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¿Qué cambiará Ucrania entre América Latina y Bruselas?

Mirra Banchón
30 de marzo de 2022

La guerra de Rusia contra Ucrania representa una crisis existencial para una Unión Europea (UE) que se está replanteando sus relaciones internacionales, tal vez también con Latinoamérica.

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El alto representante de Política de Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, con Franco França, ministro de Exteriores de Brasil. (05.11.2021).
El alto representante de Política de Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, con Franco França, ministro de Exteriores de Brasil. (05.11.2021). Imagen: EU/Ruy Baron

"Hemos tenido una mayoría fuerte en la ONU, pero ¿tendremos esa mayoría cuando la gente empiece a sentir los efectos de la guerra? ¿Cuando después de la peste y la guerra venga el hambre?”, planteaba Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior y de Defensa de la UE, esta semana, en un debate organizado por el think tank paneuropeo European Council on Foreign Relations (ECFR). 

A esa mayoría en la ONU aportó, en bloque, América Latina, con cuatro abstenciones y una ausencia. No pasó lo mismo con el continente africano que, contrariamente al Nuevo Continente, sí está en la prioridades geoestratégicas de los europeos. Que estamos ante un reacomodamiento diplomático se escucha en diversos foros. De dar "más por más y menos por menos”, habló Borrell

¿Qué significa eso? El abstenerse o no alinearse con las sanciones a Rusia ¿va a tener consecuencias? ¿El votar contra la invasión a Ucrania son "puntos a favor” que redundarán en ser un socio más importante?

¿Cambios a corto plazo?

En su necesidad de dejar de ser la hasta ahora "soft power”, "la política exterior de la UE va a empezar a cambiar, sí”, explica a DW Mariano De Alba, especialista del laboratorio de ideas International Crisis Group.

"Pero no creo que se vaya a percibir en América Latina en el corto y mediano plazo. En el largo plazo, sí, podríamos ver a  una UE que tenga menos paciencia y diplomacia y más sanciones con aquellos países con los que Rusia tiene relaciones cercanas”, agrega De Alba. El  mayor poder coercitivo de la UE depende de la reducción de su dependencia energética. "Ese proceso lleva tiempo”, afirma De Alba.

Mazorcas de maíz.
Podría haber cambios enla demanda de alimentos y materias primas por la guerra en Ucrania.Imagen: Tamirat Dinssa/DW

El especialista de Crisis Group ve poco probable que, a corto plazo, se produzcan cambios drásticos con Cuba y Nicaragua, los principales aliados de Rusia. Con la puerta que se está abriendo en este momento entre Venezuela y Estados Unidos, es poco probable que una UE que ha invertido tanto esfuerzo en el diálogo cambie súbitamente de rumbo. ¿Con El Salvador? "Está pasando por una debacle de garantías democráticas. Es  un intento de aislarse y de criticar a Estados Unidos”, afirma De Alba. ¿Y Bolivia? "El apoyo a Rusia viene, sobre todo, del expresidente Evo Morales, y no tanto del actual jefe de Estado, Luis Arce”, responde De Alba.

Según dijo a DW José Ignacio Torreblanca, especialista del European Council on Foreign Relations, "más que medidas punitivas, debemos desempeñar una diplomacia inteligente para cambiar su opinión. La integridad territorial debería interesarle a Cuba por su propia suerte y riesgo. Estamos viendo cómo se dan cambios en el caso de Venezuela. Y Bolivia es un país que tiene muchos recursos”.

Cambios a largo plazo

En opinión de Torreblanca, jefe de la oficina de Madrid del ECFR, "cuanto más se profundice el proceso de desacoplamiento de Rusia y China de la Unión Europea y del resto de Occidente, más estratégica será América Latina, incluso para los temas de tecnologías contra el cambio climático”.

Por otro lado, si bien América Latina y el Caribe han condenado la invasión a Ucrania y, en parte, la masiva violación a los derechos humanos, "esta guerra no se siente allá con la misma pasión e intensidad que en el continente europeo. Si bien entienden las razones, no están dispuestos a morir por ellas ni a sufrir costes adicionales”, agrega Torreblanca. Las sanciones contra Rusia significarían para muchos países de América Latina renunciar al comercio y los ingresos por commodities, también a las importaciones desde Rusia, claves para la industria agrícola-ganadera.  "La nueva diplomacia europea va a tener que ser capaz de recomponer globalmente”, añade.

América Latina tiene un potencial inmenso en hidrógeno verde.
América Latina tiene un potencial inmenso en hidrógeno verde. Imagen: Rupert Oberhäuser/imago images

¿Recomponer en Lationamérica? Sí: "América Latina no ha figurado en las agendas de los europeos quizás por razones históricas. También porque sus problemas no se exportan a la UE. Por eso se han desperdiciado oportunidades de acuerdos de asociación, hemos permitido -también Estados Unidos- ha permitido la inteligente penetración rusa y china”, afirma Torreblanca.

En ese sentido, ¿qué efectos tendrá esta guerra en las relaciones bilaterales? "Es muy temprano para decirlo”, responde De Alba. "Si bien la política de la UE va a tratar de volverse más coercitiva, con América Latina el principal componente va a seguir siendo la influencia política y, en menor medida, en el corto y mediano plazo por los efectos de la guerra, los vínculos económicos y financieros”, subraya.

"La votación de América Latina en Naciones Unidas ha sido muy importante para darse cuenta de que todos los esfuerzos invertidos en África no se alinean con los resultados. Es el momento de mirar el mundo con otros ojos. Hay países que están dispuestos a, por ejemplo, una alianza digital”, afirma Torreblanca,

Y concluye: "Cuando ha habido una cuestión crucial de valores, los países latinoamericanos y caribeños han dejado claro que no están alineados geopolíticamente, sino que hay otros actores que están cubriendo un vacío”.

(cp)