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Armas ilegales

26 de marzo de 2012

Varios tratados internacionales prohíben las bombas racimo y las minas antipersonas, pero, a pesar de eso, los bancos alemanes siguen invirtiendo en su fabricación, según informa una ONG.

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Minas antipersonas en Colombia.
Minas antipersonas en Colombia.Imagen: picture-alliance / dpa

Branislav Kapetanovic, un serbio de 46 años, no poseía acciones en el Deutsche Bank, pero en mayo de 2011 participó de una reunión de accionistas. Kapetanovic fue entrenado como oficial de extracción para desactivar bombas racimo de tipo BLU 97, y esa fue su ocupación durante muchos años, hasta que un accidente hizo que perdiera ambos brazos y ambas piernas. Invitado por la Asociación Alemana de Accionistas Críticos, llegó hasta el podio de la sala Frankfurter Festhalle en silla de ruedas y relató a los accionistas presentes que fue mutilado al explotar un arma ilegal que él mismo quería desactivar.

“Me alegro de poder hablar con ustedes hoy, porque Deutsche Bank es una de las instituciones bancarias que más financian las bombas racimo en todo el mundo”, dijo ante una audiencia conmovida. Desde la firma de la Convención de Oslo sobre Bombas Racimo, en agosto de 2008, 68 países se comprometieron a proscribir las bombas racimo y las minas antipersonas, inclusive Alemania. Otras 44 naciones están de acuerdo con el espíritu del acuerdo, pero no están obligadas legalmente a cumplirlo.

Branislav Kapetanovic, víctima de una bomba racimo, habló ante accionistas de Deutsche Bank.
Branislav Kapetanovic, víctima de una bomba racimo, habló ante accionistas de Deutsche Bank.Imagen: A.Varnhorn

De acuerdo con estimaciones de la asociación Handicap International, las bombas racimo ya han asesinado a cerca de 100.000 personas en todo el mundo, la mayoría de ellos civiles. Las submuniciones de dichas armas pueden permanecer dispersas aún décadas después de que haberse detonado una bomba racimo y pueden explotar, activadas simplemente al rozarla, como fue el caso de la que mutiló a Kapetanovic en Yugoslavia, en el año 1999.

Bancos alemanes habrían financiado armas ilegales

Investigaciones realizadas por el grupo medioambientalista alemán Urgewald y la ONG Facing Finance, que trabaja con fondos de la Unión Europea, revelaron que en 2011 se financió la fabricación de bombas racimo a través de inversiones de capital, préstamos y créditos de bancos alemanes por un monto de aproximadamente 1,3 mil millones de euros.

Facing Finance trata de fomentar la concientización de los inversores para que dejen de depositar su dinero en compañías que están implicadas en violaciones de los derechos humanos, en la destrucción del medio ambiente y en la corrupción. Y, según la ONG, ese sería el caso de las instituciones financieras germanas, que continúan invirtiendo directa o indirectamente en la fabricación de bombas racimo y minas antipersonas. En 2010 se reveló que incluso los planes de jubilación alemanes subvencionados por el Estado –las jubilaciones “Riester”- contienen acciones de fabricantes de esas armas ilegales, entre ellos, de empresas como General Dynamics, Lockheed Martin, Alliant Techsystems, Textron, Raytheon y L-3 Communications, según datos de Facing Finance.

ONGs y ambientalistan llamaron a poner fin a la financiación de armas ilegales.
ONGs y ambientalistan llamaron a poner fin a la financiación de armas ilegales.Imagen: picture-alliance/dpa

En los libros del Grupo Deutsche Bank se descubrió un número bastante importante de acciones, créditos directos e indirectos a fabricantes de bombas racimo. En una reunión de accionistas, en 2011, el presidente de esa institución, Josef Ackermann, prometió que iba a investigar la situación. Seis meses después, el 9 de noviembre, la administración de la compañía anunció que Deutsche Bank pondría fin a sus negocios con las mencionadas empresas. El 2 de febrero de 2012, Ackerman dijo a la televisión alemana que la institución había decidido no participar en ningún tipo de negocio que financiase la producción de armas ilegales como las bombas racimo.

Nuevas revelaciones

Sin embargo, la campaña de Facing Finances publicó un estudio de seguimiento en marzo de 2011 en Berlín que parece sugerir lo contrario. De acuerdo con ese estudio, las instituciones bancarias alemanas en realidad incrementaron sus inversiones en la fabricación de bombas racimo hasta aproximadamente 1,6 mil millones de euros. Ese resultado sorprendió porque la investigación también demostró que algunas instituciones financieras se habían comprometido de modo comprobable a reducir sus inversiones en el área.

Barbara Happe, del grupo medioambientalista Urgewald, considera que una de las posibles causas es la participación sostenida de Deutsche Bank, ya que casi un 90 por ciento de las inversiones actuales en fabricación de bombas racimo se pueden atribuir a esa institución. “Esas cifras son una evidencia en contra de Deutsche Bank y prueban que su supuesto compromiso no vale ni el papel en el que está escrito”, dijo Happe.

Activistas de Facing Finance señalaron que, al día siguiente de la entrevista televisiva de Ackermann, el Grupo Deutsche Bank concedió un crédito a L-3 Communications, una empresa estadounidense de fabricación de armamento. “Deutsche Bank rompió su promesa”, dice Thomas Küchenmeister, de Facing Finance. Sin embargo, un vocero de esa institución dijo a DW que Deutsche Bank asume su responsabilidad y mantiene sus promesas ante la comunidad.

¿Un riesgo para las Fuerzas Armadas alemanas?

La producción de ese tipo de armas no está regulada en Alemania, dado que la coalición de Gobierno conservadora no aprueba dichas medidas. Christoph Schnurr, un diputado del Partido Demócrata Liberal (FDP) y miembro del Comité de las Fuerzas Amadas, no está de acuerdo con prohibir las inversiones en general en ese tipo de empresas. Y se pregunta dónde está el límite, ya que no es fácil definir a un fabricante de armas ilegales. “¿Estamos hablando sólo de compañías que producen municiones para bombas racimo, o de otras que fabrican componentes, o quizás de algunas que proveen de la tecnología necesaria? Es necesario definir en qué se hace hincapié”, dice Schnurr.

Misión del Ejército alemán en Afganistán.
Misión del Ejército alemán en Afganistán.Imagen: dapd

De acuerdo con el diputado, la propuesta actual de prevenir y prohibir la participación de instituciones financieras en la fabricación de bombas racimo y minas antipersonas podría incluso poner en peligro algunas de las necesidades en materia de defensa militar. “Eso significaría que ya no podríamos contratar a grandes compañías para obtener el equipamiento militar que necesitamos, por ejemplo, para nuestra misión en Afganistán”, explica Christoph Schnurr. Además, él cree que es suficiente con el compromiso voluntario de varias instituciones bancarias y no se necesita una ley.

Muchos miembros de la coalición conservadora del FDP y sus socios, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU) no están de acuerdo con esa opinión, ya que desean que se aplique una regulación más estricta. Pero temen nuevas pugnas en la coalición, por lo cual hay poco que esperar del Parlamento alemán al respecto en estos momentos.

Kapetanovic dice estar muy decepcionado por la inacción reinante, especialmente cuando recuerda su intervención en Fráncfort, hace un año. A pesar de su discapacidad, sigue trabajando en la campaña para acabar con las bombas racimo y las minas antipersona. Y no ha perdido la esperanza. “No voy a abandonar la lucha así nomás”, dijo.

Autor: Richard Fuchs/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López