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¿Se prepara Europa para una guerra económica?

Matthias von Hein
2 de noviembre de 2020

Recientemente, Estados Unidos endureció las sanciones contra el proyecto gasífero Nord Stream 2. Pero también otros países usan la economía como arma. Y la escalada del conflicto entre EE. UU. y China exige respuestas.

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Símbolo con la bandera de EE. UU. y la bandera de la Unión Europea.
Símbolo con la bandera de EE. UU. y la bandera de la Unión Europea.Imagen: picture-alliance/Ulrich Baumgarten

Frank Kracht, el alcalde de la pequeña ciudad de Sassnitz, en Mecklenburgo-Pomerania Occidental, ubicada en el extremo nororiental de Alemania, no viajaría por nada del mundo a Estados Unidos. Pero no por la pandemia de coronavirus, sino por las amenazas de sanciones por parte de EE. UU. contra la construcción del gasoducto Nord Stream 2. El alcalde dijo a DW que el Ministerio alemán de Relaciones Exteriores le había recomendado no viajar a ese país. Sin embargo, Sassnitz, a orillas del Mar Báltico, y de no más de 10.000 habitantes, tiene una ciudad hermana en ese país: Port Washington, en el estado de Nueva York.

El motivo es que Estados Unidos volvió a ajustar la tuerca de las sanciones el 20 de octubre. Según una normativa publicada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de EE. UU., quien colabore con materiales o espacios para el tendido del gasoducto, o equipe barcos para ese fin, o financie el gasoducto, deberá contar con medidas punitivas. "El Ministerio de Exteriores de EE. UU. y el Ministerio de Finanzas están dispuestos a utilizar todo el espectro de las sanciones para detener la construcción de este gasoducto”, dice el comunicado.

Sassnitz, en la isla de Rügen, se ve ahora envuelta en el juego entre intereses políticos globales. Sobre todo su puerto, Mukran, es un punto de convergencia logístico para la construcción del Nord Stream 2.

Frank Kracht, alcalde de Sassnitz, Alemania.
Frank Kracht, alcalde de Sassnitz, Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer

En agosto de 2020, Sassnitz se hizo tristemente famosa debido a una carta proveniente de Washington. En ella, tres senadores estadounidenses, Ted Cruz, Tom Cotten y Ron Johnson, amenazaron con la destrucción económica de esa ciudad alemana, si esta aceptaba seguir colaborando con el proyecto de construcción del gasoducto Nord Stream 2. El argumento: Alemania se vuelve dependiente del gas ruso, y el proyecto pone en peligro la seguridad de EE. UU. Paradójicamente, la ley de sanciones aprobada en diciembre de 2019 por ese país se llama "Ley para la Protección de la Seguridad Energética Europea”, PEESA, por sus siglas en inglés. Lo que queda claro es que EE. UU. quiere evitar por todos los medios que se construya el gasoducto.

El gobierno de Berlín continúa con el proyecto. El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, dijo a mitades de octubre a la red de medios Redaktionsnetzwerk Deutschland: "Sobre nuestra política energética decidimos nosotros, aquí, en Europa. Tampoco criticamos que Estados Unidos haya más que duplicado en 2019 sus importaciones de petróleo de Rusia, y que ahora sea el segundo mayor importador mundial de crudo pesado ruso. Estados Unidos hace uso de su derechos a una política energética independiente, y nosotros también”.

Heiko Maas, ministro alemán de Relaciones Exteriores.
Heiko Maas, ministro alemán de Relaciones Exteriores.Imagen: Michael Sohn/AP Photo/picture-alliance

Sanciones de EE. UU. "violan el derecho internacional”

El Ministerio de Economía alemán dijo en entrevista con DW que las sanciones extraterritoriales de Estados Unidos "violan el derecho internacional”. Y también la oposición lo apoya. La diputada del partido La Izquierda Sevim Dagdelen ve en la disputa por Nord Stream 2 una guerra económica por los mercados de consumo: "Con sus sanciones contra Nord Stream 2, la administración estadounidense lleva a cabo una agresiva labor de cabildeo a favor de la industria estadounidense del fracking (fracturación hidráulica para extraer gas) y se comporta de manera mafiosa”, señaló Sevim por escrito a DW.

El diputado Jürgen Trittin, de Los Verdes, incluso exige investigaciones penales contra el senador Ted Cruz. En una documentación de la emisora NDR, Trittin dijo: "Ted Cruz, el senador que más donaciones recibe por parte de la industria petrolera, amenaza en una carta con destruir un puerto en Alemania. Eso es una amenaza cuyo término penal es ‘coerción”. Según Trittin, se podría responder con una prohibición de ingreso a Alemania contra Ted Cruz, y hasta con una eventual confiscación de cuentas bancarias.

