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Twitter, Facebook y otros medios: el día después del rescate en Chile

14 de octubre de 2010

Los trabajadores de la mina chilena San José están a salvo. Un dramático episodio llega así a su fin, y deja como resaca las huellas de un gigantesco seguimiento en el que se volcaron medios sociales y convencionales.

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"Misión cumplida", grabada en vídeo y colgada en Internet.Imagen: AP

“Estamos muy contentos de que todo esté transcurriendo sin problemas y de que cada uno de los hasta ahora rescatados dé muestras de un estado de salud satisfactorio”, declaraba la canciller alemana, Angela Merkel, mientras en Chile proseguía la Operación San Lorenzo. El mensaje lo transmitía la mandataria alemana vía nota de prensa, que uno de sus portavoces, Steffen Seibert, se encargaba de leer.

“Nuestros pensamientos y deseos están con los chilenos, y eso hasta que el último minero sea liberado”, continuaba la misiva de Merkel. Aproximadamente al mismo tiempo, José Manuel Durao Barroso, el presidente de la Comisión Europea, expresaba su “gran alivio por el exitoso comienzo de la operación de rescate en San José”, y ello lo hacía con una carta.

Terminadas las tareas de salvamento y sanos y salvos los 33 trabajadores latinoamericanos, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, aseguraba en un comunicado que Berlín compartía “con los mineros y sus familias la alegría de este día”, y Jerzy Buzek, el presidente del Parlamento Europeo, daba a conocer por escrito que “hoy celebramos la alegría de vivir”.

Sin embargo, pese a que en la cúpula política germana y comunitaria se siga usando el papel, gran parte de la información en torno a este espectacular rescate ha sido digital y un importante monto de ella se ha difundido a través de Internet.

A través de Twitter y Facebook

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Un drama nacional sobrepasa fronteras.Imagen: AP

Estar frente a la pantalla del ordenador llegó a ser por momentos casi como encontrarse en el desierto de Atacama, o incluso en la piel misma de la Cápsula Fénix: un usuario creó en Twitter @CapsulaFenix2, una cuenta con el nombre del compartimento que transportaba a los mineros hasta la superficie, narrando el proceso desde el supuesto punto de vista del aparato.

Uno a uno pudieron ir leyéndose los nombres de los liberados en numerosos perfiles de Twitter: medios de comunicación, instituciones oficiales, particulares de todas las nacionalidades. En un sinfín de idiomas se comentaba el rescate en este portal, así como en la página de Facebook que un internauta residente en Austria había creado para los “chilean miners”.

El presidente venezolano, Hugo Chávez @chavezcandanga, su homóloga argentina, Cristina Fernández de Kirchner @CFKArgentina, y muchos otros políticos latinoamericanos usaron la Red para enviar sus mensajes a Chile. En Madrid, el perfil de la casa presidencial de La Moncloa escribía a Sebastián Piñera y al Gobierno chileno a través de Twitter: “Rodríguez Zapatero os hace llegar el afecto del pueblo español”.

A modo de lugar de comunicación, Internet se ha ganado una posición privilegiada. Fenómenos como la difusión que encontraron a través de los medios sociales las denuncias que llegaban desde Irán el pasado año contra los resultados electorales año volverán con toda probabilidad a repetirse, porque la Red es difícil de controlar. Fenómenos como el eco que ha tenido el emocional salvamento de los mineros surcarán quizás de nuevo el ciberespacio, porque el de interactuar con un amplio número de personas es ahora mucho más fácil.

Televisiones, audiencias y donaciones

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Equipos de televisión montando guardia frente a la mina San José.Imagen: AP

Pero no sólo de Internet vivió el espectáculo formado en torno a la liberación de los mineros: las dimensiones no habrían sido las mismas si televisiones de todo el mundo no hubieran retransmitido el rescate completo. Alrededor de 1.000 millones de personas se cree que pudieron seguir en directo lo que sucedía en el país latinoamericano, periodistas acreditados de todos los rincones del globo mandaban sus relatos a las redacciones centrales, que después serían portada de diarios y apertura de informativos.

El drama de los obreros atrapados a 700 metros de profundidad alcanzó así su punto álgido, después de ser noticia durante semanas. Concentrada tanta audiencia, no era malo el momento para hacer un poco de publicidad: las gafas que portaban los rescatados a su salida de la mina las donó la marca estadounidense Oakley, Apple les regaló un iPod de última generación y la minera griega Elmin, junto con las compañías ANEK Lines y Hellenic Airways, un viaje a Grecia.

Tras la sobredosis de sentimientos que recorrió ayer el mundo, habrá llegado el momento de analizar qué fue lo que convirtió a esta tragedia con final feliz en semejante foco de interés.

Autora: Luna Bolívar

Editora: Emilia Rojas Sasse