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Opinión: dopaje a gran escala en Rusia

9 de diciembre de 2016

El segundo informe McLaren evidencia la dimensión del escándalo de dopaje ruso. El COI tiene que reaccionar con dureza, opina Joscha Weber. La expulsión de las Olimpiadas sería solo el primer paso.

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Russland Nationalmannschaft Hockey
Imagen: picture-alliance/dpa/V. Fedorenko

La inimaginable dimensión del escándalo se hace evidente cuando uno se imagina la cifra. Más de 1.000 deportistas de élite rusos, es decir, más de una generación completa del deporte de élite ruso se benefició del dopaje estatal, según la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y probablemente siga siendo así. Entre 2011 y 2015, según la AMA, se doparon o se manipularon los resultados. Todo esto a través del Ministerio de Deportes ruso, la Agencia Antidopaje Nacional (RUSADA), los laboratorios de control rusos al igual que el Servicio de Seguridad Ruso (FSB). Un complot con el patrocinio del Gobierno. Increíble.

Es una idea espeluznante, pero que desgraciadamente es realidad. Lo demuestran los correos electrónicos y los más de 4.000 documentos que el jefe canadiense de las investigaciones de AMA, Richard McLaren, ha elaborado con su equipo. De las 151 páginas de la segunda parte del informe, que publicó AMA este viernes, se deduce que las épocas más oscuras del dopaje durante la Guerra Fría fueron solo una broma en comparación con este moderno sistema de dopaje estatal.

Manipulaciones de orina

Joscha Weber.
Joscha Weber.

Un ejemplo. En la página 19 de dicho informe, los investigadores describen, entre otras cosas, cómo se manipularon los frascos de orina de las jugadoras de hockey sobre hielo del equipo ruso en los Juegos Olímpicos de Sochi en 2014. Se cambiaron por otros, se introdujo sal para que no pudieran ser válidos para realizar los análisis o contenían orina masculina. Y todo tuvo lugar siguiendo un plan. Las jugadoras de hockey y otros deportistas de élite pertenecían a la lista de "atletas protegidos”. Antes de los Juegos Olímpicos entregaban pruebas con orina limpia y durante los Juegos las intercambiaban por otras que sí indicaban el dopaje. Quien aún desvaríe, diciendo que solo se trata de "casos aislados” ante esta red de manipulación de dopaje o ha perdido la razón o miente descaradamente.

Y así llegamos a los altos funcionarios rusos. La nueva presidenta del Consejo de RUSADA, Jelena Issibajewa, dice que el informe carece de pruebas: los 1.166 archivos de datos de la AMA, por lo visto, no son suficientes. ¡Vaya, vaya! Y Michail Degtjarjow, jefe de la Comisión de Deportes de la Cámara Baja rusa, no reconoce tampoco, tras un informe detallado y sólido, ningún indicio de dopaje institucional. "Unos mil deportistas, ¿dónde están las pruebas y los testigos?” De acuerdo. Dopar, manipular y negar: una nueva interpretación rusa del triatlón.

Carece de pruebas y testigos

Por eso, el Comité Olímpico Internacional (COI) puede prescindir de la siguiente apelación y del ultimátum verbal ruso. Esta vez tampoco logrará que se lleve a cabo una inspección y el tema no llegará a más. Ahora es necesario aplicar sanciones notables y un análisis profundo. La expulsión de todo el equipo ruso por lo menos de los Juegos Olímpicos de Pyongchang en 2018 podría ser el comienzo.

Las asociaciones e instituciones involucradas en las manipulaciones deben dejar de formar parte del sistema deportivo, ni tampoco como parte de la lucha contra el antidopaje, a la que han engañado con mucho éxito. Y es que tampoco conocemos toda la verdad. Richard McLaren aclara que los resultados de las investigaciones son "solo la punta del iceberg”. Si el COI toma realmente en serio la lucha antidopaje, Thomas Bach y su equipo deberían trabajar para esclarecer el resto de este escándalo.

 

Autor: Joscha Weber