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Opinión: Una derrota para Trump, un triunfo para Alabama

Alexandra von Nahmen
13 de diciembre de 2017

En Alabama, los electores demostraron que incluso en tiempos de polarización política no siempre están primero los intereses partidistas, sino la decencia y la moral. Y eso es bueno, a juicio de Alexandra von Nahmen.

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Alabama Senats-Nachwahl Wahlen Doug Jones
Imagen: picture-alliance/Zuma/B. Cahn

Fue una guerra de nervios que terminó en terremoto. El demócrata Doug Jones ganó sorpresivamente la elección senatorial en Alabama. El controvertido candidato de los republicanos, Roy Moore, perdió la carrera -aunque por estrecho margen- en un estado profundamente conservador, en el que no había triunfado ningún demócrata desde hace más de 20 años. Este resultado electoral es una victoria para el Partido Demócrata, sin duda. Y es una amarga derrota para el presidente Donald Trump y su agenda.

Poco antes de la votación, Trump se había pronunciado claramente por el representante de la derecha religiosa. Pese a las acusaciones de acoso contra Roy Moore, el presidente llamó a sus seguidores a votar por el ultraconservador.

Un triunfo de la gente de Alabama

También es una derrota para el antiguo principal estratega del presidente, Steve Bannon, quien, con sus ataques contra los medios de comunicación, los demócratas y el establishment republicano, se propone poner de cabeza el sistema político de Estados Unidos. Su propaganda –en la línea de la consigna "Alabama versus Washington”– no prendió. ¡Qué bueno! ¡Bien hecho, Alabama!

Alexandra von Nahmen
Alexandra von Nahmen

La decisión es por lo tanto, sobre todo, un triunfo para los habitantes de Alabama, que resistieron a los cantos de sirena de demagogos como Steve Bannon. Ellos demostraron que, incluso en tiempos de polarización política, no solo importan los intereses partidistas, sino también la decencia, la moral y el sentido común.

La mayoría votó contra un hombre al que varias mujeres acusaron de haberlas acosado sexualmente cuando eran muy jóvenes; un hombre que quería prohibir por ley la homosexualidad y vetar a los musulmanes el acceso al Congreso; un hombre que por lo visto no tendría ningún inconveniente en suprimir algunos artículos de la Constitución.

Naturalmente, a muchos republicanos de Alabama no les resultó fácil quedarse en casa en estas elecciones o votar por un demócrata. Al partido le duele perder un escaño en el Senado estadounidense. Pero, con Doug Jones, los demócratas lanzaron al ruedo a un candidato fuerte, con posibilidades de resultar electo. Si bien sostiene posiciones más bien liberales en temas como el aborto y la igualdad de derechos para homosexuales, es defensor del derecho a la posesión de armas y un creyente cristiano.

Responsabilidad de Trump

Además, mientras Roy Moore no se vio mucho en las últimas semanas, Doug Jones recorrió infatigablemente todo el estado durante la campaña electoral. Este fue pues un triunfo demócrata logrado a pulso y merecido, aunque fuera estrecho.

Para los republicanos será ahora más difícil lograr que sus proyectos de ley sean aprobados en el Senado. Y las cosas podrían ponerse pronto aún peores para el partido: aun cuando las elecciones de Alabama sean un caso particular, porque Moore simplemente resultaba inelegible para muchos, este éxito alentará a los demócratas. Han saboreado el triunfo y alimentan esperanzas de poder conquistar quizás incluso una mayoría en ambas cámaras del Congreso en las elecciones intermedias de 2018.

Donald Trump es el responsable de lo ocurrido. El presidente creyó que su respaldo a un candidato como Moore podía forzar su triunfo. Pero el electorado de Alabama no aceptó ese comportamiento amoral. Y está bien que haya sido así.