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Rousseff, sin grandes acuerdos con Washington

10 de abril de 2012

Dilma Rousseff concluyó sin grandes acuerdos su primera visita oficial a Washington, en la que la mandataria buscó repasar a nivel "de iguales" con su par estadounidense, Barack Obama, la agenda bilateral y regional.

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Imagen: AP

La visita sirvió también a la jefa de Estado sudamericana para tirarle una vez más de las orejas a los países desarrollados por sus políticas anticrisis.

"Le manifestamos al presidente (Obama) la preocupación de Brasil por la expansión monetaria (...) esas políticas monetarias llevan a la desvalorización de las monedas de los países desarrollados, comprometiendo el crecimiento de los países emergentes", alertó Rousseff en declaraciones a los medios con Obama en el Despacho Oval.

Unas palabras que reiteró después en la Cámara de Comercio estadounidense, última cita de su visita oficial a Washington.

"Brasil repudia todas las formas de proteccionismo, incluso esa que se configura (...) como proteccionismo cambiario", sostuvo allí Rousseff, que llamó a no usar la fragilidad de la economía mundial como "pretexto" para este tipo de políticas.

La presidenta brasileña reiteraba así, ahora en Washington, un reclamo que un mes atrás le había hecho también a Europa durante su visita en Alemania, en la que advirtió de un "tsunami monetario".

Fue éste el momento quizás más tenso de una breve jornada de trabajo entre Rouseff y Obama que incluyó una reunión privada y un almuerzo de trabajo, ambos a puertas cerradas.

Unas breves declaraciones a la prensa en el Despacho Oval completaron la agenda de una Casa Blanca que parecía más volcada este lunes en la fiesta que en sus jardines ofrece cada año por Pascua a un grupo de niños, y cuyos sonidos llegaban hasta la oficina presidencial donde departían los mandatarios.

Pese a ello, y a pesar del semblante sumamente serio también que exhibieron los dos durante sus declaraciones, apenas mirándose cuando hablaban, tanto Rousseff como Obama resaltaron la "calidez" del encuentro y el buen momento de las relaciones bilaterales.

Obama destacó el "extraordinario avance" de Brasil

Obama destacó el "extraordinario avance" que ha realizado Brasil bajo el "liderazgo" de Rousseff y su predecesor Lula da Silva y aseguró a la par que desde su visita a Brasil el año pasado las relaciones han registrado "enormes progresos", si bien consideró que ambas naciones tienen todavía "más trabajo por hacer".

"La buena noticia es que la relación entre Brasil y Estados Unidas nunca fue más fuerte", resaltó el presidente estadounidense.

"Pero siempre se pueden hacer más mejoras y me siento muy afortunado por tener a una aliada tan capaz y con una visión tan amplia como la presidenta Rousseff. Así que no sólo Brasil y Estados Unidos pueden beneficiarse de una cooperación (bilateral) más profunda, también el resto del mundo", agregó.

Previamente, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, había afirmado que, como las "dos mayores democracias y economías del hemisferio", Brasil y Estados Unidos tienen la "obligación especial" de ser socios y "defender" los valores que comparten.

Rousseff, quien reclamó entretanto un diálogo con Estados Unidos "entre naciones iguales", replicó por su parte asegurando que la relación con Washington es "muy importante" para Brasil, y coincidió con Obama en que ésta no alcanzó aún todo su "potencial".

Asimismo, aprovechó para revelar que había invitado personalmente a Obama a participar en la Conferencia Río+20 que se celebrará a finales de junio, sin que el mandatario dijera si aceptó o no.

Los asuntos espinosos de la agenda

Ninguno de los dos reveló tampoco si otros asuntos más espinosos de la agenda, como Siria, la aspiración brasileña a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o incluso Cuba, tema candente de cara a la Cumbre de las Américas que este fin de semana los volverá a reunir, formaron parte de su agenda.

En ésta abundaron por el contrario compromisos en todos los espectros de la relación, entre otros comerciales, energéticos o educativos.

Sin embargo, el único acuerdo comercial concreto resultante de la visita es el firmado por el ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, y el representante comercial estadounidense, Ron Kirk, por el que Estados Unidos pasa a reconocer la cachaza, aguardiente de caña de azúcar base de la famosa caipiriña, como un producto exclusivo y auténticamente brasileño, ya que hasta ahora era vendido como "ron brasileño".

A cambio, Brasil reconocerá los whiskeys tipo Bourbon y Tennessee, que dejarán de ser importados como si fueran "scotch".

En la declaración conjunta final, Obama y Rousseff anunciaron además la creación de un Diálogo de Cooperación en Defensa cuyo primer encuentro será en Brasil el 24 de abril, mientras que durante la visita fue firmado un memorando de entendimiento para la asociación en materia de aviación.

La visita de Rousseff a Washington es una respuesta al viaje oficial que realizó un año atrás Obama a Brasil, en un gesto que analistas consideran supuso el relanzamiento de las relaciones tras tensiones con Lula da Silva por temas internacionales como el programa nuclear iraní.

Rousseff completará su estancia en Estados Unidos con una extensa visita, a partir de mañana martes, a Boston.

dpa
Editor: Pablo Kummetz