Recuerdo de un naufragio entre Alemania y Argentina
28 de noviembre de 2006
El 10 de agosto de 1957, la embarcación alemana Pamir zarpó de Buenos Aires con un cargamento de casi cuatro toneladas de cebada, que llevaría hasta Hamburgo. Fue su último viaje.
Estibadores argentinos, en huelga
Los estibadores argentinos realizaban una huelga y, por ello, fueron los propios marinos alemanes -35 tripulantes y 51 alumnos de la marina mercante- los que hicieron las maniobras de carga. Esto, en parte, les costó la vida. Normalmente, la cebada se almacena en sacos. El grano es muy propenso a deslizarse y, si se le deja suelto, puede desbalancear tanto al cargamento como al barco mismo.
Pero el detonador del hundimiento del Pamir fue el huracán Carrie, que sorprendió al barco en medio del Atlántico el 21 de septiembre. El capitán Johannes Diebtisch, al parecer, se percató a tiempo del temporal. No consiguió que la tripulación recogiera ("cargara") las velas, y el barco comenzó a recostarse.
El movimiento fue intensificado por los vientos, que para ese entonces ya alcanzaban catoeoría de pleno huracán. Al final, el peso de la carga impidió que el Pamir recuperara la verticalidad. Aunque logró emitir varios mensajes pidiendo auxilio, Diebitsch se hundió con el barco. Sólo seis marinos lograron sobrevivir, y fueron rescatados el 24 de septiembre.
Fin de una historia
Se iba así al fondo del océano una embarcación de tipo bricbarca que había sido construida en 1905. Desde entonces había sufrido muchas vicisitudes a causa de dos guerras mundiales y numerosas reparaciones. Su área de acción había abarcado desde Chile hasta Nueva Zelanda, llevando carga desde y hasta Alemania.
A partir de 1955, el Pamir hizo seis viajes de instrucción desde Hamburgo hasta Río de la Plata, trayecto que se aprovechaba para transportar cebada hasta Alemania. Luego del naufragio, el único bote que logró rescatarse fue instalado en la iglesia de Jacobi, en Lübeck, donde permanece hasta nuestros días.
La filmación
El naufragio del Pamir causó gran conmoción en Alemania, y ha sido estudiado por especialistas dentro y fuera del país. Tanto, que distintas organizaciones alemanas -entre ellas, el Fondo para la Promoción Cinematográfica de Hamburgo- decidieron rescatar la leyenda del Pamir a través de un filme sobre este naufragio.
Para una película de tales dimensiones, la filmación fue corta: menos de dos meses en locaciones alemanas. Otro mes fue utilizado para reproducir aquellos días que los marinos alemanes pasaron en Argentina, antes de zarpar. Estas escenas bonaerenses ocupan buena parte del inicio de la película, incluyendo aquella en la cual los marinos ingresan a la bodega el cargamento de cebada. La postproducción fue el proceso más largo, con una duración de cerca de medio año.
El filme fue dirigido por Kaspar Heidelbach y ya fue estrenado la semana pasada en la televisión pública alemana. Unos días antes, el director participó en una mesa redonda en la cual participó uno de los sobrevivientes. Según éste, "no todo fue como se ve en la película", pero en general la película le mereció un calificativo: impresionante.