Un gasoducto controvertido

Europa afila sus armas

Las exigencias de Trittin tocan un nervio muy sensible, según demuestran las propuestas publicadas a finales de octubre por el taller de ideas European Council on Foreign Relations (ECFR), para la "Defensa de la soberanía económica de Europa”. Uno de los 11 instrumentos propuestos son sanciones personales, como limitaciones de viaje y el congelamiento de activos.

El autor principal del documento del ECFR es Jonathan Hackenbroich, experto en comercio exterior, quien manifestó a DW que el rol central del dólar estadounidense en la economía mundial es la clave de la efectividad de las sanciones estadounidenses. Por eso, para Hackenbroich, lo principal es el fortalecimiento del euro. La moneda comunitaria europea debería ser a su juicio actualizada por medio de una moneda digital. En ese sentido, Europa va a la zaga de China.

Jürgen Trittin, diputado de Los Verdes en la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento.
Jürgen Trittin, diputado de Los Verdes en la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento.Imagen: Getty Images/A. Berry

Creación de un banco de exportación

En segundo lugar, Hackenbroich describe en su estrategia la fundación de un banco europeo de exportación que mantenga abiertos los canales de pago de terceros países que estén sometidos a las sanciones de las grandes potencias. Ese banco debería fundarse por medio de un contrato estatal firmado por jefes de Estado y de Gobierno. Hackenbroich explica que la cuestión es si "se lo podría posicionar a un alto nivel político, y convertirlo en un tema tan importante para Europa, que para EE. UU. sea políticamente cada vez más difícil sancionarlo”.

Otro pilar sería la creación de una autoridad europea que se ocupara de medidas económicas coercitivas, bajo la guía de un -también nuevo- comisionado europeo encargado de ellas.

Las amenazas de sanciones contra la construcción del gasoducto Nord Stream 2 es solo uno de tantos ejemplos en los que la economía se usa como arma.
Las amenazas de sanciones contra la construcción del gasoducto Nord Stream 2 es solo uno de tantos ejemplos en los que la economía se usa como arma.Imagen: Odd Andersen/AFP

Entre dos frentes

Pero el experto en Comercio Exterior del ECFR pide, sobre todo, que Europa se enfrente a las nuevas realidades: que las rivalidades geopolíticas y de poder se jugarán con cada vez más instrumentos económicos. No solo Estados Unidos emplean su mercado y su moneda como armas económicas, explica Hackenbroich: "Durante la cima de la primera ola de coronavirus, en abril de 2020, China amenazó, al menos indirectamente, a Países Bajos de excluirlo del acceso a productos medicinales porque La Haya había sopesado un cambio de nombre de su representación en Taiwán”.

A pesar de que las sanciones estadounidenses hayan dañado el comercio legítimo con Irán, o torpedeen los contactos económicos con Rusia, para la política y la economía, la mayor preocupación es la perspectiva de estar entre ambos frentes en una escalada en la lucha de poder entre EE. UU. y China.

Rivalidad entre EE. UU. y China: ¿está Europa entre estos dos frentes?
Rivalidad entre EE. UU. y China: ¿está Europa entre estos dos frentes?Imagen: UNTV/AP/picture alliance

Material de debate

Las propuestas del ECFR fueron desarrolladas por sugerencia del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán. Su portavoz, Christofer Burger, dijo a finales de octubre en una conferencia de prensa que Alemania y Francia habrían, junto con otros socios europeos, "impulsado la creación de un grupo especial de trabajo que se ocupe de cómo se podría fortalecerse la resiliencia de Europa ante medidas económicas coercitivas del exterior”.

A ese grupo de trabajo, liderado por el ECFR, pertenecen altos funcionarios alemanes y franceses, así como expertos de asociaciones económicas. Para el portavoz del Ministerio de Exteriores alemán es importante "entender las propuestas del ECFR como un conjunto de datos para debates por venir, tanto a nivel alemán como europeo”.

Pero para Nord Stream 2, la creación de instrumentos europeos para defender la economía ya no jugará ningún papel. Al menos en Sassnitz, el alcalde del lugar, Frank Kracht, ya puede sentir el efecto de las sanciones estadounidenses: "Las amenazas de sanciones ya se hacen sentir claramente en las negociaciones sobre futuros proyectos”, subraya acerca de la incertidumbre que provocan.

(cp/ers)

Un gasoducto controvertido