A menudo, la gente vende sus casas en el centro como medio para conseguir dinero. Antes de 2012, los cubanos solo podían intercambiar sus casas. se aplicaba el valor establecido en los primeros años de la Revolución, así que los contratos tenían un valor de menos de 100 dólares.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
¿Trato hecho?
Jorge (name ficticio) trabaja como permutero (intermediario). Se pasa el día recorriendo las calles en busca de casas en venta. No puede permitirse pagar una licencia, ya que las tasas gubernamentales son demasiado altas. Si logra llevar a cabo un intercambio de casas, se lleva una pequeña cantidad de cada una de las partes. Y si logra una venta, le dan el 5% del precio.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Todo tiene truco
Los usufructos son habitaciones o espacios donados por el Gobierno donde la gente puede vivir gratuitamente. Ya que no hay derechos de propiedad, no pueden venderse. Oficialmente. No obstante, este propietario quiere cobrar 7.000 pesos cubanos convertibles a los potenciales combradores. Se registrará en el censo el cambio de dirección, pero no se firmará contrato alguno ante un notario.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Llegar a fin de mes
Con 79 años, Mario Díaz es uno de los intermediarios de mayor edad del Prado. Necesita el dinero, ya que su pensión pública no le da para vivir. vendió su última casa en septiembre. Y la anterior, en noviembre de 2017.
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Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
¿Hora de un cambio?
Aunque las casas se vendían de forma clandestina antes de 2012, la legalización del mercado de la vivienda ha provocado que más gente venda su casa y se mude. Los precios reales no corresponden con el valor de referencia. Y es que el mercado y sus participantes confían en el acuerdo de palabra.
Autor: Sanne Derks