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¿Sucesión política o dinastía castrista?

Amir Valle19 de junio de 2015

Desde que en uno de sus discursos al pueblo cubano, Raúl Castro anunciara su retiro del Gobierno para el 2018, la sucesión política en la isla es el gran dilema que divide a todos los expertos y al pueblo cubano.

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Raúl Castro: anunció su retiro del Gobierno para 2018Imagen: picture-alliance/dpa/A. Maltsev

Empujados a la supervivencia en un país que empobrece más pese a los cantos de sirena de la nueva era entre Cuba y Estados Unidos, para los cubanos la sucesión de Raúl Castro, como sucede en el béisbol cuando se quiere salvar un juego perdido, es una jugada cantada: la consolidación del neocastrismo.

Los analistas internacionales centran sus pronósticos en las dos figuras más visibles en el actual espectro político cubano: el vicepresidente Miguel Díaz Canel y el coronel Alejandro Castro Espín. El primero, una figura con bastante popularidad entre los sectores humildes de las provincias centrales del país, donde estableció iniciativas regionales que aminoraron las carencias de la población cuando ejerció como primer secretario del Partido Comunista en los años de crisis llamados por Fidel Castro "Período Especial"; el segundo, es el único hijo varón de Raúl Castro, un coronel del Ministerio del Interior y la figura del actual gobierno con más control dentro del poder militar en Cuba, junto con su cuñado Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, el general que mueve mediante el grupo empresarial GAESA los hilos del 70% de la economía y las finanzas en Cuba.

Un coronel y un general poco conocidos

Sin embargo, encuestas realizadas recientemente por periodistas de la oposición demuestran que los cubanos no conocen, o conocen muy poco, al coronel Castro Espín y menos al general Rodríguez López-Callejas, pese a que se trata de un binomio esencial en la estrategia económica del gobierno. Sí conocen a Mariela Castro Espín, hija de Raúl, por sus públicas campañas por los derechos de la comunidad LGTB, y a Antonio Castro Soto del Valle, hijo de Fidel, por sus campañas para que el béisbol cubano se vincule a las Grandes Ligas. .Y también hablan de Fidel Castro Díaz Balart, primogénito de Fidel, ingeniero termonuclear que ganó popularidad años atrás, cuando el gobierno prometió resolver la crisis energética construyendo la Central Electronuclear de Juraguá, en Cienfuegos.

Kuba Parlament Rede von Miguel Diaz-Canel in Havanna
Posible sucesor: el vicepresidente Miguel Díaz CanelImagen: ADALBERTO ROQUE/AFP/Getty Images

"Como seguramente no habrá candidatos de la oposición, Mariela y Antonio podrían postularse con tantas posibilidades de ganar como la carta de Raúl Castro, que es Miguel Díaz Canel", dice a DW desde La Habana, el escritor y bloguero independiente Ángel Santiesteban Prats, a quien Reporteros Sin Fronteras considera uno de los 100 Héroes de la Información en el mundo. "Pero la estrategia es clara: veremos la cara de Díaz Canel, si no cae en desgracia de aquí al 2018, pero el poder económico, financiero y del comercio internacional estará en manos de esa nueva dinastía de empresarios militares que Raúl Castro tiene ya en todos los sectores importantes y que ahora mismo se afilan los dientes porque Estados Unidos y Europa, en su desesperación por repartirse el cake económico cubano, ha dejado a un lado el tema del respeto a los derechos humanos".

Mariela Castro
Mariela Castro: conocida pos sus campañas por los derechos de la comunidad LGTBImagen: picture-alliance/dpa

La continuidad del neocastrismo

Con el nuevo panorama abierto por las negociaciones entre Washington y La Habana, pocos en Cuba cuestionan que terminará imponiéndose lo que algunos analistas llaman "el neocastrismo": una estructura continuadora de la ideología antimperialista de Fidel y Raúl en el plano del discurso nacional y regional, con aperturas controladas en el plano social, la pequeña economía y las comunicaciones, pero que mantendrá el control de todo el entramado económico, financiero y militar del país.

No es tan importante quién, si no cómo se gobernará Cuba en el futuro. Al respecto, hay varias preguntas a responder: ¿dejara a un lado el clan militar sus actuales diferencias en torno a la figura de Miguel Díaz Canel como posible futuro presidente? ¿La falta de arraigo popular de Alejandro Castro Espín propiciará que surjan grietas en el férreo muro de control militar impuesto por Raúl Castro? ¿Cesaran las pugnas entre Castro Espín y su cuñado Luis Alberto Rodríguez López-Callejas en el reparto del poder militar? ¿Las ya conocidas luchas entre los herederos de Raúl, Fidel y otros líderes históricos por el control de zonas vitales de la economía nacional y las finanzas internacionales se resolverán y llegarán a convertirse en coalición dinástica para gobernar esa gallina de huevos de oro que será Cuba?