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Referendo: la oposición venezolana no desiste

11 de octubre de 2016

¿Qué lleva a la oposición venezolana a insistir en que el revocatorio puede consumarse este año, pese a que la autoridad electoral da ese escenario por descartado? Esa es, quizás, la pregunta equivocada.

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Venezuela Wahlen Caracas Schlange vor CNE
Venezolanos durante la primera recolección de firmas a favor del referendo.Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Llano

Convocados respectivamente por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), los simpatizantes del oficialismo y de la oposición volverán a tomar las calles este miércoles (12.10.2016). El chavismo pautó sus marchas para hacerlas coincidir con las movilizaciones que el antichavismo ya había anunciado el 26 de septiembre. La MUD llamó a sus seguidores a reunirse en 1.356 localidades para hacer un "ensayo general” de la recolección de firmas a favor del referendo revocatorio.

Es en esos 1.356 puntos donde la máxima autoridad electoral instalará los dispositivos para recoger las rúbricas el 26, 27 y 28 de octubre. El Consejo Nacional Electoral (CNE) –dominado por fichas del PSUV– asegura que, aun si todos los requisitos son cumplidos, el plebiscito para interrumpir la gestión del presidente Nicolás Maduro no podrá realizarse este año. La MUD acusa a ese organismo de ralentizar intencionalmente el proceso; pero denunciarlo formalmente ante instancias superiores sería una moción poco prometedora.

A excepción del Parlamento, todos los poderes públicos están alineados con el Ejecutivo, incluido el Tribunal Supremo de Justicia. La MUD sólo puede apelar a la Constitución y a la normativa electoral vigente para exigir que el referendo tenga lugar en 2016. El problema: el artículo 72 de la Carta Magna sólo hace referencia a los aspectos generales de los plebiscitos y la resolución 070906-2770, aunque es más específica, ha sido interpretada discrecionalmente por el CNE para imponer condiciones inéditas en la organización de la consulta.

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¿Causa perdida?

A la oposición le interesa que el referendo se efectúe antes del 10 de enero de 2017 porque, si la mayoría de los venezolanos votara por revocar el mandato de Maduro, la ley obligaría a convocar a elecciones anticipadas. Si eso ocurriera después de esa fecha, el vicepresidente –un chavista elegido a dedo por el propio Maduro– asumiría la jefatura de Gobierno hasta 2019 y la actual crisis político-institucional se eternizaría. ¿A qué esperanza se aferra la MUD? ¿Qué la lleva a insistir en que el plebiscito puede consumarse este año?

"¿Que por qué se empeña la oposición en defender el referendo? Porque, dadas las circunstancias, ese mecanismo no es el instrumento más idóneo, ni el más expedito, ni el más fuerte de los considerados en enero de 2016, sino la única vía constitucional a la mano para interrumpir una gestión de Gobierno considerada nociva para la nación. Porque la oposición ha invertido energía y tiempo en promoverlo desde marzo”, comenta José Ignacio Hernández, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Central de Venezuela.

"Porque independientemente de que se crea o no en la viabilidad del referendo en 2016, la oposición debe mantener la coherencia de su discurso. Porque esa solicitud de plebiscito ha sido objeto de legitimación internacional y no es seguro que otras opciones reciban ese respaldo; tomar otro camino a estas alturas no tendría sentido”, sigue el experto. "Porque la oposición tiene derecho a pedir que se haga esa consulta popular y porque no sería sensato desistir frente al abuso del poder”, agrega el especialista de Caracas.

La pregunta de rigor

Daniel León, investigador de Ciencias Políticas en la Universidad de Leipzig, secunda a Hernández. "Los obstáculos con que se topan los organizadores del referendo son más políticos que jurídicos; instituciones estatales han tomado decisiones arbitrarias que la oposición no puede impugnar porque hasta la corte nacional de mayor rango ha sido cooptada por el oficialismo. La pregunta de rigor no es qué probabilidades hay de que el plebiscito se lleve a cabo este año, sino qué incentivo tiene Maduro para permitirlo”, sostiene León.

¿No teme el Gobierno venezolano que la presión internacional sobre él se redoble si el proceso para organizar el referendo es truncado abruptamente? Este lunes (10.10.2016), líderes opositores como Henrique Capriles Radonksi, Henry Ramos Allup y Jesús "Chúo” Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, advirtieron que el Tribunal Supremo de Justicia preparaba una sentencia para anular por completo la iniciativa del plebiscito y otra para despojar de su inmunidad a los diputados de la Asamblea Nacional, en su mayoría opositores. 

"Maduro no tiene nada que temer si esa presión internacional se manifiesta en meras declaraciones. Sanciones económicas concretas tendrían efectos más tangibles”, alega León. "En las condiciones institucionales vigentes –donde no hay separación de poderes ni control de los mismos–, no sorprendería que el Tribunal Supremo de Justicia paralizara el referendo revocatorio; esa decisión sería consecuente con el cúmulo de veredictos que ha emitido hasta ahora. Lo único que asombraría es que hubiera tardado tanto en hacerlo”, acota Hernández.

Autor: Evan Romero-Castillo