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Obama y la batalla de la salud

24 de julio de 2009

El Congreso de Estados Unidos postergó la votación sobre la reforma del sistema de salud para después del receso veraniego. Se trata de un proyecto clave para la presidencia de Obama, como destacan los editorialistas.

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Obama en campaña por la reforma del sistema de salud.Imagen: AP

The Independent, de Londres: "La postergación de la votación sobre la reforma del sistema de salud es una señal de la enorme batalla que debe librar el presidente estadounidense, Barack Obama, con el Congreso, con su propio Partido Demócrata y con el monstruo de mil cabezas del establishment de la salud: los seguros, la industria farmacéutica, sus abogados y los promotores de los intereses de esos grupos. Pero Obama debe ganar esta batalla, porque el sistema de salud permite que muchos caigan a través de los agujeros de la red y porque devora una porción cada vez mayor del Producto Interno Bruto. Con energía, compromiso y preocupantes estadísticas sobre el desempleo y el déficit fiscal en aumento, el presidente tiene que seguir adelante en la batalla.”

Proyecto estrella

Le Figaro, de París: “Para Barack Obama se acerca la hora de la verdad. La batalla que quiere librar por la reforma del sistema de salud marcará el resto de su presidencia. Proporcionar a todos los estadounidenses un seguro de salud –actualmente 47 millones de ellos no lo tienen- es el proyecto estrella que ha de imprimir su sello al período de Obama. Ésa fue una de sus grandes promesas electorales. (...) En el Congreso hay una lucha encarnizada entre partidarios y detractores. (...) Obama debe tener mucho cuidado. (...) Si pierde esta batalla, su autoridad política se verá debilitada."

Campo minado

Der Kurier, de Viena: “Obama ha hecho una propuesta en el terreno de la reforma del sistema de salud, que debido a los intereses de lucro de aseguradoras privadas y consorcios farmacéuticos se ha convertido en décadas en un campo minado casi insalvable. Puede ser financieramente arriesgada y susceptible de mejoras, pero es una oferta. Quienes se oponen a la reforma sólo dicen lo que no se puede hacer. Aceptan que 47 millones de ciudadanos no se puedan permitir un seguro de salud. Y que Estados Unidos gaste casi el doble de dinero per capita en salud que Alemania. Los republicanos ven la oportunidad de depararle un Waterloo a Obama, y efectivamente podrían conseguirlo. Sin embargo, cimentar una situación insostenible es un miserable trofeo. La salud no se presta para una política partidista cínica."

ERS/dpa