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Sombra de dopaje en el fútbol alemán

Daniel Martínez1 de febrero de 2013

El fútbol alemán es considerado un deporte limpio, pero la falta de estrictos controles tampoco permite que se eliminen las dudas sobre si en su seno existe dopaje. Al respecto conversamos con un investigador del tema.

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Los controles de dopaje en el fútbol alemán no son suficientes en opinión de los expertos.
Los controles de dopaje en el fútbol alemán no son suficientes en opinión de los expertos.Imagen: picture-alliance/dpa

El doctor Dirk Moser forma parte del Instituto de Ciencia Deportiva de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, una de las entidades líderes en Alemania en la investigación en torno al tema del dopaje y la forma de descubrirlo y controlarlo. Deutsche Welle habló con él sobre la presencia –o ausencia- del dopaje en el fútbol alemán.

Doctor Moser, ¿se puede hablar de dopaje cuando se habla de la Bundesliga y del fútbol alemán?

¿Y por qué no? El fútbol no es distinto a los otros deportes de alto rendimiento, los futbolistas están sometidos a la misma presión por obtener resultados, por triunfar y, además, a su alcance están los mismos medios de dopaje que para las otras disciplinas. También en el fútbol sólo “los mejores” alcanzan la cúspide.

Pero el fútbol luce tan limpio, a diferencia de por ejemplo el ciclismo, que parece tan sucio y corrupto, especialmente por estos días, después de la confesión de Lance Armstrong y la actualidad del proceso al doctor Eufemiano Fuentes por la Operación Puerto.

Sí, es cierto, el fútbol tiene una imagen limpia en materia de dopaje, pero el mismo doctor Fuentes declaró en el proceso que no sólo asistió a ciclistas, sino también a otros deportistas, entre ellos boxeadores y futbolistas. Lo que pasa es que en el balompié se conocen pocos casos positivos. Pero cuidado: pocos positivos no son sinónimo de limpieza.

¿Sinónimos de qué entonces?

De la falta de control. En el 2011 la Agencia Nacional Anti Dopaje (NADA) realizó ocho mil controles a deportistas durante los entrenamientos, entre ellos 499 a futbolistas. En un país como Alemania, cuya federación es la más grande del mundo y cuenta con tres ligas profesionales, 56 equipos, más de 1000 futbolistas, y competencias permanentes a lo largo del año, lo mínimo que se puede decir es que los controles necesarios para luchar contra el dopaje no son muy eficientes.

Y ello serviría para ocultar la verdad sobre el posible dopaje en el fútbol alemán…

No lo sé, pero como científico sí le puedo decir que las pruebas podrían ser más y mejores. Hay indicios de que en todos los deportes el dopaje está presente; el fútbol no tiene por qué ser la excepción, el mismo Fuentes lo señaló abiertamente.

La sospecha de que en la Bundesliga, de que en el fútbol alemán, hay dopaje, se mantiene viva…

La sombra de la sospecha siempre va a estar allí entretanto haya tan pocas pruebas. Mientras no se realicen los controles rigurosos y extensivos que acaben con las dudas, es posible pensar que en la Bundesliga y en el fútbol alemán hay dopaje.

¿Sólo el aumento de los controles y las pruebas pueden respaldar la imagen de limpieza que tiene el fútbol alemán?

Los controles hay que hacerlos frecuentemente para poder conservar esa imagen de limpieza, sólo con pruebas se puede demostrar que no hay dopaje. Eso le hace bien a todos, y todos los que están involucrados en el mundo del fútbol, todos lo grupos de interés que hacen parte de él, seguro que saben de la importancia de erradicar cualquier sospecha.

Actualmente hay un debate en torno a los conservación de las pruebas de sangre, que al parecer es muy costosa.

Yo no conozco en detalle a quién le toca financiar eso, si a la NADA o a la Federación. Una cosa sí es cierta: el fútbol no es pobre, y la falta de dinero no es excusa.

¿Cuál es la mejor forma para describir la realidad del dopaje en el fútbol alemán?

Hay reglas que son pocos controladas, por lo tanto al fútbol alemán hay que considerarlo limpio con una sombra de duda. Sólo creer en lo bueno de la gente, y que en el fútbol no hay dopaje, no es suficiente, eso ya sucedió con Armstrong y con todo el ciclismo.

Autor: Daniel Martínez

Editor: Emilia Rojas