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Opinión: Otra vez la migración tensiona a la UE

Max Hofmann
16 de junio de 2018

Todos en la UE piensan primero en sí mismos. Si no se toma en serio de nuevo el principio de la solidaridad, entonces sería el fin de la Unión, opina Max Hofmann.

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Mittelmeer | Flüchtlinge | Europa | Rettungsschif
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gouliamik

En la serie "Game of Thrones", el tema de la llegada del invierno es recurrente. Uno largo y cruel que destruye la prosperidad, el bienestar y todo lo que tan dificultosamente se ha conseguido. Se trata de una idea con la que puede hacerse un símil con la Unión Europea, donde los vientos gélidos soplan con fuerza desde todas las direcciones.

En la crisis migratoria, por ejemplo, los vientos vienen desde el este: Hungría, Polonia, República Checa. Pero ahora vienen también del sur, desde Italia, con la amenaza de que pronto podríamos dejar de vivir en la Unión Europea tal como la conocemos. Esto, porque el principio esencial de la UE, el de la solidaridad, se está poniendo en tela de juicio.

Populismo=Egoísmo

"Espero de todo corazón que Francia e Italia trabajen codo a codo en nuevas soluciones europeas para superar la crisis migratoria y la del euro", dijo el presidente galo, Emmanuel Macron, este viernes (15.06.2018) en París. Su invitado, el premier italiano Giuseppe Conte, asintió. Esto no debe ocultar el hecho de que se trata de fuerzas muy contrapuestas. Macron apoya la solidaridad, aun cuando sus grandilocuentes declaraciones suelen no ir acompañadas de hechos concretos. Conte, en tanto, lidera un gobierno populista, y populismo significa ante todo una sola cosa: egoísmo.

Max Hofmann.
Max Hofmann.

Ya sea Marine Le Pen o Nigel Farage, Viktor Orbán o Alexander Gauland, todos ellos siempre presionan a sus potenciales votantes con la sensación de que alguien les está sacando ventajas y hay que actuar contra eso: contra los exitosos, contra los otros países y, sobre todo, contra los migrantes. Detrás de ese eterno discurso de odio se esconde un "yo, yo, yo", como si se tratara de niños de 4 años en el jardín infantil. Cuando todo se trata de "yo", el "nosotros" queda relegado. Y eso sería el fin de la UE.

Hace dos años ya vivimos esto y ahora los defensores del "brexit" predican sobre las cenizas de lo que ellos mismos destruyeron. Incluso a políticos elocuentes como Farage les resulta cada vez más difícil explicar por qué los británicos estarán mejor fuera de la UE que dentro de ella. Pese a ello, muchos electores prefieren refugiarse en el "yo" e insistir en que el "brexit" era la decisión correcta.

Buenas noches, Europa

Cuando se aúnan la irracionalidad de los electores con la incompetencia de los políticos populistas, el final de esta historia está escrito. En Italia los populistas de derecha de la Liga Norte crecen en las encuestas hasta cifras nunca antes vistas. ¿Qué hizo con ello Matteo Salvini, el jefe del partido? Fantasear, encender el odio y gritar. Si esos son los nuevos atributos que requieren los políticos exitosos, entonces sería todo, buenas noches Europa.

Las opciones para los apocalípticos son casi ilimitadas en estos momentos. No hay siquiera una chispa de esperanza de que los países de la UE alcancen una solución eficiente y humanitaria para la crisis de los refugiados por medio de un sistema de asilo conjunto. Y mientras, la curva demográfica en África sigue creciendo, sin que la economía haga lo mismo. Esto significa que los millones de potenciales migrantes económicos aumentarán. Y una enorme cantidad de ellos querrá viajar a Europa.

La solidaridad desapareció

En la crisis del euro, cuyas cenizas siguen ardientes mientras la región disfruta de cierto crecimiento económico tranquilizador, los mercados solo están a la espera de que Italia desate la próxima catástrofe. La deuda pública allí es exorbitante y el nuevo Gobierno prometió, en el mejor estilo populista, el oro y el moro. Lo que quieren es lanzar a las calles dinero que no tienen. Eso es egoísmo en formato nacional y no tiene nada que ver con una Unión Europea exitosa y responsable. Porque la solidaridad también implica tomar decisiones nacionales teniendo en mente el bienestar de los otros socios europeos.

El lema de la solidaridad europea ha desaparecido de los discursos. Ya no convoca, ni de cara a la crisis del euro ni de cara a la crisis de los refugiados. La exreina de Europa, Angela Merkel, ahora incluso debe convencer a sus propios correligionarios de la importancia de la solidaridad. Solo eso puede salvar a la UE así como la conocemos. Incluso los salvajes nórdicos de "Game of Thrones" se percataron de ello y buscan el respaldo del (en esa serie) rico sur. Si resulta aún no está claro, pues la temporada no ha terminado.

En la UE, en cambio, la última batalla acaba de comenzar. Pero si unos rufianes cubiertos con pieles y armados con hachas entienden el concepto, entonces los políticos europeos del siglo XXI no deberían tener problemas con ello. Entonces, europeos, quiéranse al menos un poquito. Pasar el invierno junto a alguien siempre es mejor que congelarse solo.

Autor: Max Hofmann (DZC/FEW)

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