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EE. UU., Reino Unido y Australia acusaron a Rusia de ataques cibernéticos que podrían sabotear infraestructuras clave.
El FBI estima que el ransomware de Conti ha dejado más de 1.000 víctimas hasta enero, con pagos por más de 150 millones de dólares.
Varios portales institucionales italianos volvieron a sufrir ataques, reivindicados por el colectivo ruso Killnet, que ya había intentado hace algunos días frustrar el Festival de Eurovisión y bloquear otros portales.
La ciudad ucraniana, destruida por las tropas rusas que hoy la controlan, no cuenta con los servicios mínimos y su sistema sanitario está al borde del colapso, afirma Londres.