Mundiales de fútbol: en 2018, en Rusia; en 2022, en Qatar
2 de diciembre de 2010
La FIFA llevó hoy los Mundiales de fútbol a una nueva dimensión al darle la sede de 2018 a Rusia y la de 2002 a Qatar.
"Entramos a nuevos territorios", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tras anunciar las dos candidaturas victoriosas.
Así, el Mundial llega por primera vez al país más grande del mundo, Rusia, para ir cuatro años más tarde al más pequeño que jamás lo haya albergado, Qatar, también el primer país musulmán en obtener la sede.
"Podemos prometer que nunca lo van a lamentar. ¡Hagamos historia juntos!", dijo Igor Shuvalov, viceprimer ministro ruso, a los 22 miembros del comité ejecutivo reunidos en Zúrich.
En las calles de Moscú, la algarabía fue indescriptible al darse a conocer la elección. Vladimir Putin, el primer ministro ruso, desistió a último minuto de participar en la ceremonia. Seguramente ahora lo lamenta.
"Gracias por darle a Qatar una posibilidad, por creer en el cambio. No los decepcionaremos", prometió a Blatter el jeque Mohammed bin Hamman al Thani, cabeza visible de la candidatura.
Grandes distancias y gran calor
También en Doha, la capital de Qatar, se vivieron momentos de júbilo y emoción al conocerse que el primer mundial en el Medio Oriente iría para ese pequeño país.
Los rusos se impusieron a España/Portugal, Bélgica/Holanda e Inglaterra, en tanto que Qatar dejó en el camino a Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos.
Rusia 2018 sucederá al Mundial de Brasil 2014, 12 años después del último Mundial en Europa, el de Alemania 2006.
Tanto Rusia como Qatar deberán superar importantes desafíos en los próximos años.
Las grandes distancias entre las 13 sedes rusas son un problema, ya que las conexiones aéreas y ferroviarias no son buenas. De los 16 escenarios previstos, 13 deben ser construidos desde cero o renovados totalmente. El costo presupuestado es de 3.820 millones de dólares.
El dinero no es un problema en el caso de Qatar. De las siete sedes en el pequeño emirato en el Golfo Pérsico hay cinco ubicados en un radio de apenas 25 kilómetros. El Mundial se jugará en 12 estadios, y los costos presupuestados son de 2.870 millones de dólares.
Los jeques árabes aseguran que aprovecharán la energía solar para refrigerar los estadios en un país en el que las temperaturas pueden llegar a alcanzar los 50 grados.
Resignación y pesar en España
España ha sido, es y será sede de grandes eventos deportivos en los próximos años, pero los megaeventos, como los Juegos Olímpicos y la Eurocopa y el Mundial de fútbol, le siguen siendo esquivos.
Los españoles recibieron hoy con resignación y pesar "la nueva decepción" que implicó la designación como sede del Mundial 2018 de Rusia, que superó a la llamada Candidatura Ibérica que conformaba junto a Portugal.
España organizó ya en 1982 el Mundial de fútbol, los Juegos en Barcelona en 1992, el Mundial de atletismo en Sevilla 1999.
Próximamente, Barcelona será la sede del Mundial de natación en 2013 y el país, en 2014, albergará el Mundial de baloncesto. Además, España es la única con dos Grandes Premios de Fórmula 1.
Pero España fracasó en 1999 en su intento de organizar la Eurocopa de 2004, superada por Portugal, su aliado en la votación de hoy. Y tanto en 2005 como 2009, Madrid fracasó en su intento de albergar unos Juegos Olímpicos, tumbada por Londres y Río de Janeiro, respectivamente.
Ambiente de velorio en Portugal
La concesión del Mundial de fútbol 2018 a Rusia aniquiló hoy también en Portugal las esperanzas deportivas, pero también aumentó el ambiente de velorio y desespero que reina en el país más pobre de Europa occidental, golpeado por una dura crisis económica.
Tras la derrota de la candidatura conjunta con España, dada a conocer hoy por la FIFA en su sede en Zúrich, las quejas y los lamentos no se hicieron esperar en Lisboa.
"Es una gran frustración, todos teníamos la ilusión de vivir un gran momento como ese (un Mundial)", dijo el entrenador nacional de juveniles Carlos Dinis.
Pero para los lusos había mucho más en juego. Invitado a un programa del canal de televisión SportTv, Dinis no se olvidó de la alicaida economía de su pais: "Todos queríamos el Mundial para que diera impulsos a la economía, pero ahora vamos a tener que resolver nuestros problemas internamente".
Al tiempo que desde la ventana de una que otra vivienda salían insultos no reproducibles al presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, el ex secretario general de la federación portuguesa FPF, Antonio Sequeira, no quería ocultar su enfado en la televisión: "Los intereses comerciales se sobrepusieron a los deportivos", afirmó molesto, al tiempo que recordaba que Portugal y su "buena comida" habían conseguido seducir a muchos seguidores extranjeros en la Euro 2004, haciendo aumentar el turismo en los años siguientes.
A su vez, el secretario luso de Deportes, Laurentino Dias, afirmó que "la candidatura ibérica era la mejor", pero que la FIFA optó "por nuevos mercados".
dpa
Editor: Pablo Kummetz