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Caso Nisman: "Inexistencia de pruebas sobre un homicidio"

Cristina Papaleo
16 de enero de 2020

El abogado y periodista Pablo Duggan, autor del libro "¿Quién mató a Nisman?", dijo a DW que las pericias estuvieron bien realizadas y que no existen pruebas de que el fiscal argentino haya sido asesinado.

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Pablo Duggan, abogado y periodista argentino, autor de "¿Quién mató a Nisman?".
Pablo Duggan, abogado y periodista argentino, autor de "¿Quién mató a Nisman?".Imagen: privat

Deutsche Welle: ¿Responde en su libro a la pregunta que plantea en el título?

Pablo Duggan: Lo que hago en mi libro "¿Quién mató a Nisman?" es un estudio minucioso del expediente judicial. No es un libro de opinión, sino de investigación sobre ese expediente, sobre lo que se ha probado y lo que no se ha probado. Partí de la hipótesis de que, después de dos años de la muerte del fiscal, era muy extraño que aún no estuviera claro lo que había pasado. No me parece un caso difícil de resolver. El expediente en ese momento tenía 130 cuerpos de 300 hojas cada uno. Analicé las pericias y lo que encontré fue una contundencia absoluta de pruebas sobre el suicidio y la inexistencia absoluta de pruebas sobre el homicidio.

Es decir que a todos los que postulan que Nisman fue asesinado y acusan a Cristina Fernández de Kirchner, usted les diría que no fue asesinado. ¿En base a qué pruebas?

Cuatro días antes de ser encontrado muerto, el fiscal Nisman presentó una feroz denuncia contra Cristina Kirchner acusándola de ser encubridora del peor atentado terrorista que haya existido jamás en la República Argentina, el atentado contra la AMIA, en el que murieron 85 personas.

Cristina Kirchner conocía muy bien la causa AMIA, desde 1994, y pretender que ella quería que hubiera impunidad en esa causa no tiene ningún sentido. Entre otras cosas, el mismo Ronald Noble, titular de Interpol, informó en entrevistas que las alertas rojas sobre los iraníes acusados no se iban a levantar por la firma del Memorándum de Entendimiento Argentina-Irán. Esas alertas solo se iban a levantar cuando lo pidiera el juez que solicitó la instalación de las alertas rojas. Por ende, quedó claro que jamás iban a ser levantadas por la sola firma del Memorándum de Entendimiento. Así es como se caía el argumento principal de la denuncia de Nisman. En mi libro detallo el segundo argumento fallido, así como las otras pruebas de que no fue asesinado.

Pero, si partiésemos de la hipótesis del suicidio, ¿por qué cree que Nisman pudo haberse suicidado?

Por supuesto que, al no estar en la mente de Nisman, no puedo decir por qué tomó la decisión de suicidarse. Lo que sí puedo decir es que luego de que Nisman presentara esa denuncia, el 14 de enero, en ese año electoral, dos diputadas del Pro de Macri, Patricia Bullrich y Laura Alonso, trataron de capitalizarla políticamente en contra de Cristina Kirchner. Para la oposición, esa denuncia era maná caído del cielo, una bomba atómica.

El problema para Nisman fue que, en esos cuatro días, hasta el 18 de enero, cuando iba a tener que presentar la denuncia ante el Congreso, se empieza a dar cuenta de que esta había tenido un impacto político que, según entiendo, no había evaluado correctamente, y creo que sabía que estaba muy floja de papeles, es decir, que tenía muy poco sustento jurídico y probatorio. Se había metido en una camisa de once varas. Además, y esto lo detallo en mi libro, hay que recordar quién fue Nisman, que tenía bienes por cientos de miles de dólares que no aparecían en su declaración jurada, y también una causa abierta en su contra por acoso sexual.

En todo esto, ¿qué papel juega ahí la pericia que hizo la Policía Federal argentina?

Las pericias realizadas en la casa de Nisman por la Policía Federal estuvieron correctamente hechas. Eso de que pasó por ahí una "manada de elefantes” para borrar huellas y tergiversar pruebas es una mentira muy bien instalada por el periodismo del Grupo Clarín, de Canal 13 y de periodistas como Jorge Lanata, pero no responde a la realidad. Todos los peritos destacan lo mismo: las manchas de sangre en el baño fueron perfectamente bien reflejadas en lo que se llama "fijación del lugar del hecho”. Gran parte de la opinión pública ha sido mal informada sobre esto. Como dijo en su momento la fiscal del caso Nisman, Viviana Fein, para probar que hubo un asesinato se debe contar con pruebas. Si no, podría ser el crimen más perfecto de toda la historia, y no hay ningún indicador de que eso sea así.

