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Por qué Europa sigue lidiando con brecha salarial de género

Sushmitha Ramakrishnan
18 de septiembre de 2022

Aunque la UE se fundó sobre el principio de la igualdad de género, las mujeres del bloque aún ganan 13 % menos que los hombres. La respuesta está en el trabajo no remunerado de cuidados que realizan las mujeres.

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 Manifestación en Berlín contra la brecha salarial de género.
Manifestación en Berlín contra la brecha salarial de género.Imagen: picture-alliance/dpa/W. Kumm

El año pasado, el mundo fue testigo de una serie de crisis agravadas que incluyen desastres naturales debido al cambio climático, conflictos violentos y desplazamientos a gran escala, así como una pandemia mundial que todavía está en curso.

El COVID-19 exacerbó el estrés sobre la paridad de género y los académicos ahora destacan la necesidad de estudiar el impacto de la actual crisis energética en Europa en la disparidad salarial entre hombres y mujeres.

¿Qué es la brecha salarial de género?

La llamada brecha salarial de género es la diferencia del ingreso bruto promedio entre hombres y mujeres. A menudo se basa en los salarios pagados directamente a los empleados antes de las reducciones del impuesto sobre la renta y la seguridad social.

Según el Informe Global de Brecha de Género 2022, del Foro Económico Mundial, se necesitarán 132 años para alcanzar la paridad total y cerrar la brecha de género. Aunque Europa tiene el segundo nivel más alto de paridad de género en el mundo, el reporte estima que la región aún tiene al menos 60 años para alcanzar la paridad.

¿Qué causa la brecha salarial de género?

Los estudios han demostrado a lo largo de los años que más hombres tienden a estar empleados en trabajos mejor pagados, como la construcción y la minería, que presentan un riesgo sustancial, o en los sectores de finanzas y seguros.

Los hombres dedican solo un tercio del tiempo que dedican las mujeres al trabajo no remunerado
Los hombres dedican solo un tercio del tiempo que dedican las mujeres al trabajo no remuneradoImagen: Getty Images/S. Gallup

Para empezar, menos mujeres trabajan en comparación con los hombres. Las mujeres trabajan más horas a la semana que los hombres, pero dedican más horas al trabajo no remunerado, un hecho que también podría verse afectado por sus elecciones de carrera.

Las mujeres, a las que se les asigna desproporcionadamente el cuidado principal de los niños, tienden a elegir trabajos que ofrecen horarios de trabajo flexibles o más cortos. Esto ha dado lugar a una carga desigual para las mujeres a la hora de interrumpir su carrera profesional para facilitar la maternidad y el cuidado de los hijos. 

¿Por qué importa?

Una disparidad en el pago se traduce en una serie de problemas para las mujeres. Las consecuencias directas incluyen un acceso más deficiente a la atención médica, el bienestar, la educación y la seguridad financiera, especialmente en la vejez.

Otros efectos agravan el problema: trayectorias profesionales desiguales, brechas en la educación financiera y en el acceso a los recursos para generar riqueza y la riqueza acumulada a lo largo de la vida.

Esto también significa que menos mujeres ascienden a roles de liderazgo. Menos de 8 % de las principales empresas del mundo tienen mujeres como directoras ejecutivas.

Además, más mujeres están empleadas en trabajos de salarios bajos en trabajos domésticos, temporales o de medio tiempo, lo que las hace inelegibles para muchos beneficios estatales o de las compañías. Por ejemplo, durante la pandemia, muchas mujeres en Europa no pudieron acceder al apoyo a los ingresos financiado por el gobierno, ya que los planes de protección a menudo no estaban disponibles en los sectores de su trabajo.

Se cree que la pandemia de covid-19 ha revertido el progreso en la igualdad de género
Se cree que la pandemia de covid-19 ha revertido el progreso en la igualdad de géneroImagen: Robin Utrecht/picture alliance

¿Son las cifras de la brecha salarial de género representativas de la realidad?

Los economistas creen que la brecha salarial es un buen punto de partida para comprender el alcance de la disparidad de género en una economía. Sin embargo, no es una buena medida de la brecha salarial acumulada durante un tiempo prolongado, según Eric Thode, director de economías sociales sostenibles de mercado de la fundación alemana sin fines de lucro Bertelsmann.

Debido a las interrupciones profesionales comparativamente más largas y al empleo a tiempo parcial o breve en su vida laboral, "las mujeres tienden a ganar mucho menos que los hombres", dice a DW. "Si tomamos en cuenta lo que las mujeres pierden en estos descansos, durante el trabajo a tiempo parcial, y estudiamos el ciclo de vida económico general, las mujeres (en Alemania) ganan 40 % menos que los hombres acumulativamente", detalla.

Asimismo, señala que si las mujeres no se tomaran ningún descanso para la maternidad o el cuidado de los niños, la brecha salarial de género acumulada a lo largo del ciclo de vida sería entonces "comparable a la brecha en los salarios por hora que suelen utilizar las organizaciones internacionales".

¿Cómo abordamos el problema?

Un mejor y equitativo acceso a la educación, el empleo y la pensión es un primer paso necesario para reducir la brecha salarial de género.

Además, la reducción de la carga del trabajo de cuidados no remunerado sobre las mujeres podría elevar sus salarios, ya que tendrían más tiempo para el trabajo remunerado. Un estudio de 2010 en Suecia mostró que por cada mes de licencia parental utilizado por los padres, el salario de la madre aumentó 7 %.

Adicionalmente, una estrategia clave propuesta por el Parlamento Europeo es hacer cumplir las normas que obligan a los empleadores a hacer que los salarios sean transparentes. En abril, el Parlamento votó a favor de exigir a las empresas de la UE con al menos 50 empleados que divulguen información que facilite a los colegas comparar salarios y exponer cualquier brecha salarial de género existente en su organización.

Regulaciones como estas han tenido éxito en países como Islandia, que ha cerrado 90 % de la brecha salarial de género. Mientras mejorar el salario de las mujeres puede ser un trago amargo para las empresas, eventualmente podría tener beneficios tanto sociales como económicos. (rr/ct)