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Rumores de corrupción en europarlamento

José Ospina Valencia30 de marzo de 2004

No sólo en el Tercer Mundo hay corrupción. Los casos en Europa evidencian que muchos de los que tienen, quisieran tener mucho más. Nada ilegítimo. El problema es cuando lo hacen a costas de los contribuyentes.

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Los órganos de la Unión Europea no están exentos de corrupción. No habiéndose olvidado aún el último escándalo en la agencia europea de estadística EUROSTAT, las acusaciones de un parlamentario europeo están causando revuelo. Dicho también sea que una acusación no tiene por qué ser una revelación cierta.

No todas las dietas son saludables

Y como en no pocos escándalos, la piedra se ha tirado primero en la prensa amarilla: en Bild, el diario (alemán) más leído de Europa. En dicho periódico, el parlamentario independiente austríaco, Hans-Peter Martin, anunció que lanzará un libro en el que publica "un registro de 7.200 casos de colegas que cobran también por días de ausencia de las sesiones". Entre los acusados estarían 57 parlamentarios alemanes. Este caso de corrupción colectiva, estima el acusador, "afecta a los contribuyentes de la Unión en millones y millones".

No sólo de dietas vive el político... ¿o sí?

Pero la reacción de los sindicados no se ha hecho esperar. En inusual demostración de unidad, los líderes de todos los partidos alemanes han salido a rebatir las acusaciones de Martin. Según otro Martin, el socialdemócrata alemán, Martin Schulz, y colega del austríaco, "es absurdo afirmar que los 262 euros diarios (dieta de un euro-parlamentario alemán) se paguen por la mera asistencia a las sesiones", como especifica Schulz en entrevista a la revista hamburguesa Der Spiegel. Los parlamentarios alemanes entienden, por su parte, que las dietas se pagan también por el trabajo diario fuera de las sesiones: preparación de propuestas, atención al público y la prensa o asistencia a eventos políticos.

¿Y quién controla al controlador?

El jefe francés de la bancada verde en Estrasburgo, Daniel Cohn-Bendit, tituló incluso a Martin, el austríaco, de "Agente secreto de la verdad", que espiar a diario a sus colegas. Cohn-Bendit lo instó a "entregar pruebas a una comisión de investigación en vez de desatar campañas colectivas de persecución de colegas".

No es casual, pero por estos días se recuerdan cosas poco agradables de Hans-Peter Martin. Por ejemplo que fue excluido en 1999 de la fracción socialdemócrata del Parlamento Europeo después de haber intentado, repetidamente, impedir que varios colegas se inscribieran en la lista de asistentes a las asambleas. Los Verdes dicen además que "ha sido precisamente Martin el que no ha apoyado la reforma de las dietas parlamentarias". La socialista Sylvia-Yvonne Kaufmann ha llegado incluso a afirmar que las acusaciones "ponen en duda la integridad de la institución".

Urge reforma

La mencionada reforma de las dietas euro-parlamentarias ha fracasado por falta de consenso en un sistema unitario. Los parlamentarios en Bruselas y Estrasburgo reciben la misma remuneración que reciben en sus parlamentos nacionales. Si el sistema no se reforma, las desigualdades pueden llegar a ser abismales: un político húngaro, que se integre al Parlamento Europeo este año, recibirá así unos 800 euros mensuales en dietas, 14 veces menos de lo que percibe un euro-diputado italiano.