El fiscal argentino Alberto Nisman, hallado muerto el 18.01.2015.
El fiscal argentino Alberto Nisman, hallado muerto el 18.01.2015.Imagen: Reuters/M. Brindicci

¿A qué atribuye que más tarde Gendarmería argentina haya dicho que a Nisman lo mataron?

La pericia de manchas de sangre, que hacen los mejores especialistas de manchas de sangre que tiene Argentina, es una de las pericias principales que demuestran el suicidio. La impronta de sangre que había en ese baño estaba impecable. Esa pericia, que tiene 100 páginas y forma parte del expediente, fue luego revisada por una junta de 12 criminalistas, que avaló todos los resultados. Las manchas de sangre ‘hablan'. Tanto la pericia de la querella de Sandra Arroyo Salgado como la de Gendarmería son falsas. La pericia del Cuerpo Médico Forense (CMF), que hace 4.000 autopsias por año, y que hizo la autopsia de Nisman, dijo que no hay huellas, ni pruebas, de la intervención de terceras personas. Es decir: Nisman no fue drogado, no fue golpeado, ni amarrado, ni sujetado. Gendarmería no hace autopsias. Lo que hizo fue revisar la autopsia del Cuerpo Médico Forense.

De acuerdo con esto que plantea, ¿cómo fue la actuación de la Justicia argentina, en ese momento y ahora?

Todo ha sido politizado. Por ejemplo, la intervención de la Justicia Federal, completamente forzada, que le saca el expediente a la Justicia ordinaria, que había investigado casi un año, y el juez (Julián) Ercolini y el fiscal (Eduardo) Taiano, completamente alineados con Mauricio Macri, le piden una pericia innecesaria a Gendarmería. Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, manejaba Gendarmería. Es decir, todo queda en manos de gente alineada con Macri y antikirchneristas furiosos, que se dedican a mantener viva la mentira de que Nisman fue asesinado. No hubo justicia. Todo se hizo para poder sostener la mentira del asesinato porque eso le dio la victoria a Cambiemos, y eso se usó para que el kirchnerismo perdiera las elecciones. En la Justicia argentina hay gente que actúa correctamente, pero hay otra que lo hace para satisfacer determinados intereses políticos.

¿Por qué piensa que no se ha podido esclarecer todavía el atentado a la AMIA en 1994, asi como tampoco el atentado contra la embajada de Israel, en 1992?

Por la misma razón: por política, pero esta vez no por política nacional, sino por política internacional. En el terreno geopolítico, para Israel y para la derecha de EE. UU. siempre fue muy importante que Irán, el principal enemigo del Estado de Israel, fuera considerado un país terrorista y que se sostuviera que era el Gobierno iraní el que ordenó poner la bomba en la embajada de la AMIA. Eso también lo admite un exagente de la CIA en el documental de Netflix.

¿Cuál fue el rol de los servicios de Inteligencia en esa trama?

El jefe de los servicios secretos en ese momento (SIDE), Jaime Stiuso, lo que hizo, junto a Nisman, fue mantener viva la hipótesis de la responsabilidad iraní, pero los iraníes nunca fueron juzgados, y nunca se pudo poner en tela de juicio si eso era verdad o no. Eso satisfacía los intereses de EE. UU. y de Israel, que así tenían a Irán acusado de ser un país terrorista. Irán nunca se pudo defender ni nunca hubo acusados iraníes en un juicio. Nisman fue un gran vendedor de humo que durante diez años le mintió en la cara a las víctimas y a los familiares de las víctimas de la AMIA. Nunca descubrió nada, pero siempre fue muy funcional a los objetivos estadounidenses e israelíes.

Después de haber pasado 25 años, el atentado contra la AMIA y la muerte del fiscal Nisman siguen sin esclarecerse. Esto, en un país como Argentina, modelo en el esclarecimiento de las violaciones a los derechos humanos en la última dictadura. ¿Piensa que alguna vez se podrá hacer justicia?

La investigación del atentado de la AMIA fue un desastre, porque hay muchos intereses internos y externos para que no se esclarezca. Algunas agrupaciones de familiares de las víctimas son muy críticas con el uso político que se hizo del atentado. Sin embargo, creo que, así como se logró en algún momento esclarecer los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar, se tiene que conocer la verdad y se tiene que hacer justicia. Pero va a ser mucho más mucho más complejo, mucho más difícil.

Pablo Duggan es un abogado y periodista argentino. Es autor del libro "¿Quién mató a Nisman?”.

(dz)

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