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Telenovelas: en ningún sitio como en Latinoamérica

Luna Bolívar Manaut13 de diciembre de 2006

Una tras otra, las telenovelas nacionales desaparecen de las pantallas de televisión alemanas. Las cuotas de audiencia son un desastre. ¿Por qué? Los espectadores prefieren el modelo original: el latinoamericano.

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"Verliebt in Berlin", la versión alemana de "Yo soy Betty, la fea".Imagen: Sat1

550 capítulos esperando que él se dé cuenta de que ella es el amor de su vida. A que por fin comprenda que la mujer con la que piensa casarse es una bruja miserable cuya maldad supera toda inventiva humana. 550 capítulos esperando a que ella se atreva por lo menos a dirigirle la palabra. A que deje sus labores de buena samaritana y se ocupe de solucionar ese desastre de vida que lleva. 550 capítulos de vueltas que da el destino, alargando 550 días el final feliz que sin lugar a dudas va a producirse: cuando él abandone a su prometida después de percibir la existencia de ella, en el mismo instante en el que ella dijo por primera vez "hola".

La trama es sencilla. Basta con cambiar un poco el escenario para hacerla todo lo original que tiene que ser. Los alemanes lo han intentado. Pero acaban reconociendo que nadie como los latinoamericanos sabe llevar una telenovela a buen puerto.

Si él la quiere a ella, antes que ella a él

No se llaman Carlos Alfredo ni Ricardo Alberto, sino Bruno y Jürgen. Tienen 20 años, cara de 15, y aún no saben lo que quieren en esta vida. El destino no les plantea grandes desafíos. Es su propia indecisión la que complica la trama. E incluso, no es ella la perdidamente enamorada sin valor para dar el paso, sino que es él quien ya sabe que ella es la única mujer sobre la faz de la Tierra. ¡Así no se gana al público!

Telenovela Verliebt in Berlin bei Sat 1
Alexandra Neldel y Mathis Künzler, nuevos protagonistas "Verliebt in Berlin".Imagen: dpa

Las productoras de televisión alemanas llevan tiempo lanzando telenovelas al mercado. Algunas, como Verliebt in Berlin (Enamorado/a en Berlín), la versión germana de la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, fueron todo un éxito. Pero desde que Lisa, la protagonista de ViB, como se conoce a la serie, se quitó las gafas y se topó por primera vez con las tijeras de un peluquero, las cuotas caen en picado y los espectadores cambian de canal. Quizás la telenovela dura ya demasiado.

Sat 1, la misma cadena de televisión que emite ViB, encuentra dificultades para vender al público alemán otra de sus telenovelas: Schmetterlinge im Bauch (Cosquillas en el estómago). "En el futuro nos ceñiremos más al principio latinoamericano: una mujer joven se enamora de un hombre y le resulta difícil conquistarlo", dijo la portavoz de Sat 1, Kristina Faßler, a la revista alemana Spiegel. En Sat 1 están convencidos de que el experimento falló. En Schmetterlinge im Bauch, los protagonistas "están enamorados en el sentido equivocado", asegura Faßler. Es decir, él es el que quiere. Ella es la despistada.

Neue Sat.1 Serie Schmetterlinge im Bauch
En la telenovela "Schmetterlinge im Bauch", el amor fluye al contrario.Imagen: picture-alliance/ ZB

550 capítulos manteniendo la tensión

Un final abrupto. O condenadas a horarios de relleno, como las 10 de la mañana. Este es el destino de las telenovelas que no llegan a los corazones alemanes. Conseguir que un alemán tenga paciencia para aguantar 550 capítulos de sollozos amorosos no resulta sencillo. Pero tampoco es imposible. Sólo hay que darle algo de lo que espera: un poco de pasión latina.

Lotta in Love, Zwei Engel für Amor (Dos Ángeles para Amor) o Braut der Willen (Novia de las Voluntades) son algunas de las series con las que han probado suerte las cadenas alemanas, pero que la audiencia condenó a mejor vida. Bien provocando un final abrupto. Bien condenándolas a horarios intempestivos. Los productores alemanes no quieren renunciar a las eternas historias de enamoramientos turbulentos. Pero para convencer de nuevo al público van a tener que repasar las telenovelas que les llegan del otro lado del Atlántico. Menos contemplativas. Y mucho más dramáticas. El resto, aburre.