1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Rusas ante los machos: “estúpidos hay en todos lados”

Diego González
27 de junio de 2018

La niña que fue filmada por un argentino diciendo groserías en castellano mandó un saludo al país: “no juzgo a un país por una persona”, escribió. Opiniones similares se recogen en la calle.

https://p.dw.com/p/30PiG
WM 2018 Fans Russian fan ahead of the FIFA World Cup WM Weltmeisterschaft Fussball 2018 Group A mat
Imagen: imago/Sportimage

La sensación es ambigua. Los rusos parecen por un lado gratamente sorprendidos por el color y el calor latino en estos días de sol y de mundial. Pero en paralelo, la viralización de varios videos con escenas de hinchas misóginos, machistas e incluso violentos genera un rechazo unánime que enturbia las cosas.

Los videos se repiten: machos latinoamericanos haciéndole decir a chicas rusas– incluso a niñas– palabras indecorosas ante la cámara, otros golpeando en montón a un croata solo tirado en el piso, fanáticos gritándole "puto” al arquero alemán Manuel Neuer.

La FIFA amonestó ya a la selección mexicana por los cánticos homofóbicos de sus hinchas y el gobierno ruso identificó a los "maleducados” y les prohibió el acceso a los estadios.

Lo mismo sucedió con los aficionados argentinos que se rieron de la joven o golpearon a los croatas: la FIFA les quitó la Fan ID y el gobierno argentino publicó en las redes del Ministerio de Seguridad que repudia la violencia y el abuso sexista. Varios otros gobiernos latinos siguieron la misma línea.

Recientemente la niña rusa a la que un argentino le hizo decir en castellano cosas obscenas publicó en su cuenta de Instagram lo siguiente: "Argentina, te amo. Lo que pasó por supuesto no fue agradable, PERO no juzgo a todo un país por una sola persona”.

Contrapunto en el Kremlin

"Hay estúpidos en todos lados, no es que los latinos sean malos”, señala Daria Patapova, moscovita, de 24 años. Y agrega: "En general diría que los rusos extrañábamos mucho que vinieran otros extranjeros, no solo chinos o de ex repúblicas soviéticas. Ahora esto nos encanta. Por ejemplo en lugares como Barcelona, los turistas ya no causan curiosidad de la gente local. Solo quejas. Acá la gente todavía está curiosa”.

Sin embargo, desde antes de que arrancara la Copa del Mundo, el debate sobre la masiva llegada de extranjeros ya cruzaba a la sociedad rusa. De hecho, Tamara Pletneva, diputada y jefa del Сomité de la Duma Estatal sobre Familia, Mujer y Niño, había recomendado a las mujeres rusas que no tuvieran relaciones con los extranjeros que llegaran al mundial ya que, sugirió, los hijos de esas relaciones nacerían en familias monoparentales. La polémica llegó al Kremlin y fue el protavoz de presidencia, Dmitri Peskov, quien salió a responderle: "En cuanto a nuestras mujeres, probablemente gestionarán sus propios asuntos ellas mismas; son las mejores del mundo", declaró a los periodistas.

Un debate de varios años

El debate sobre las relaciones entre las muchachas rusas y extranjeros encuentra un momento clave durante la Unión Soviética. Según la prensa rusa, tras del Festival Internacional de la juventud de 1957 nacieron muchos hijos de parejas circunstanciales.

Luego, ya para los juegos olímpicos de Moscú de 1980, hubo una estrategia estatal. Lena, la madre de Daria, tenía 20 años y por entonces era una estudiante. Narra que a ella y todas sus amigas las hacían irse a las afueras de la ciudad a recoger fruta como una especie de "voluntariado obligatorio”. "Era para que no sedujéramos a los hombres, ¿entienden?”, recuerda y ríe. En paralelo, a muchos jóvenes hombres – entre ellos el padre de Daria – les hacían trabajar en hoteles como "chicos de limpieza".

Lo cierto es que las condenas a estos abusos son unánimes y contundentes. Tanto por parte de la FIFA como a nivel gubernamental. La pregunta ahora es si este fenómeno sucede en Rusia 2018 por algo intrínseco al país. O si será, más bien, que desde el último mundial a esta parte no solamente las redes sociales se popularizaron al máximo sino que además el paradigma respecto de los roles de género cambió para siempre.

Diego González (er)