1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Desastre bancario

16 de septiembre de 2011

Las pérdidas millonarias registradas por el banco suizo UBS debido a operaciones no autorizadas y la necesidad de controles bancarios más severos son comentadas por editorialistas.

https://p.dw.com/p/12aCH
Central del banco UBS en Zúrich.
Central del banco UBS en Zúrich.Imagen: picture-alliance/ dpa


Süddeutsche Zeitung, de Múnich: “Entretanto, las instituciones bancarias de todo el globo tienen que hacer malabarismos con sumas apocalípticas que escapan a la imaginación de la mayoría de las personas. La gente se siente a merced de los mercados financieros, cuyos mecanismos no entienden y apenas están en condiciones de entender. Y eso no sólo se aplica al ciudadano común. El nuevo caso del banco suizo UBS, que perdió dos mil millones de dólares en negocios especulativos, demuestra que no se puede confiar en lo que dicen los bancos. Es evidente que el manejo del riesgo de, al menos, esta institución sigue siendo deficiente a pesar de los escándalos y crisis financieros. Con todo, el UBS no es una agrupación de baja estofa, sino que era considerado un símbolo de solidez. Hasta que, durante la crisis financiera, cayó en bancarrota y tuvo que ser rescatado por los contribuyentes. Se podría pensar que, después de semejante experiencia límite, los bancos deberían tomar severas medidas de control.”
 

"El síndrome Swissair"

Basler Zeitung, de Basilea: “En lugar de adaptar el tamaño del banco suizo UBS a la disminución de la demanda y devolver el capital a los accionistas, los grandes bancos siguen buscando nuevos campos de acción para sus negocios. En su búsqueda, se les ocurren ideas aparentemente inofensivas que rápidamente podrían convertirse en peligrosas. (…) El operador del UBS debe haber negociado un enorme volumen como para llegar a semejante pérdida. Y seguramente lo hizo con el beneplácito de sus jefes, ya que el negocio deja sólo un pequeño margen de ganancia. La compañía aérea Swissair siguió la misma ruta hace diez años, hasta que se estrelló. En lugar de abandonar la guerra de precios y limitarse a un modelo económicamente sensato, Swissair trató de salvarse a través de la expansión. Y ese ‘Síndrome de Swissair' ha contagiado ahora al sector financiero.”
 

“La paciencia tiene un límite”

Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “Cabe recordar que tampoco los bancos operan aislados de la realidad. Son parte de los Estados y de sus ciudadanos. Y vivir en democracia significa que las mayorías –por más impredecibles que sean- puedan sentar normas para poner límites a la libre empresa. (…) Sería de desear que los bancos pongan por fin en práctica la lección aprendida acerca de que no es posible hacer buenos negocios sin un anclaje estable en la sociedad. La competitividad internacional de los mercados europeos no será dañada, a largo plazo, por un control más estricto del capital propio sino por la pérdida de reputación, respeto y apoyo de la opinión pública, cuya paciencia tiene un límite.”
 

“El que paga es el contribuyente”

Hospodarske Noviny, de Praga: “El principio es siempre el mismo. A la caza de ganancias 'seguras' a futuro se transgreden las reglas sin consideración por las pérdidas ocasionadas en el presente. En 1994, Nick Leeson llevó a la ruina a uno de los bancos británicos más antiguos, y ahora Kweku Adoboli ha causado un perjuicio de, supuestamente, dos mil millones de dólares al gigante suizo UBS. (…) Pero si se observa a los mercados, se constata que los bancos se comportan tan arriesgadamente como sus operadores. (…) La diferencia consiste en que, en los casos individuales de fraude, los operadores bancarios son condenados a prisión. En cambio, cuando se trata de los bancos, se habla de que los mercados correrían un riesgo inevitable. Con esa lógica, no se castiga por las pérdidas de los bancos a su personal directivo, sino a los contribuyentes.”

Autora: CP/ dpa
Editora: Emilia Rojas