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Putin perdió la guerra del gas contra Alemania

Andrey Gurkov
13 de enero de 2023

Rusia ya no puede chantajear a los alemanes con su gas natural porque, incluso sin Gazprom, Alemania tiene las instalaciones de almacenamiento completas y no tiene que temer al invierno, opina Andrey Gurkov.

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Caricatura de Sergei Elkin.
Caricatura de Sergei Elkin sobre la dependencia del gas: el dragón del gas ruso ya no puede dar miedo a Alemania.Imagen: DW

Todavía es muy pronto para hablar de derrota militar de Rusia en Ucrania. Pero sí se puede afirmar que Vladimir Putin perdió la guerra del gas contra Alemania. Este país tiene la mayor capacidad de almacenamiento de gas natural de toda la Unión Europea (UE). Y si está a más del 90 por ciento, en el pico del período de calefacción a mediados de enero, esto significa que la carencia del suministro degas ruso ya no supone un riesgo para Alemania.

Hace casi 11 meses, la situación era diferente. En el momento de la invasión rusa de Ucrania, Alemania importaba más de la mitad de su gas natural de Rusia. Moscú chantajeaba a Alemania como medida clave de presión económica sobre la UE, para intentar socavar el apoyo europeo al pueblo ucraniano y a su Ejército.

Alemania, quinto mes sin Gazprom

Pero el plan ruso fracasó. Los alemanes ni se mueren de frío en sus casas, ni tuvieron que cerrar sus fábricas. Incluso en Berlín se ha desvanecido el temor de que Moscú se vengara de Alemania paralizando el país.

Alemania ha renunciado al carbón y al crudo de Rusia, en el marco de las sanciones de la UE, y no recibe gas natural de Gazprom desde finales de agosto.

Los alemanes han estado viviendo cinco meses sin el gasoducto ruso, que parecía indispensable, y la mayor economía de Europa parece estar lidiando bien con ese problema. Todavía calculan que habrá una recesión, nada raro dado el colapso de cadenas de suministro establecidas hace décadas y la explosión de los precios de la energía. Sin embargo, cada vez más indicadores muestran que probablemente será una recesión bastante leve. Incluso el récord inflacionario se está desacelerando.

Entre tanto, Berlín apoya cada vez más militarmente a Kiev, una posible muestra más del fracaso de la "operación especial de gas" de Putin. A principios de enero, Alemania almacenaba por tercera semana consecutiva gas, hecho muy inusual en invierno. El Gobierno cambió de opinión y decidió entregar vehículos blindados de infantería a Ucrania. Lo siguiente sería el envío de tanques de guerra pesados: el debate al respecto está en pleno apogeo en el país.

Andrey Gurkov, redactor de DW.
Andrey Gurkov, redactor de DW.

Visto bueno de la autoridad reguladora 

La guerra perdida del gas ha sido también confirmada por la autoridad reguladora estatal, la Agencia Federal de Redes, y una asociación industrial, la Asociación de Operadores de Instalaciones Alemanas de Almacenamiento de Gas e Hidrógeno (INES).

Según la agencia reguladora, "una escasez de gas este invierno es cada vez más improbable". Klaus Müller, director de la institución, agregó en declaraciones a la prensa que las fluctuaciones de precios del gas llegarán a su fin y que se estabilizarán al nivel actual. Aunque este nivel de precios sigue siendo más alto que antes, ya es varias veces inferior a los valores récord del verano. Es decir, que la industria alemana podrá "al fin trabajar para recuperar de nuevo terreno", según Müller.

La INES presentó el pronóstico para el año 2023 en su conferencia de prensa mensual. Si el clima se comporta con temperaturas usuales, la capacidad de almacenamiento de gas estaría al 65 por ciento a finales de este invierno. Esto sería muy positivo para el almacenamiento en verano y supondría el 100 por ciento de la capacidad total en septiembre.

En otras palabras, los profesionales de la industria aseguran a empresas y hogares alemanes que no habrá ningún problema con las reservas de gas, ni este invierno ni el próximo, siempre y cuando "se continúe con el mismo ritmo de ahorro energético actual".

Gazprom perdió su mayor mercado de ventas

Sin embargo, los expertos de INES también han planteado el peor de los casos: que haya mucho frío, que disminuya la disponibilidad de gas natural licuado (GNL) drásticamente, debido a su repentina demanda de Asia, y que Rusia detenga inmediatamente todas las entregas de gas a Europa. Esto significaría repartir solidariamente sus reservas con otros países de la UE. Pero incluso así, Alemania no tendría que temer por la escasez de gas en Alemania en este o en el próximo período de calefacción.

En resumen, ambos pronósticos son una confirmación de que Putin perdió la guerra del gas. Alemania comenzó 2023 sin gas ruso y sin temores por no recibirlo más. Y es aquí donde radica la derrota del Kremlin: el gas natural ruso ya no sirve como arma de presión contra Alemania. Pero las consecuencias de esta guerra perdida van mucho más allá: la empresa estatal Gazprom se encuentra ahora sin su mercado de ventas extranjero más importante; hace apenas un año, los alemanes le habían comprado una cuarta parte de sus exportaciones totales.

(rmr/rml)