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Trabajo: 40 horas semanales

21 de julio de 2004

En Europa arrecia la discusión sobre la jornada laboral, que las empresas desean ampliar a 40 horas semanales en Alemania. La prensa europea dedica varios comentarios a esta pugna, que pone en aprietos a los sindicatos.

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Protestas en la planta de DaimlerChrysler en Bremen.Imagen: AP

El Financial Times, de Londres, opina: "El paso hacia una ampliación del tiempo de trabajo en Alemania y Francia da cuenta de un sorprendente cambio estructural. Demuestra que la economía de Europa continental está mucho menos anquilosada de lo que sus críticos sostienen. Para corroborarlo habría que agregar que Europa continental presenta en muchos aspectos casi tanto rendimiento como Estados Unidos. (...) Sin embargo, aunque ciertas previsiones económicas de corto plazo y la opción de prolongar la jornada laboral auguren mejores tiempos para la industria europea, el panorama más amplio es menos promisorio, sobre todo en Alemania. El consumo interno adolece de una debilidad crónica. El desempleo seguirá aumentando. (...) La recuperación de la eurozona es frágil debido a la debilidad de los mercados de exportación de sus principales países miembros."

La responsabilidad del gobierno

El matutino Frankfurter Rundschau, de Fráncfort del Meno, apunta que el canciller alemán califica la discusión sobre las horas de trabajo de 'cacareo' gremial y señala: "Gerhard Schröder no tiene nada que ver con esta pugna, a su juicio ideológica. Eso es lo que él dice. Quizás también lo piensa. Si es así, se equivoca por partida doble: no se trata de un 'cacareo', sino de algo medular. Su gobierno es responsable de la dura postura que asumen los empresarios. Desde el sector gubernamental y empresarial llega el mensaje de que habrá menos contemplaciones; en el primer caso para con los socialmente débiles y en, el segundo, para con los trabajadores."

Ataque empresarial

El Westdeutsche Zeitung, de Düsseldorf, comenta: "Las cúpulas de los grandes consorcios tocan la diana para el ataque general. Vislumbran su oportunidad, en una fase en que los sindicatos luchan por sobrevivir y los grandes partidos no pueden, o no quieren, ofrecer resistencia. Esta actitud resulta comprensible desde el punto de vista de los balances empresariales y el afán de lucro. Pero apunta, en parte, en la dirección equivocada y conlleva riesgos. Alemania no puede competir, en cuanto a sueldos, con los países de mano de obra barata de Europa del Este o Asia. Eso no cambiaría aunque se trabajara 45 horas a la semana. Aumentar el trabajo sin compensación salarial puede ayudar transitoriamente a mejorar los balances y alegrar a los accionistas, pero no constituye una salida a los problemas actuales: la coyuntura interna está estancada y el consumo sigue bajando."

Mayor productividad

El periódico holandés Trouw subraya: "Las estadísticas sobre la jornada laboral reflejan sólo media verdad. La otra mitad consiste en que la productividad por cada hora de trabajo supera en Holanda, Alemania y Francia a la de Estados Unidos. (...) Es cierto que algunas empresas tienen dificultades para competir con los países de mano de obra barata. Para poder mantener aquí sus plantas de producción, se proponen rebajar el salario por hora. Pero los sueldos no podrán retrotraerse a los niveles de Polonia o la República Checa."