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Opinión: Las sanciones no son una solución

Miodrag Soric
30 de marzo de 2018

Sanciones aquí contra sanciones allá. Una espiral de sanciones gira en torno al envenenamiento del exespía ruso Skripal. Nuestro corresponsal en Rusia, Miodrag Soric, dice "¡basta ya!"

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Ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov.Imagen: Getty Images/AFP/J. Makovec

Sin mostrar ninguna emoción, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov (en la foto) anunció el cierre del consulado de Estados Unidos en San Petersburgo. Los estadounidenses y sus aliados occidentales esperaban esta reacción. El momento en que el Kremlin anunciara la expulsión era lo único incierto. Con este cierre, Moscú instala el tema que predominará las noticias durante el fin de semana de la Pascua 2018. Hay que destacar que los rusos han tomado medidas punitivas solo contra los estadounidenses. Los británicos, alemanes, franceses y canadienses tendrán que esperar.

Caso Skripal: veneno entre Rusia y Occidente

En el ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia nada ocurre sin intención. Si Lavrov se puso ante la prensa mundial fue para dar el mensaje de que Rusia mira a Washington como el principal desafío en esta crisis; en el Departamento de Estado las medidas contra Rusia fueron controladas, aun cuando el doble agente Serguéi fue envenenado en Reino Unido.

La humillación funciona   

Rusia intenta hablar en igualdad de condiciones con Estados Unidos, pese a que ni su poder militar ni su Producto Interno Bruto son comparables. La humillación del anterior presidente Barack Obama, que habló de "poder regional” para referirse a Rusia, está teniendo su efecto. Si Estados Unidos inicia otra ronda de sanciones contra Rusia, Moscú pagará con la misma moneda.

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Miodrag Soric, redactor de DW en Rusia.

¿Dónde terminará esto? La primera ministra británica, Theresa May, ya anunció nuevas sanciones contra las inversiones rusas en Londres. La disputa con Moscú ha fortalecido a la jefa de Gobierno británica, que hasta ahora ha llevado a cabo una tibia política interior. May no parece dispuesta a ceder en este caso. Lo mismo se aplica al presidente de EE. UU., Donald Trump. Demócratas y republicanos por igual lo han acusado de ser demasiado indulgente con el líder del Kremlin, Vladimir Putin. Trump ahora suma puntos en el Congreso al continuar con la espiral de sanciones. Al menos él así lo cree.

¿Principios o negocios?

Alemania se debate entre la solidaridad con Gran Bretaña y los lamentos de sus hombres de negocios, que se quejan de miles de millones de pérdidas debido a la crisis con Moscú. La economía está pidiendo el fin de las sanciones. Exige el retorno a una actitud en la que Occidente, al menos, pueda negociar nuevamente con Rusia. Pero eso parece ser un objetivo lejano en este momento.

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Tal vez se ganaría mucho si los políticos de Oriente y Occidente no hicieran nada durante algunos meses. No más sanciones ni contrasanciones, no más leña al fuego. Tampoco en Rusia. El Kremlin no debería caer en la tentación de proporcionar armas a los talibanes para dañar los intereses de Occidente. Moscú no debería ayudar a aumentar el flujo de refugiados desde Medio y Cercano Oriente hacia Europa. Simplemente, no continuar la escalada de tensión.  

Autor: Miodrag Soric (MN/MS)

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