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Opinión: Alemania debe emprender reformas

Jennifer Blanke10 de septiembre de 2015

Mientras otros países tienen problemas para adaptarse a la inmigración masiva, Alemania recibirá una gran cantidad de refugiados. No obstante, la economista Jennifer Blanke advierte que el país debe emprender reformas.

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Refugiados arriban a Múnich.
Refugiados arriban a Múnich.Imagen: Ben Knight

Tras casi una década de crecimiento magro en Europa, se necesitan grandes esfuerzos para conseguir un crecimiento estable y sostenible en toda la región. Sin embargo, el futuro de Alemania y de Europa no dependerá de lo que suceda en Grecia ni en otros países en crisis: Alemania también tiene que analizar detenidamente cuáles cambios deberá implementar en su economía a fin de asegurar el bienestar de sus actuales y futuros ciudadanos. Mientras que empresas germanas han comenzado a ofrecer empleos a los refugiados, el desafío de tener que integrar a unos 800.000 nuevos habitantes demuestra qué tan importante es superar los problemas estructurales a los que se enfrentan Alemania y su economía.

Una Alemania feliz

Alemania es un país altamente satisfecho con su economía, y en muchos aspectos esto es justificado: el desempleo es relativamente bajo, el sistema educativo y de aprendizaje proporciona a los empleados los conocimientos necesarios para el mercado laboral, de modo que el desempleo juvenil se sitúa en un ocho por ciento. Asimismo, las medianas empresas germanas siguen vendiendo sus productos de calidad a nivel mundial. Gracias a su exitosa economía, Alemania lleva el timón en lo que respecta a decisiones económicas en Europa.

Jennifer Blanke, economista jefe del Foro Económico Mundial.
Jennifer Blanke, economista jefe del Foro Económico Mundial.Imagen: picture-alliance/dpa/N. Bothma

No obstante, no solo se debería concentrar en lo que los demás países tienen que hacer. Su fuerza no puede compensar a largo plazo sus debilidades. En años recientes, el mundo ha presenciado una creciente desigualdad, y Alemania no es inmune a esta tendencia. Los empleados, por ejemplo, se benefician cada vez menos del crecimiento: si bien la media salarial sigue siendo relativamente alta, aumentan las desigualdades.

Pocas ideas emprendedoras, pocas mujeres

Dos factores frenan en cierto modo la economía germana: demasiado pocas nuevas ideas emprendedoras y un bajo porcentaje de mujeres empleadas. Estos son síntomas de falta de innovación y dinámica, que Alemania sin embargo necesita para asegurar su alto nivel de vida.

Comparado con otras economías desarrolladas, el tiempo y los costos para fundar una empresa en tierras germanas son relativamente altos. Alemania apenas ocupa el vigésimo quinto lugar de entre las 29 economías con más fundaciones de empresas.

En efecto, el desempleo es relativamente bajo. No obstante, esto obedece a que hay una menor cantidad de personas a disposición del mercado laboral. Esto se debe a una serie de factores, entre los que cabe mencionar la falta de mujeres en el mercado laboral. Desde un punto de vista político, la falta de servicios de cuidado de niños impide que muchas mujeres puedan conciliar el trabajo y la maternidad.

Otro problema es que, si bien el sistema de formación profesional arroja buenos resultados, el sistema educativo en sí presenta desigualdades, sobre todo para los alumnos de las capas sociales más humildes, limitando sus oportunidades de ascenso. Así, Alemania pierde muchos talentos.

Jennifer Blanke es economista jefe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y miembro del comité ejecutivo de esta fundación.