Suecia se despide de Anna Lindh
19 de septiembre de 2003
Pese a que los resultados de las pruebas genéticas practicadas al principal sospechoso se encuentran en poder de la policía desde el jueves, la fiscalía mantiene silencio absoluto al respecto. Sin embargo el acusaado permanecerá en prisión. Un tribunal de Estocolmo falló a favor de la petición de la fiscalía sueca, que pedía más tiempo para presentar las pruebas.
El hombre de 35 años, corresponde a la descripción hecha por algunos testigos, y tiene un gran parecido con la imagen captada por un video. Es sospechoso de haber acuchillado a Anna Lindh el pasado 10 de septiembre mientras hacía unas compras en un centro comercial de Estocolmo sin guardaespaldas. La ministra pereció al día siguiente a consecuencia de las heridas.
La decisión del tribunal estuvo precedida por largas negociaciones. Al parecer no hay pruebas contundentes de que el hombre detenido es el asesino, por lo que, según la ley sueca, debiera ser puesto en libertad. La fiscalía teme que el acusado se dé a la fuga, y afirma que una vez en libertad, podría influir en las investigaciones. Las huellas digitales genéticas del sospechoso fueron comparadas con una gorra de béisbol encontrada en el lugar del crimen, junto con el arma mortal: un cuchillo.
Último adiós
Fue una ceremonia breve y conmovedora en el abarrotado Salón Azul del ayuntamiento de Estocolmo. El último adiós a la ministra asesinada estuvo marcado por la emoción y la evocación de los valores humanos y democráticos que la caracterizaron. Unos 1.300 invitados llegaron desde todos los puntos cardinales para despedir a Anna Lindh.
Entre los huéspedes estuvieron sus homólogos de Alemania, Joschka Fischer, de Francia, Dominique de Villepin, de Gran Bretaña, Jack Straw, el presidente de la comisión europea, Romano Prodi, así como el Rey Carl XVI Gustaf. La ceremonia fue organizada por el partido socialdemócrata al cual pertenecía la ministra, así como por su familia.
La pérdida duele mucho
Después de que la cantante Eva Dahlgren hiciera una emotiva interpretación de ‘El ángel en el espacio’, una de las canciones favoritas de la difunta diplomática, el primer ministro sueco, Goran Persson, encendió la sala con un elogio a su amiga y compañera de gobierno y de partido. "El perderla duele mucho", dijo Persson.
"Ella amaba el mundo y el mundo la amaba a ella", dijo el comisario europeo, Chris Patten, y añadió: "A veces las sinfonías inconclusas son las mejores". Patten recordó las cualidades humanas de una ministra rubia y sonriente, con una mochila a la espalda llena de papeles oficiales, que "siempre levantaba el ánimo cuando llegaba a las reuniones".
Máxima seguridad
Con motivo de la ceremonia solemne fueron impuestas fuertes medidas de seguridad en el centro de la capital sueca para proteger a los invitados extranjeros. Las calles alrededor del Ayuntamiento fueron acordonadas y helicópteros sobrevolaban la zona.
Margot Wallström, colega de la ministra se dirigió con voz entrecortada a Filip y David, hijos de Anna Lindh: "tuvieron a la mejor mamá y siempre estuvieron en su pensamiento", les dijo. "Suecia perdió a una de sus políticas más importantes y la socialdemocracia sueca, a una futura líder", dijo Nalin Pekgul, portavoz de las mujeres socialdemócratas. Su intervención recordó a muchos el discurso que pronunció la propia Lindh como presidente de las Juventudes Socialdemócratas durante los funerales del primer ministro sueco, Olof Palme, quien fue asesinado en 1986.