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El próximo frente, Libia

Max Hofmann 3 de febrero de 2016

El éxito de la coalición contra el Estado Islámico en Irak y Siria empuja a la organización terrorista hacia Libia, donde occidente ha evitado una presencia militar que ahora se hace necesaria, dice Max Hofmann.

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Libyen Kämpfer GNC gegen IS
Tropas libias del GNC contra Estado Islámico.Imagen: Getty Images/AFP/M.Turkia

Primero, la buena noticia: los cerca de diez mil ataques aéreos han surgido efecto. La coalición contra el autodenominado Estado Islámico consiguió recuperar grandes extensiones de territorio en Irak y Siria. Y, sobre todo, ciudades como las iraquíes Tikrit y Ramadi o Kobane, en la frontera turco-siria. Después, la mala: si se quiere erradicar a la organización terrorista, hay que hacer mucho más en Libia.

Esperando el gobierno de unidad

Ciertamente, la estrategia de la coalición no es perfecta. No cuenta, por ejemplo, con tropas de tierra. Y la situación es tan compleja, en particular en Siria, que se está lejos de poder decir "misión cumplida". Sin embargo, la combinación de ataques aéreos internacionales y fuerzas terrestres locales, con instrucción a cargo de los países de la alianza, está funcionando tan bien, que muchos yihadistas del EI escapan a Libia. El caos que allí encuentran es un suelo abonado para que echen raíces. El tráfico de seres humanos les proporciona recursos financieros. Y, de continuar así, también se los proporcionará el control de los enormes yacimientos de gas y petróleo.

Deutsche Welle Studio Brüssel Max Hofmann
Max Hofmann, periodista de DW.Imagen: DW/B. Riegert

El plan oficial de la coalición es poner en pie lo más rápido posible un gobierno de unidad en Libia que frene la mortal fragmentación del país. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se mostró muy optimista en Roma respecto a alcanzar ese gobierno en breve. Entre bambalinas, en cambio, británicos e italianos, y no sólo ellos, debaten sobre una intervención militar. No les queda otra opción.

Ya sea en apoyo de ese gobierno de unidad o bajo la bandera de las Naciones Unidas, para combatir al Estado Islámico en Libia sólo funcionará una receta similar a la empleada en Siria e Irak. Pero implementarla, debido a la complejidad libia, será un desafío inédito. No hay un ejército que pueda ser entrenado, sino secciones hostiles atrincheradas en sus irreductibles posiciones. Ni hay una infraestructura estatal sobre la que pueda apoyarse la coalición.

Apuesta para Europa

Mirar para otro lado no es una opción. Porque lo que hay en juego en Libia, podría resultar aún más peligroso para Europa que la situación en Siria. Los 17 millones de potenciales refugiados de guerra sirios, frente a los más de mil millones de personas que viven en el continente africano. Libia se ha convertido en la puerta de entrada a Europa para quienes huyen de la pobreza extrema, la guerra o las dictaduras. En cuanto empiece la primavera, volverán a zarpar las embarcaciones hinchables desde la costa libia.

Es decir, con gobierno de unidad en Libia o sin él, la coalición pronto tendrá que abrir en el país un segundo frente militar contra Estado Islámico. Así se manifestaban, sobre todo, los representantes italianos durante la reunión de ministros de Asuntos Exteriores en Roma. A los ciudadanos de los países de la coalición, como los de Alemania, no les va a gustar. Pero si algo ha demostrado la experiencia en Siria e Irak es que los esfuerzos diplomáticos, por desgracia, tienen que venir acompañados por esfuerzos militares. De otra forma no se va a derrotar al Estado Islámico.