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Siria: violencia espantosa

13 de diciembre de 2011

La ONU denunció la muerte de 5.000 civiles en Siria, lo que ameritaría llevar el caso ante la Corte Penal Internacional, comenta Daniel Scheschkewitz, de Deutsche Welle.

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Cinco mil civiles han sido víctimas de la brutal represión con que las fuerzas de seguridad del régimen de Baschar al Assad ha arremetido contra la oposición. Entre ellos, 300 niños. Los verdugos de Assad mantienen recluidos a los opositores en campamentos, donde son torturados, violados, y son víctimas de ejecuciones sumarias.

Estas afirmaciones no provienen de algún grupo opositor en el exilio sino de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU. La sudafricana Navi Pillay presentó los espantosos hechos anoche ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York. Nueve meses tras el inicio de las revueltas en Siria, el régimen de Assad ha presentado la prueba final de la extrema brutalidad con la que está dispuesto a acallar las protestas.

La dimensión de la violencia y la actuación sistemática del régimen supera lo que se temía en torno a las violaciones a los Derechos Humanos. Es incomprensible que el Consejo de Seguridad mantenga silencio debido a la postura de bloqueo de Rusia y China que ha impedido una resolución de condena a la brutal represión del régimen. Lo que podría ser denunciado como crímenes de lesa humanidad amerita ya una investigación de la Corte Penal Internacional.

La comunidad internacional debería cumplir con el mandato de la ONU que la obliga a brindar protección y poner a disposición de la población siria corredores seguros en el país, que debieran ser vigilados por soldados cascos azules de países árabes vecinos. Europa y la Liga Árabe ya actúan de común acuerdo en el caso sirio.

Tanto la Unión Europea como la Liga Árabe han impuesto sanciones económicas contra el régimen, sin embargo Assad todavía parece sentirse seguro. Sabe que tiene a Rusia como potencia protectora tras de sí y cree que Occidente, debido al papel que su país juega en el Cercano Oriente, teme emprender una intervención militar. Sin embargo no ha podido controlar las protestas en su país. La oposición no se deja arrodillar, un llamado a una huelga general el pasado fin de semana fue obedecido en amplias regiones del país.

Assad ha reaccionado con gestos de amenaza dirigidos también a los países occidentales. El gobierno francés supone que tras el reciente atentado contra cascos azules franceses en Líbano se encuentra la organización islamista libanesa Hezbolá, aliada de Siria. Si el atentado es una señal de advertencia de Assad a Occidente, para impedir una intervención militar en Siria como la que hubo en Libia, muestra la inmensa presión bajo la que se encuentra el dictador árabe.

Assad ya no puede sentirse tan seguro, pues la revolución siria cuenta con un apoyo creciente, incluso en el extranjero. Según el reporte presentado este 12 de diciembre de 2011, Assad podría ocupar el banquillo de los acusados en La Haya. Otros, como el ex-dictador Slobodan Milosevic, tuvieron que seguir este camino. También él se sintió seguro muchos años bajo la protección rusa. En todo caso Europa, como se vio en la reunión del Consejo de Seguridad, no quita el dedo del renglón en el caso sirio.

Si la comunidad internacional quiere evitar una declaratoria de bancarrota moral, el reporte de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU no puede quedar desoído. Una actuación coordinada en el caso sirio no era tan urgente como ahora.

Autor: Daniel Scheschkewitz

Editor: José Ospina-Valencia