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Siria: ¿cómo se debe dialogar con Assad?

Wolfgang Dick (ERC/EL)25 de septiembre de 2015

En la cumbre por la crisis europea de los refugiados, Angela Merkel se pronunció a favor de dialogar con Bashar al Assad; pero no debería tratarse al presidente sirio como aliado, enfatiza la experta Kristin Helberg.

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Imagen: Reuters/SANA

Entre los años 2001 y 2008, Kristin Helberg fue la única corresponsal occidental oficialmente acreditada para reportar desde Siria sobre los países árabes e islámicos. Deutsche Welle habló con esta conocedora del Cercano Oriente sobre la posición asumida por la canciller alemana, Angela Merkel, en la reciente cumbre europea dedicada a la crisis de los refugiados. La jefa del Gobierno germano se pronunció a favor de dialogar con el líder sirio Bashar al Assad; pero no como aliado, enfatiza Helberg.

Deutsche Welle: Bashar al Assad ha sido descrito por los Gobiernos occidentales como un criminal de guerra. ¿Cabe esperar que el líder sirio esté dispuesto a sostener negociaciones directas con ellos?

Kristin Helberg: El régimen de Assad participa regularmente en negociaciones desde 2012, así que Merkel no estaba anunciando nada nuevo cuando habló de dialogar con él. Esas conversaciones las dirige Staffan de Mistura, el enviado especial de la ONU, quien viaja con frecuencia a Damasco. Pero la propuesta de Merkel no debe ser malinterpretada; ella no busca que Assad sea aceptado como socio en la lucha contra los terroristas del autoproclamado Estado Islámico ni en la discusión sobre la cuestión de los refugiados sirios.

Kristin Helberg, experta en temas relacionados con el Cercano Oriente.
Kristin Helberg, experta en temas relacionados con el Cercano Oriente.

Entonces, ¿por qué da la impresión de que ese diálogo no ha dado fruto alguno?

Cuando uno habla con testigos presenciales de las conversaciones que tienen lugar en Ginebra y Montreux se les oye decir con frecuencia que el régimen de Assad torpedea el diálogo porque ni él ni su entorno tienen razones para discutir su separación del poder. No importa cuán debilitada esté la posición de Assad en Siria: él sigue contando con suficiente respaldo internacional; sobre todo de Irán y de la milicia libanesa Hezbolá. A ellos se suma Rusia, que extiende su mano protectora sobre Assad desde el Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Sobre qué se debe hablar con Assad?

Con Assad se debe negociar su separación del poder en Siria. Assad ya admitió su incapacidad para controlar el país y la inevitabilidad de renunciar a ciertas regiones. Entonces, hay que conseguir una alternativa. Pero antes es necesario detener los ataques aéreos perpetrados por el régimen de Assad porque éstos destruyen todas las estructuras comunales necesarias para llevar a cabo, más tarde, la reconstrucción de la sociedad civil. Las bombas de Assad han fortalecido a Estado Islámico porque lo convierten, a los ojos de muchos, en una instancia protectora de los sunitas.

¿Qué es lo que se necesita con mayor urgencia para concebir una solución?

Paralelamente a los esfuerzos diplomáticos, a los que apuesta el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se necesita presión militar. Mientras Assad se siga sintiendo seguro se abstendrá de entregar el poder. La creación de zonas de exclusión aérea sobre Siria sería una medida a considerar para obligar a Assad a sentarse a la mesa con auténtica disposición para la negociación. Conseguir que el presidente ruso, Vladimir Putin, se siente a esa mesa sería, sin embargo, la mejor estrategia.

Hay que negociar con Rusia sin ceder ni un ápice. Si el mandatario ruso estuviera dispuesto a cooperar para que Assad abandone el poder, sería posible actuar en conjunto contra Estado Islámico. Varios grupos opositores sirios se han puesto de acuerdo para diseñar un plan que propicie el cambio de timonel en Damasco. Ellos están dispuestos a negociar sin establecer condiciones previas, pero sólo si tiene lugar un cambio de mando. Para ellos es viable dialogar con Assad, pero no compartir las riendas de Siria.