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También los agricultores del interior se quejan de que sólo logran cumplir sus labores con mano de obra del Este de Europa. A pesar de dolorosos recortes en las prestaciones, numerosos desocupados portugueses prefieren seguir percibiendo sus subsidios. El Tribunal Constitucional rechazó recientemente una rebaja adicional de estos, junto con otras medidas de ahorro. Para la opinión pública portuguesa, el gobierno nacional economiza demasiado.