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HistoriaRepública Checa

Runas halladas del S.VII podrían cambiar la historia eslava

20 de mayo de 2021

El hallazgo de las runas germánicas del siglo VII en un asentamiento eslavo ha desatado una disputa académica y nacionalista. Hasta ahora, se consideraba que el alfabeto eslavo más antiguo era el glagolítico.

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Hasta ahora, se consideraba que el alfabeto eslavo más antiguo era el glagolítico (foto), inventado por el monje bizantino San Cirilo en el siglo IX.
Hasta ahora, se consideraba que el alfabeto eslavo más antiguo era el glagolítico (foto), inventado por el monje bizantino San Cirilo en el siglo IX.Imagen: McPhoto-Str/Bildagentur-online/picture-alliance

Un estudiante de posgrado checo ha descubierto unas marcas inusuales en un hueso que podrían poner en entredicho las creencias aceptadas sobre la historia de los eslavos: el hueso de vaca recubierto de inscripciones del siglo VII demuestra que las runas germánicas fueron la escritura más antigua utilizada por los antiguos eslavos.

El alfabeto glagolítico

Hasta ahora, se consideraba que el alfabeto eslavo más antiguo era el glagolítico, inventado por el monje bizantino San Cirilo en el siglo IX. San Cirilo y su hermano San Metodio llegaron en misión en el año 863 a la antigua Gran Moravia, un territorio que corresponde actualmente a República Checa, Hungría y Eslovaquia, así como partes de Alemania, Polonia, Ucrania y los Balcanes.

Pero la costilla rota de res, hallada en el sur de República Checa en 2017 y examinada por un equipo internacional de científicos, demuestra que la hipótesis sobre el primer alfabeto era incorrecta. "El equipo descubrió que se trata de la inscripción más antigua encontrada entre los eslavos", declaró en un comunicado el jefe del equipo, Jiri Machacek, de la universidad Masaryk en Brno. Los hallazgos del equipo se han publicado recientemente en el Journal of Archaeological Science.

"Fue absolutamente sorprendente para nosotros", dijo Masaryk a la Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL).

El equipo efectuó pruebas genéticas y de radiocarbono para examinar el hueso. "Estos delicados análisis demostraron que el hueso era de un vacuno doméstico que vivió hacia el año 600 d.C.", dijo Zuzana Hofmanova, analista de la Universidad de Friburgo (Suiza) y miembro del equipo.

Robert Nedoma, de la universidad de Viena, identificó la inscripción como las llamadas runas del futhark antiguo, utilizadas por los habitantes de habla germana de Europa central del siglo II al VII. El alfabeto futhark antiguo contaba con 24 signos. Los siete últimos aparecen en la costilla, según los investigadores.

"Es probable que el hueso tuviera originalmente todo el alfabeto rúnico. Por tanto, no es un mensaje específico, sino más bien una herramienta pedagógica", según los científicos.

Antiguas tensiones entre los pueblos eslavos y alemanes

Aunque el descubrimiento es potencialmente revelador, también está inflamando el orgullo nacionalista en Europa sobre cómo interactuaban las primeras tribus europeas hace unos 1.400 años.

Nadie sabe quién talló las letras en el fragmento de hueso. Pero Masaryk y sus coautores sospechan que fue un eslavo que aprendió el alfabeto rúnico alemán o un individuo de origen germánico que vivía en territorio eslavo.

La importancia del descubrimiento se debe en parte a las antiguas tensiones entre los pueblos eslavos y alemanes. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis atacaron a los eslavos de Europa del Este, a quienes consideraban inferiores, al igual que a los judíos del continente.

Como dice Machacek a The New York Times, la escritura rúnica indica que los dos grupos "intentaban comunicarse entre sí y no se limitaban a luchar todo el tiempo".

Otros estudiosos no están de acuerdo con esa apreciación. Florin Curta, historiador y arqueólogo de la Universidad de Florida que no participó en el estudio, aseguró a The New York Times que refuta la afirmación de Machacek de que las talló un eslavo, y dice que probablemente las hizo un lugareño que hablaba y escribía una lengua germánica temprana.

Según el diario estadounidense, algunos checos de tendencia nacionalista consideran el hallazgo como un esfuerzo por socavar la identidad nacional al servicio de la Unión Europea. Además, el medio aseguró que incluso uno de los miembros del equipo que identificó las marcas como runas alemanas recibió amenazas de muerte.

"Si los checos tenemos una cultura, nunca debe decirse que la tenemos de los alemanes, sino que debemos decir que la tenemos a pesar de los alemanes", escribió el "autodeclarado patriota" Stanislav Jahoda en un reciente debate en línea organizado por un periódico checo, según The New York Times.

FEW (AFP, Journal of Archaeological Science, The New York Times)