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Por qué es tan difícil prohibir al NPD

16 de noviembre de 2011

En la República Federal de Alemania sólo han sido prohibidos dos partidos políticos. Las posibilidades de que esto se repita en el caso del extremista NPD son más bien escasas. En juego está la democracia misma.

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La bandera del NPD. (Archivo)Imagen: picture-alliance/dpa

La serie de asesinatos a manos de radicales de extrema derecha ha traído consigo una nueva discusión acerca de si declarar ilegal o no al partido NPD. Pero en Alemania es difícil proscribir un partido político.

En Alemania, los partidos políticos son considerados expresión de la vida democrática. Es por ello que los fundadores de la República Federal de Alemania otorgaron protección por igual a todos los partidos políticos -tanto a los nuevos como a los que fueron refundados luego de la Segunda Guerra Mundial- sin importar su orientación política.

Protest gegen Rechtsextremismus in Deutschland
La respuesta civil, clave en la combate al extremismo. (Archivo)Imagen: picture-alliance/dpa

La existencia y variedad de los partidos debe reflejar la voluntad de los ciudadanos. Es por ello que la Ley Fundamental protege a cada uno de ellos, mientras respeten las libertades democráticas, la Constitución, la resolución pacífica de conflictos, y los derechos humanos.

Todo esto explica por qué el Gobierno federal alemán no puede prohibir tan fácilmente un partido político. El proceso contemplado para esos casos implica acudir ante la máxima corte alemana: el Tribunal Constitucional, y puede ser promovido por el Gobierno federal, por una mayoría del Parlamento, o por el Bundesrat como representación de los estados federados.

Pocos precedentes

Sólo en dos ocasiones se ha decretado la prohibición de partidos políticos en Alemania: en 1951 y 1956. En el primer caso, fue proscrito el llamado Partido socialista del Reich (SRP), que se atenía a la tradición del partido nazi NSDAP.

En 1956 siguió la prohibición del Partido Comunista de Alemania (KPD), al cual se le atribuía estrecho contacto con las capitales de la Unión Soviética y de la desaparecida República Democrática Alemana. En plena Guerra Fría, el KPD era considerado una amenaza para la democracia y para el Gobierno del entonces canciller, Konrad Adenauer.

En general, la mayoría de la clase política en la joven República Federal de Alemania no quería saber nada de los extremistas tras el fascismo y la división de Alemania. Esto no significa que el proceso para prohibir a ambos partidos fuera fácil. Pero se logró.

Dresden-Gedenktag - Menschenkette gegen Rechtsextremismus
Ciudadanos de Dresden se manifiestan contra la violencia de extrema derecha. (Archivo)Imagen: picture alliance / dpa

Situaciones distintas

Estudiosos de la vida jurídica en Alemania concuerdan en que la justicia en la posguerra no era tan meticulosa como lo es hoy. El Gobierno de Adenauer ejerció presión sobre el Tribunal Constitucional a fin de prohibir el KPD. Ninguno de aquellos jueces vio motivo suficiente para quejarse por la intromisión gubernamental.

Muy diferente fue lo que sucedió en 2003. Numerosos actos delictivos por parte de extremistas de derecha llevaron a la clase política a reaccionar con firmeza. Se consideraba que el caldo de cultivo de dichos crímenes estaba dado por el Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), fundado en 1964.

En 2003, el NPD era un partido pequeño e insignificante, con cerca de 6.000 miembros (en comparación, tanto la Unión Cristianodemócrata como el Partido Socialdemócrata cuentan con medio millón de afiliados). La opinión era unánime, en cuanto a que ese partido debía ser prohibido.

Pero esta vez la iniciativa fracasó. Los jueces lograron establecer que la Oficina para la Protección de la Constitución colocó agentes secretos en las filas del partido ultraderechista. De 200 miembros en la cúpula del NPD, cerca de 30 guardaba contacto con las autoridades alemanas.

Dresden Demonstration Rechtsextremismus
También hay extremismo de izquierda. (Archivo)Imagen: dapd

Daba la impresión de que el partido era controlado precisamente por aquellas fuerzas interesadas en prohibirlo. Además, se corría el peligro de que la evidencia fuera manipulada por el propio Gobierno.

Hubo otro criterio relevante: “en general, no puede admitirse que un partido en el poder pretenda neutralizar a sus posibles competidores políticos al solicitar su prohibición”. Es por ello que a los jueces no les quedó otra opción: una mayoría en el Tribunal Constitucional rechazó la solicitud. Fue un desastre institucional para el Bundestag, que había promovido el proceso en una iniciativa conjunta de partidos políticos en el Bundestag, Gobierno federal y Bundesrat.

En 2009, el ministro del Interior de Baviera propuso iniciar un nuevo proceso. Pero el entonces ministro federal del Interior, Wolfgang Schäuble, lo desaconsejó. Era demasiado grande el riesgo de sufrir una nueva derrota que en los hechos reforzaría la posición del extremista NPD.

El camino por recorrer

Para declarar prohibido al NPD, debería comprobarse sin dejar lugar a dudas que promovió, apoyó o por lo menos sugirió realizar los asesinatos contra nueve personas de origen extranjero y una policía alemana. Esto sería muy difícil de llevar a buen fin en la corte, opinan expertos en Alemania.

Rechtsradikalismus im Fußball
El radicalismo ha llegado a los estadios deportivos. (Archivo)Imagen: picture-alliance/ dpa

Las proclamas xenófobas del NPD no bastan, desde el punto de vista jurídico. Aunque a la mayoría de los alemanes les duela, tales expresiones pueden caer en el ámbito de la libertad de opinión y manifestación. Y esta libertad está consagrada en la Constitución, mientras no contengan elementos ofensivos o llamados a cometer actos ilegales.

El comportamiento criminal de algunos de sus miembros tampoco es suficiente para prohibir un partido político. Pero el mayor de los problemas consiste e la presencia de agentes infiltrados por el Gobierno alemán en organizaciones de extrema derecha. La Oficina para la Protección de la Constitución no tiene intención de retirar a dichos informantes, pues desea contar con información acerca de las actividades de grupos neonazis.

Con esto último, se mantiene la crítica formulada a las autoridades, que los jueces constitucionales hicieron en su fallo de 2003. Así, no se sabe bien cómo proceder. Por lo pronto, funcionarios de Berlín, Bremen, Renania-Palatinado, Sajonia-Anhalt y Schleswig-Holstein acordaron presentar el próximo lunes material que pudiera incriminar al NPD.

Autor: Wolfgang Dick/Enrique López

Editor: José Ospina-Valencia