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Orquesta por la paz

Susana Helfgot10 de septiembre de 2006

La West-Eastern Divan Orchestra nació para dialogar con el “enemigo”. Es importante que la gente viva en paz y luego se puede hablar de todo”, dijo a DW-WORLD Michael Barenboim, hijo del Maestro.

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Diálogo a través de la música: la estrella del podio, Daniel Barenboim, durante un ensayo en agosto de 2006 con la orquesta West-Eastern Divan integrada por músicos israelíes, árabes y españoles.Imagen: AP

“Lo más importante es trabajar con músicos de todo el mundo árabe colaborando unos con los otros y olvidándose de la procedencia”, nos dijo Juval Shapiro, trompetista israelí residente en Tel Aviv, unos minutos antes de empezar el concierto de la orquesta West-Eastern Divan en Colonia. Sus nuevos amigos palestinos de la orquesta lo invitaron a Ramallah para septiembre.

La gira de 2006 de la West-Eastern Divan comenzó el 8 de agosto en España (Sevilla, Madrid, Peralada, Santander), siguió por Estambul, Bruselas, París, Colonia, Berlín, Weimar y terminó el 1° de septiembre en Milán. El concierto en El Cairo se canceló por el conflicto reinante entre Líbano e Israel.

Su director, Daniel Barenboim, israelí nacido en Buenos Aires de padres judíos rusos, conoció a Edward Said por casualidad en un hotel de Londres. Said, entretanto fallecido, era profesor de literatura, escritor, crítico literario y músico, cristiano palestino nacido en Jerusalén que estudió en Egipto y EEUU. A partir de convicciones semejantes, surgió una amistad muy profunda y creativa.

La idea de hacer música por la paz se concreta

Edward Said
Edward Said, escritor, crítico literario y músico, cofundador de la orquesta West-East Divan.

Con el propósito de combinar el estudio y desarrollo musical y compartir el conocimiento y la comprensión entre culturas de supuestos enemigos, en 1999, fundaron juntos la orquesta West-Eastern Divan, integrada por israelíes, palestinos, egipcios, sirios, libaneses, jordanos y españoles. Fue concebida como proyecto taller que selecciona en audiciones especiales a jóvenes entre 14 y 25 años, estudiantes o profesionales, en los conservatorios de Tel Aviv, Jerusalén, Beirut, Damasco, Cairo y Ammán para reunirse en el verano, estudiar unas semanas juntos y luego salir de gira por distintos países bajo la dirección de Barenboim.

El nombre de West-Eastern Divan hace alusión a una colección de poemas homónimos de Goethe porque “Goethe fue uno de los primeros alemanes interesado en otros países, ya que empezó a aprender árabe con más de 60 años”, dijeron los fundadores.

Es un proyecto de convivencia que culminará “el día en que la orquesta pueda tocar en todos los países representados en ella”, dijo Barenboim.

Mensaje político sin hacer política
Monumente der Klassik - Orchester, DW-TV
Los supuestos enemigos comparten un atril y tocan al unísono.

“Es importante que la gente viva en paz y luego se puede hablar de todo”, nos dijo Michael Barenboim, primer violín de la orquesta e hijo del director, que todavía está estudiando en Berlín.

En la entrevista para Deutsche Welle en Colonia, Daniel Barenboim expresó: “Edward y yo nos volvimos conscientes de la imposibilidad de no reaccionar activamente con respecto al conflicto después de la guerra de 1967”. Sin embargo, desde un principio, Barenboim y Said dejaron muy en claro que el proyecto no debía tener ningún tipo de contacto ni relación política con los gobiernos de Israel y de los países árabes involucrados.

Un compromiso peligroso

Algunos integrantes prefirieron no mencionar sus nombres frente al micrófono, otros ni siquiera quisieron hablar. Hace unos años, una integrante de la orquesta fue detenida, afortunadamente sin consecuencias mayores, en Siria. En ese país está prohibido por ley tener cualquier tipo de relación con Israel. Para poder viajar sin inconvenientes, todos los participantes poseen pasaportes diplomáticos españoles.

El trombonista Mahmoud Ayesh Abu-Eid no tiene inconvenientes porque, si bien es palestino, hace 18 años que toca en diversas orquestas de los EEUU. “Vine a esta orquesta”, nos contaba, “porque quería mostrar a la gente que hay muchos palestinos, muchos árabes que somos personas pacíficas, que somos buena gente. Algunos de mis mejores amigos son israelíes y para mí es un honor trabajar con Barenboim”, agregó.

Educación a través de la música

Detrás de la orquesta Divan, opera la Fundación Barenboim-Said constituida en 2004 con el apoyo del gobierno de Andalucía. El presupuesto anual de unos tres millones de euros se recauda con aportes de la Junta de Andalucía, la Federación de Cajas de Ahorro andaluzas, la Estructura Ferroviaria española, Gas Natural y donaciones privadas.

03.05.2006 Kultur.21 Daniel Barenboim
No educación musical sino educación con la música y por la música, dice Daniel BarenboimImagen: DW-TV

La directora-gerente de la Fundación, Muriel Páez, nos explicó la enorme tarea artística y educativa de la misma: “Aparte de la orquesta Divan, hay otros proyectos: la Academia de Estudio Orquestal en Sevilla, con 130 alumnos instruidos por 14 solistas de la Staatskapelle de Berlín que viajan especialmente los fines de semana”, decía Páez.

“Además hay un proyecto de educación musical en Palestina que, por un lado, enseña música individualmente a chicos de distintas edades con la colaboración de nuestros profesores, elegidos por Barenboim y enviados de Europa y Estados Unidos, en el conservatorio de Ramallah y, por otro, sostiene la guardería musical Edward Said Musical Kindergarten con maestros locales y 26 niños de 3 a 5 años a los que se ‘educa a través de la música’, que es el ideal del Maestro. Y estamos ayudando a formar una orquesta joven palestina que este año participó en los ensayos de Divan en Sevilla”, contaba Muriel con entusiasmo.

La tarea de la Fundación Barenboim-Said parece interminable: “Hemos empezado un proyecto diferente de educación musical en Sevilla”, agregó Páez, que envía diariamente por media hora a profesores especializados a 5 jardines, abarcando a unos 600 niños. Cada dos o tres meses, ofrecemos cursos de formación musical especializada en la infancia para maestros de jardín”.